MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Tope donde tope, aspirantes de Morena

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Esta semana y durante los eventos protocolarios que tuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador en la CDMX, el personaje fundamental que lo acompañó fue Claudia Sheinbaum. Cuando no recalcaba “lo bien que está gobernando en la capital del país”, la llevaba caminando con la mano alzada, imagen perfecta de quién es, a dos años de las elecciones, la candidata favorita del padre de la 4T. Entonces, ¿dónde quedó la frase de la misma jefa de gobierno durante su informe de labores presentado hace unas semanas?: “no es tiempo de futurismos ni de agendas personales”. Es característico para los morenistas que como dicen una cosa, a los dos minutos se les olvide. 

Quizá la cercanía de la jefa de gobierno con el habitante de Palacio Nacional no sea de últimas fechas, pero el presentarla como una de los mejores gobernantes que tiene su partido, si ha comenzado a generar escozor en algunos otros aspirantes como Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal. 

Aunque el presidente finja no tener un favorito, acomode a personajes como Adán Augusto como mediador entre quienes aspiran a la sucesión presidencial y no provocar “rupturas” al interior del partido , el mismo tabasqueño echar por la borda, quienes han tratado de mantener las apariencias. 

Para nadie es desconocido que al interior de Morena, aunque traten de aparentar lo contrario, las divisiones entre las distintas tribus van cavando su propia sepultura, pero a nivel aspirantes presidenciales apenas comenzará a notarse más abiertamente. 

Sin decirlo abiertamente pero sí como un adelanto, Ricardo Monreal dijo en el programa de El Universal “Con los de casa” el pasado miércoles 29 de septiembre, que tiene claro que la favorita de AMLO es Claudia Sheinbaum, pero que él no se siente mal porque sabe lo que puede lograr hacer cuando se lance la convocatoria a aspirantes, aunque no confía en las encuestas internas de su partido, las cuales se han realizado completamente “sesgadas”. Y remata: “Si hay exclusión, habrá división. Y si no hay apertura, habrá ruptura”, “se pone en riesgo la posibilidad de triunfo para presidente, gubernaturas, el Congreso y los congresos y municipios”. Para quien pueda intuir, esto dice que ya se busca imponer, a como dé lugar a la Jefa de gobierno como la finalista. 

Recordemos que otro aspirante a quien se le llamó la atención en plena conferencia mañanera por comenzar a tener adeptos para la sucesión del 2024 fue Marcelo Ebrard. Y es que después de cuestionarlo sobre una reunión hecha con “amigos y colaboradores” a mediados de julio, el presidente disgustado, le exigió al ex jefe de gobierno, que aclarara esa reunión, por lo que con pena, Ebrard tuvo que decir que fue “una reunión casual en donde se tenía que agradecer al presidente el poderlos tomar en cuenta”. ¡A verdad!

Aunque faltan dos años, los intereses políticos comenzaron a moverse en favor de quienes aspiran a gobernar en Palacio Nacional. Mientras se trata de aparentar una supuesta “unión” entre morenistas, por debajo de la mesa comienzan a patearse, como lo hace el mismo presidente Andrés Manuel, al expresar de una vez quién es su favorita para el próximo 2024. 

Se avecina una guerra despiadada por la sucesión, en donde se desconocerán todos con tal de ser el finalista, Morena acrecentará sus diferencias y demostrará el fracaso del proyecto de la “Cuarta Transformación”.  No existe un verdadero proyecto de país, sino la guerra de interés por el poder del país. En la 4T, no se busca gobernar, sino quedarse con el poder para beneficio personal, eso encarnan Claudia Sheimbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y quien se sume. 

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