MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

No basta luchar por drenajes, ni pavimentos, ni fertilizante

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El Movimiento Antorchista ha sostenido durante ya casi 50 años de existencia, que el principal problema de México es la pobreza y la desigualdad social. Esta visión ha contrastado con el discurso de las clases poderosas que durante años se han conservado en el poder, y pese a que el actual presidente de la nación se sigue empeñando en señalar que es la corrupción la principal causa de los conflictos sociales. 

Desde hace 50 años, el objetivo principal de la única organización seria del pueblo pobre ha sido luchar por la redistribución de la riqueza social, para que el pueblo trabajador y creador de la riqueza tenga bienestar y satisfacción plena de las necesidades elementales; pan, vestido, calzado, vivienda, educación, salud, alimentación, recreación, es decir, que el pueblo tenga una vida digna. 

Durante estos años, los antorchistas hemos tenido que enfrentar dificultades para desarrollar el trabajo de nuestra organización,  inclemencias del tiempo, crisis económicas, represiones de Gobiernos insensibles que simplemente se han negado a resolver demandas del pueblo humilde para detener el desarrollo de la organización del mismo; que  se han empeñado en buscar la forma de acabar con nuestra organización, lanzando un sinfín de calumnias, acusaciones infundadas; que buscan limitar nuestra unidad y presentarnos ante el país como chantajistas, como invasores de terrenos, que nos aprovechamos de la pobreza para sacar beneficios del erario para el enriquecimiento de los líderes, y así, una larga lista de acusaciones y mentiras sobre la lucha organizada del pueblo que nunca han podido demostrar, porque son eso: mentiras y sólo mentiras. 

Desde hace 50 años, el objetivo principal de la única organización seria del pueblo pobre ha sido luchar por la redistribución de la riqueza social, para que el pueblo trabajador y creador de la riqueza tenga bienestar.

Ninguna de esas dificultades ha sido motivo para claudicar y detener nuestra tarea política, organizativa, de lucha y gestión. El activismo de Antorcha, hombres y mujeres buenos, con una convicción inquebrantable, que han decidido entregar su vida a una de las causas más nobles la de luchar por un mundo mejor, día con día siguen haciendo el mayor esfuerzo por visitar comunidades, pueblos, colonias y cada rincón del país donde la pobreza es cruda,  para cumplir la tarea de concientizar al pueblo trabajador de la necesidad de organizarse y  luchar, no sólo por las necesidades inmediatas como agua, drenaje, caminos, etcétera, sino por construir una sociedad distinta a la que vivimos, donde la riqueza se distribuya equitativamente.

Existen argumentos duros que a su vez endurecen nuestra convicción y exigen la lucha del pueblo, por ejemplo: el Coneval dice que 46.8 millones de personas viven en pobreza en México, lo que equivale al 36.3 % de la población total del país. Es cada día más claro que la distancia social se hace abismal; la brecha entre los pobres y ricos es inalcanzable; en 2023 el  que más aumentó su patrimonio en términos absolutos fue el hombre más rico de México, Carlos Slim, cuya riqueza aumentó en 31 mil millones de dólares o 41.89 %, cerró en 105 mil millones de dólares, mientras que la clase obrera apenas tuvo un aumento miserable del 20 % en términos nominales, un salario que cerró en 247 pesos, que no alcanzan para nada, pues  la tasa anual de inflación fue de 4.88 % y esta sigue a la alza; todo está caro. 

La violencia en el país está desbordada; es el pan nuestro: muertes, secuestros, robos, balaceras, a los jóvenes y niños nos los está arrebatando la delincuencia organizada. La educación de los hijos del pueblo está abandonada; no hay escuelas; hay un retroceso significativo en los resultados de los estudiantes mexicanos en Matemáticas: México esta reprobado.

Y ni hablar de los servicios públicos y de salud de los mexicanos: la OCDE publicó su informe Panorama de la Salud 2023, donde México se ubica como el país con la peor cobertura de salud entre los países que la integran.

Los niños en México son explotados cuando deberían estar en las aulas y viviendo su infancia feliz; el 7.1 % de los más de 29 millones de niños, niñas y adolescentes que tienen entre cinco y diecisiete años, lo que equivale a 2.1 millones, realizan trabajos no permitidos.

En fin, son muchos los males que aquejan a nuestro país y no se notan políticas serias que quieran combatirlos, salvo la píldora de la mentira, la anestesia social, las transferencias monetarias que son de nuestros impuestos y se hacen más evidentes cuando hay elecciones.

Los antorchistas no debemos tragarnos la píldora anestésica y también sabemos que no bastan las tarjetitas, así como no basta luchar sólo por drenaje, agua, pavimento, escuelas, etcétera, que además no las resuelven como ha pasado con el Gobierno de Morelos, de quien no hemos recibido nada. Hasta días después de las marchas, entregaron algunas butacas y bultos de fertilizantes para unos cuantos campesinos y apoyos mínimos que no resuelven los problemas de fondo como los mencionados arriba. 

Los antorchistas debemos seguir organizados para defender los intereses del pueblo trabajador y luchar por un país donde haya; trabajo para todos; salarios bien pagados; que las grandes empresas paguen impuestos; que se distribuya el gasto social donde se invierta en vivienda, salud, educación, servicios públicos, etcétera.

Para ello, urge que el pueblo organizado forme un nuevo partido que se ponga al frente de nuestro país, con un gobierno que piense en los millones de mexicanos y no en seguir engordando los bolsillos de los grandes millonarios.

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