El pasado 22 de noviembre del 2023, en el medio digital globalter.com (otro mundo es posible), Pascual Serrano, publicó un artículo titulado “Sobre Milei, la forma y el fondo”, donde señala la importancia y utilidad que tiene el uso de las distintas redes sociales (Facebook, Instagram, TikTok, etc., en cuestiones muy trascendentales para la vida política, económica y social de un país o varios países del mundo.
Inicia poniendo como ejemplo de lo anterior, el triunfo electoral del señor Javier Milei, en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Argentina el pasado domingo 19 de noviembre de este año, quien hizo uso de las redes sociales, según afirma el articulista con una baja financiación, en este caso la red social llamada TikTok, cuyo uso fue recomendado por el influencer de 22 años de edad, Iñaki Gutiérrez.
En el desarrollo de su explicación también menciona, a vuelo de pájaro, los casos de Francia con su presidente Emmanuel Macron, que sin tener mucho tiempo en la política electorera, sin estructura partidaria, sin trabajo social y político suficiente en importantes sectores de la población, pero siendo creativos y valiéndose de mañas o ardides publicitarios, como los “showman” (en el caso de Milei, protagonizó el programa semanal llamado “Demoliendo mitos”, que “estuvo al aire” de 2017 a 2022, donde los protagonistas de dichos shows son los aspirantes a una candidatura, con la finalidad de lograr una gran popularidad y que, con ellos, pueden generar movimientos espontáneos de grandes masas o sectores importantes de la población, llamados “movimientos de aluvión”.
En el caso de Estados Unidos, sucedió con Donald Trump, en el programa de televisión “The Apprentice en la cadena NBC, también transmitida a través del Facebook, el ejemplo del presidente de Ucrania, Zelensky, en la serie televisiva “Servidor del pueblo” donde él hacia el papel de presidente y cuyo nombre lo utilizó en su campaña electoral y convertir en realidad su papel en la serie, como en las novelas mexicanas, donde la muchacha pobre se casa con el guapo joven de la familia rica donde la muchacha pobre trabaja como sirvienta (véase la gata salvaje, la gaviota, etc.). Casos similares son los de Brasil con su presidente Jair Bolsonaro, que fue a través de Instagram.
Pascual Serrano, señala que “La ultraderecha se ha apropiado de algo que pareció nacer para los movimientos sociales de izquierda, como eran las redes sociales e internet, pero también de la generación que, se suponía, era la materia prima de la izquierda, la juventud”. El análisis de las diversas consultoras, acerca de los resultados de las votaciones de la primera vuelta en la reciente elección argentina, se ve claramente que la mayoría de quienes votaron por Milei en la primera ronda electoral fueron jóvenes de entre 16 y 29 años. Jóvenes que están indignados por razones obvias: falta de salida laboral, imposibilidad de independizarse, inflación del 140 por ciento anual, sensación de que hay una casta política que acapara el poder, ausencia de esperanza en la política tradicional, jóvenes que se sienten excluidos de las políticas progresistas de los últimos años, como la legalización del aborto, el movimiento feminista y los derechos de las minorías sexuales, todos ellos, asuntos alejados de las condiciones materiales de esos jóvenes.
Serrano, sigue afirmando: De ahí que, si la izquierda tradicional les ha fallado, si no poseen cultura organizativa (los movimientos de aluvión mediante el uso del internet) y su principal fuente de información son las redes sociales, se convierten en carne de ultraderecha o de cualquiera que les venda ruptura, insultos y encabronamiento.
En el caso de nuestro país, México, estos fenómenos mediáticos que le han permitido ganar popularidad en un tiempo record y utilizar esa popularidad, explotando eficientemente la idiosincrasia del mexicano promedio, que se siente plenamente identificado con quien le habla con palabrotas, groserías, víboras prietas, atepocatas, etc., como lo hizo en su momento, el ahora expresidente de México, Enrique Peña Nieto, al bombón que todas las mujeres querían en su colchón, aunque se enojara la Gaviota, o acabar con la mafia del poder, acabar con la corrupción gubernamental que, según nuestro actual presidente de la república, es la causa de todos los males económicos, sociales, políticos, educativos, de salud pública y todo lo habido y por haber. El señor Andrés Manuel López Obrador, aprovechó al máximo la utilidad y gran influencia de la radio, televisión, primero, y luego, de las benditas redes sociales como el Facebook y Twitter.
Hoy en día, sabemos perfectamente que la gran mayoría de la población mexicana y de muchos países tiene un teléfono celular, aunque sea un “cacahuatito”, con el cual se introduce a bucear en la red de redes, la internet y las redes sociales que, como señaló Pascual Serrano, se convierten en la principal fuente de información. También nos damos cuenta que, precisamente nuestra niñez, juventud y personas adultas, se encuentran postradas y enajenadas, ante y por la verdadera Secretaría de Educación Pública: Las benditas redes sociales.
En la segunda parte de esta colaboración resaltaremos las virtudes y sombras negras que, en la forma y en el fondo, en lo general y en lo concreto, tienen el uso de las redes sociales en nuestra sociedad mexicana.
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