MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La situación académica en México

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Este año, como en todos, los estudiantes que egresaron de sus estudios de media superior se topan con la triste realidad de nuestro país. La realidad mexicana, explicada con datos estadísticos proporcionados por la Encuesta Nacional sobre Acceso y Permanencia en la Educación (Inegi 2021), señala que de cada tres estudiantes que egresan de la preparatoria, sólo uno continúa con sus estudios, mientras los demás se preparan para ser parte del ejército de reserva del mundo laboral y así poder aportar al sostenimiento de sus familias. ¿Pero qué pasa con ese 33 % que sí continúa su educación?

La realidad mexicana, explicada con datos estadísticos, señala que de cada tres estudiantes que egresan de la preparatoria, sólo uno continúa con sus estudios, mientras los demás se preparan para ser parte del ejército de reserva del mundo laboral.

Se ha vuelto una tradición generalizada por parte de las universidades aplicar un examen de admisión. El año pasado se registraron a nivel nacional 329 mil 109 aspirantes a universidades en todo el país, pero solo el 18 %, es decir, aproximadamente 59 mil estudiantes, fueron aceptados (La Verdad Noticias 2023). 

Es decir, 270 mil aspirantes fueron rechazados y se ven obligados a esperar un año para poder realizar de nuevo el examen y rogarle a Dios que sean seleccionados.

Los exámenes de admisión en las universidades, justificados con el argumento de mantener un estatus de calidad en la educación, no son más que una cortina de humo para echarle la culpa al estudiante por su baja calidad educativa o por su poco esfuerzo.

No se explica que, en realidad, el estudiante no fue admitido debido a la falta de cupo en las instituciones. Si bien los exámenes o las instituciones que recurren a esta práctica son responsables de la baja aceptación de los aspirantes, el Estado también lo es.

En 2024 se asignó un presupuesto de 96 mil 585 millones de pesos. Este presupuesto incluye fondos para universidades federales, tecnológicas, politécnicas, interculturales y normales.

Pero existen 4 mil 938 instituciones de educación superior con una matrícula de 4.5 millones de estudiantes. Si hacemos una simple división, se invierten 21 mil 463 pesos por estudiante al año para su educación (sin descontar sueldos, mantenimiento y diversos gastos de las instituciones).

Y si hacen falta pruebas de esto, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) lanzó un comunicado en 2023 donde México aparece en el último lugar de la lista en inversión por alumno (El Universal, 2023). ¿Y qué ha hecho el gobierno para mejorar las condiciones en la educación?

La novedosa idea del proyecto de nación de AMLO, “Universidades para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJG)”, lanzada en 2019, nació con el objetivo de llevar educación a estudiantes de bajos recursos y cubrir la demanda de la comunidad estudiantil. Pero a lo largo de cinco años, este proyecto brilla por su ausencia. 

Ello se debe a la falta o nula existencia de instalaciones. Guerrero, Chiapas, Veracruz, CDMX, Campeche, entre otras entidades, han denunciado desvío de recursos, el uso de “aulas provisionales” al puro estilo de las películas de época en nuestro país, es decir, debajo de un árbol, o el simple hecho de no entregar su título profesional.

Querido lector, le preguntaré: ¿el gobierno verdaderamente está cambiando al país, y en especial la educación? La respuesta es simple: ¡no!

Los resultados de la solución mágica y la inversión en el sector demuestran que la educación no es una preocupación de este gobierno, y seguiremos con el título del país con menos inversión por estudiante en los próximos años.

La verdadera solución “mágica” para este mal es el cambio de gobierno por uno que verdaderamente solucione de raíz el problema fundamental de nuestro país: la repartición de la riqueza generada en nuestro territorio.

Si esto cambia, no sólo se solucionará el sector educativo, sino también todos los demás males que sufre nuestro país: pobreza, delincuencia, empleo, etcétera. Sólo el movimiento antorchista, con sus cuatro ejes económicos, propone una verdadera solución para todos los males. Y para esto, el pueblo tiene que organizarse y luchar por este verdadero cambio. ¡Esa es la solución “mágica”!

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