A lo largo de más de cuatro décadas de existencia, el Movimiento Antorchista Nacional, cada 6 de junio, realiza en la cuna del antorchismo, Tecomatlán, Puebla, un evento para recordar a nuestros compañeros caídos en la lucha, nuestros mártires, como les decimos.
Pero esta vez nos concentraremos en la ciudad de Chilpancingo, Guerrero, dado que, en ese municipio, el pasado 12 de abril fueron asesinados de manera cobarde, alevosa y brutal, nuestros compañeros Conrado Hernández, Mercedes Martínes y su pequeño hijo de tan solo seis años; y hasta la fecha sin ninguna explicación racional se ha esclarecido ese atroz asesinato por parte de la Fiscalía General del Estado (FGE).
Será, en esta ocasión, un evento para rendir honores a los antorchistas que han entregado su vida a la causa de los pobres de México, y al mismo tiempo una enérgica protesta en la que alzaremos la voz para exigir que las autoridades encargadas de hacer justicia en ese estado sureño encarcelen, tanto a los autores materiales como los autores intelectuales del asesinato de nuestros compañeros, ya que a casi dos meses poco se ha hecho. Alzaremos la voz para que todo México se entere de que en Guerrero no se hace justicia y los crímenes quedan sin castigo.
Comisiones representativas de antorchistas de todos los rincones del país, y por supuesto de San Luis Potosí, acudiremos el 6 de junio a la ciudad de Chilpancingo, como hemos dicho, para honrar y recordar a nuestros mártires que entregaron su vida a la causa más noble a que se puede entregar un mexicano: acabar con la pobreza y las injusticias en México. Conrado y Mercedes, ahora mártires del pueblo organizado, eran luchadores sociales ejemplares a los que, como dice Omar Carreón Abud, “los mataron por ser antorchistas” y por “querer un mundo mejor”. No hay otra explicación. Ellos realizaban trabajo organizativo y educativo en pueblos y colonias. Los recordaremos como a todos los demás mártires de nuestro movimiento, y exigiremos justicia para ellos.
Este crimen no debe ser un crimen más que se sume a la estadística oficial de las más de 150 mil muertes a lo largo de estos cuatro años del gobierno de la 4T. No debe ser un crimen que quede en la impunidad. ¡No, de ninguna manera! ¡Nos negamos a aceptar que en México los criminales puedan asesinar a inocentes sin recibir el castigo porque las autoridades, por incompetencia, complacencia o, porque no decirlo, por contubernio, se queden cruzadas de brazos! Por eso, el 6 de junio recorreremos las calles de Chilpancingo para exigir justicia a la FGE de Guerrero y la gobernadora del estado, Evelyn Salgado Pineda, para exigir que se aprehenda a la mayor brevedad a los asesinos.
Es cierto que la gobernadora del estado de Guerrero recibió a una comisión del antorchismo y se comprometió a intervenir, lo cual agradecemos y valoramos; pero creemos que eso no es suficiente, ya que en muchas ocasiones las autoridades con la finalidad de calmar la ola de indignación hacen promesas que saben de antemano no se cumplirán. Por eso, el 6 de junio, día de los mártires antorchistas, continuaremos exigiendo se encuentre y encarcele a los culpables de este terrible asesinato.
Varias consignas serán coreadas durante el recorrido de la marcha, el 6 de junio por miles de voces indignadas por el asesinato de nuestros compañeros Conrado, Mercedes y su hijo, un ser inocente, un ángel. Dentro de ellas hay una que sobresale y dice: “¡Morir por antorcha, no es morir… morir por antorcha es vivir!”.
Los antorchistas sabemos que esta quiere decir que aquel que lucha por un mundo mejor, más justo y equitativo, por acabar con la pobreza y demás injusticias, nunca muere, pues vive y vivirá en el corazón y en la mente de sus hermanos de lucha. Quedan sus obras y queda su influencia moral sobre otros hombres. Y así, Mercedes, Conrado y su hijo viven y vivirán en nuestro recuerdo, vivirán en el corazón del pueblo, y este 6 de junio exigiremos a una sola voz que se haga justicia.
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