Dicen que prometer no empobrece, eso lo sabe muy bien el actual mandatario nacional, Andrés Manuel López Obrador, quien en campaña prometió hasta lo que no se podía lograr, minimizando el tamaño de la responsabilidad de dirigir un país como el nuestro. Se aprovechó vilmente de los mexicanos, los engañó prometiéndoles un país donde se acabarían los privilegios, los gastos innecesarios, la llamada mafia del poder, la corrupción que tanto daño le hacía a nuestro país, prometió un país maravilloso, donde los pobres dejarían de ser pobres para ser felices y, con esas promesas el pueblo le creyó y lo hizo presidente de México.
“Desde el primer día de mi gobierno ya no habrá corrupción”, decía, muy seguro de que este problema se resolvería solo con buena voluntad, con buenos deseos, pero la realidad le daría golpes en el rostro con guante blanco.
El no conocer la realidad histórica de un país, conlleva a cometer las imprudencias (por no decir otra cosa) que ha cometido el presidente, pues muchas de sus promesas eran sencillamente imposibles de cumplir, y no por falta de buen ánimo, de buenos deseos, sino porque la realidad está determinada por el capital, por la base económica, que rige a un sistema, pero eso, al parecer, no lo conocía nuestro jefe del ejecutivo.
Acabar con la corrupción sonaba muy bonito, ¿a qué mexicano o ciudadano del mundo no le gustaría ver ese sueño hecho realidad?, sinceramente creo que todos soñamos con ese grandioso día, pero la realidad tiene otros datos, los verdaderos datos.
En su afán por seguir manteniendo su mentira de cero corrupción, Andrés Manuel López Obrador busca por todos los medios seguir engañando al pueblo, pero se le esta saliendo de las manos este control mediático, ya no puede más, tanto así que adelantó la búsqueda de quien lo va a sustituir en la presidencia.
Enfermo de poder y sin una estructura amplia para dirigir el país, llamó a sumarse a sus filas a exfuncionarios de otros partidos, entre ellos a Ignacio Ovalle, un viejo priista, a quien le dio la responsabilidad de dirigir SEGALMEX (Seguridad Alimentaria Mexicana), un organismo creado por la administración morenista, heredero de lo que antes era la Compañía Nacional de Subsistencias Populares (Conasupo).
SEGALMEX tiene como objetivo favorecer la productividad agroalimentaria, su distribución en beneficio de la población más rezagada del país y brindar alimentos de calidad nutricional, a precios accesibles. Es un organismo descentralizado, sectorizado a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) que busca la autosuficiencia alimentaria en los cuatro granos básicos (maíz, trigo, arroz, frijol) y leche, lo mismo que hacia Conasupo, pero como ese organismo no fue creado por morena, entonces habría que desparecerlo y crear uno nuevo, con el sello de la 4T.
Muy mal le salieron las cosas a AMLO, pues recientemente se descubrió un desvío de recursos por más de 9, 500 millones de pesos de dicha dependencia. Es decir que la corrupción, la que se iba acabar llegando morena al poder, no solo no se acabó, se duplicó descaradamente mientras el presidente, en su famoso circo llamado mañaneras, trata de desmentir, con sus otros datos, la verdadera realidad.
Los mexicanos están cansados de la corrupción, y ahora están cansados de las promesas de acabar con la corrupción. Obrador gano con engaños, y la realidad le está pegando en la cara.
Creerle a Morena ya no es una opción, pues en tan solo cinco años de gobierno han demostrado ser peores que los otros partidos, y no podría ser de otro modo, pues la mayoría de los morenistas fueron priistas, perredistas, panistas…sencillamente bautizarlos con el sello de morena no dio resultados, el milagro morenista no existe.
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