MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Por negligencia gubernamental regresa el gusano barrenador

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La reaparición de esta plaga evidencia el abandono institucional frente a problemas sanitarios que afectan tanto al campo como a las poblaciones más vulnerables.

El rumbo de México seguirá en picada mientras sus hijos no nos decidamos a tomar su destino en nuestras manos y fortalecer la organización que ya desde hace 50 años el Movimiento Antorchista viene construyendo.

“México detecta en Chiapas primer caso humano de miasis por gusano barrenador”, fue el sonoro título que el portal de noticias Telesur tv Net, del pasado 19 de abril, le puso a una de sus publicaciones. La nota agregaba que las autoridades de Agricultura y Salud señalaron que la afectada era una mujer de 77 años, con domicilio en el municipio de Acacoyagua, ubicado en la costa de Chiapas, en la frontera con Guatemala; y detallaba, además, que el gusano barrenador es “una infestación provocada por las larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, que se alimentan del tejido vivo de los mamíferos, y en raras ocasiones de las aves”.

Se dice que las infestaciones se producen cuando la mosca hembra pone sus huevecillos en las heridas de la piel y, ocasionalmente, en las mucosas. Una vez que las larvas se alimentan de los tejidos vivos y fluidos, crecen y progresivamente agrandan la herida. Después de alimentarse de cinco a siete días, las larvas dejan la herida y caen al suelo, cavan en la tierra para transformarse en pupa, y posteriormente en moscas.

Antes de esa fecha, TV Azteca Chiapas, el 12 de marzo de este año, había dado a conocer que “el Ministerio de Salud de Costa Rica confirmó el fallecimiento de una joven de 19 años, originaria de Guanacaste, Costa Rica, quien fue diagnosticada con miasis” de la mosca en estado larvario, y padecía, además, otras enfermedades crónicas. Es necesario aclarar aquí que, con todo y lo terrible que es esta enfermedad, las veces que se presenta en humanos son muy escasas y, a pesar de la gravedad del asunto, no deja de tratarse de casos aislados y en situaciones especiales como la extrema pobreza; problema que evidentemente debe ser atendido de inmediato por las autoridades correspondientes.

Sin embargo, lo verdaderamente preocupante, en los últimos días, es el regreso de esta plaga en el ganado bovino, que, después de haberse anunciado su erradicación en 1991, resulta que de nueva cuenta nos está atacando un mal que costó más de treinta años combatirlo, y está generando, según la revista Buzos, pérdidas económicas por el orden de los 3 millones de dólares diarios para los exportadores de carne.

El diario El Economista, del pasado 18 de mayo, habla de que entre el 21 de noviembre de 2024, fecha en que se dio a conocer el primer caso en territorio mexicano, al 11 de mayo de 2025, se han detectado más de mil 400 casos en menos de seis meses; con la agravante de que Chiapas es el estado que lleva el mayor número de cabezas de ganado infectadas, sumando 851 en total; le sigue Tabasco y Campeche, que registraron 368 y 181 animales afectados respectivamente; Quintana Roo presentó 28 y Yucatán seis, mientras que Veracruz y Oaxaca empatan con tres casos solamente.

Las autoridades mexicanas han atribuido el problema a contagios provenientes de países del sur de México, como Panamá, Nicaragua, El Salvador y Costa Rica, entre otros, donde se presentaron situaciones similares en fechas más tempranas; pero el problema no sólo tiene que ver con el movimiento legal e ilegal de ganado de aquella región del continente hacia nuestro país, sino a la negligencia con que han actuado las autoridades mexicanas al conocer desde el 21 de noviembre del pasado año 2024 el primer brote de este dañino parásito.

Tenemos por ejemplo la antigua planta de “La Mosca”, ubicada en la carretera al aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez, y que se le llama así precisamente porque producía moscas estériles para combatir al gusano barrenador, pero que cerró sus actividades desde el 2013 para convertirse, en el sexenio federal pasado, en un espacio para uso de un destacamento de la Guardia Nacional; sin que se ordenara su reapertura a pesar del brote del gusano, como ya vimos, y a pesar de que diversas voces del sector han pedido la reactivación de su funcionamiento. Pero lo peor no es eso, sino el hecho de que, el 29 de agosto de 2021, el entonces presidente López Obrador inauguró con bombo y platillo en el municipio de Ixtapa una nueva planta productora de la mosca que nunca funcionó; a pesar de que, según se dijo, se invirtieron para su operación más de cien millones de dólares.

Atrás quedaron las acciones gubernamentales como el Plan de Emergencia para hacer frente a la presencia de gusano barrenador del ganado, que se pusieron en marcha entre 1960 y 1991, implicando un costo de 750 millones de dólares, es decir, 955 millones en valor del 2020, según datos publicados por El Economista, ya citados, con la supervisión continua del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica). Ahora, con la frivolidad con que se atiende la problemática social y económica, nos encontramos ante un país cada vez más abandonado a su suerte por los mismos que están a cargo de velar por su desarrollo.

Por todas estas razones que estamos mirando en estos días, es que nuestra organización les dice a todos aquellos con quienes tenemos la oportunidad de platicar, que las cosas no cambiarán mientras sigamos creyendo que algún gobernante, por su buen corazón, nos vendrá a salvar.

El rumbo de México seguirá en picada mientras sus hijos no nos decidamos a tomar su destino en nuestras manos y nos dispongamos a fortalecer la organización que ya desde hace 50 años el Movimiento Antorchista viene construyendo. 

A eso los invito, esperando que más pronto que tarde, esta gran verdad que todos vemos, pero que pocos estamos dispuestos a aceptar, nos convenza de poner en acción todas nuestras fuerzas para sumarnos de manera decidida a esta lucha.

Si continuamos esperando que otro haga lo que a nosotros corresponde, los males empeorarán, como el caso del famoso gusano barrenador, que inicialmente sólo atacaba al ganado bovino, pero que ahora, ante la negligencia gubernamental, también está atacando a los humanos, empezando por los más pobres.

 

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