MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Yo no fui al teatro

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Seguramente como miles, o tal vez millones de mexicanos, en mi niñez y juventud no fui al teatro, no lo conocí en ese entonces. Y aunque en la secundaria participé en un fragmento  de Antígona de Sófocles no entendí como debía hacerlo, ni significó algo especial en mi formación académica, ni cultural.

Fue después, ya participando en el Movimiento antorchista Nacional en el estado de Puebla donde conocí al Maestro Víctor Puebla y su trabajo teatral, en la puesta en escena de “La casa de Bernarda Alba”, de Federico García Lorca. Fue ¡increíble, con todos los personajes unidos en una gran falda, los actores hicieron gala de sus facultades histriónicas, a tal grado, que un joven estudiante de licenciatura que me acompañaba decidió cambiar de carrera e integrarse a los jóvenes que guiados por el talento, pero sobre todo por el enorme cariño que el maestro Víctor Puebla sentía por el pueblo, formaba el incipiente grupo teatral antorchista. 

Ese grupo teatral no sólo creció en número y calidad, sino que se convirtió en ejemplo e inspiración de otros jóvenes de todo el territorio nacional y lo mejor y más importante: no se trataba hacer arte por el arte, sino en la práctica llevar el arte a quienes por su precaria situación económica y la marginación cultural, en la que los económicamente poderosos mantienen a la inmensa mayoría de los mexicanos. no pueden ir al teatro. 

A lo largo de varias décadas miles de colonias y comunidades de nuestro país han presenciado y reconocido el trabajo de los antorchistas dedicados al teatro. Y ello ha resultado en una sensibilización y concientización de todos ello, a grado tal de decidirse a luchar ya no por alguna ayuda o prebenda que alivie su grave situación, (que en mucho de los casos no la resuelve), sino a esforzarse, para lograr la unión y organización de todos los pobres de nuestra patria dispuestos a conquistar el poder político de la nación y emplearlo para construir una nueva nación y  una sociedad más justa y equitativa para todos.

Tal es la importancia del arte teatral, y por tanto, es criminal la actitud del gobierno actual de excluir recursos para la promoción, presentación y creación de espacios para llevar puestas en escenas al pueblo, que no solo estimulen la imaginación del público, sino que hagan reflexionar en la grave situación en la vive y se decida a cambiarla radicalmente. Inevitablemente es el resultado, cuando uno admira obras como “Los tejedores de Silesia” montada por la compañía teatral antorchista del Estado de México. 

Muchos compañeros dirigentes del antorchismo prácticamente han inundado las redes sociales para destacar la realización del  XXII  Encuentro Nacional de Teatro de manera presencial, luego de que la pandemia nos obligara a suspender este evento y muchas otras actividades para que las disfrute toda la población. Se menciona el número de compañías y actores participantes, así como la calidad de los autores a representar, que sin duda, garantiza un espectáculo singular y único en nuestro país.

Pero yo creo que otra cosa importante es que se realizará con recursos generados por los propios antorchistas, para ofrecer un teatro de calidad y variedad al pueblo de México en forma totalmente gratuita. Se llevara a cabo los días 24, 25 y 26 de marzo en el centro cultural Mexiquense  en Texcoco, Estado de México. Una  distinción y gran reto para los anfitriones.

Confió plenamente que en que miles de mexiquenses no perderán la oportunidad de asistir y llevar a sus familias para que sus hijos nunca tengan que confesar: Yo no fui al teatro. Por lo que a mi toca ahí estaré.  
 

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