MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Mexicanos: más endeudamiento y menos obra social

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El paquete económico 2024, propuesta de ejercicio fiscal que envió la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al Congreso de Unión para su revisión y aprobación, contiene números que debemos analizar con mucho cuidado, para saber en qué se van a gastar nuestros impuestos el próximo año. Nos adelantamos a afirmar que el partido oficial y sus aliados, suman mayoría de votos en la Cámara de Diputados donde será aprobada y lo mismo sucederá en el Senado de la República. Tomemos algunos conceptos, para ejemplificar y poder analizar el tema que hoy nos ocupa.

Se propone un gasto anual nacional en el próximo año de 9.06 billones de pesos, el 80 por ciento de este gasto está enfocado a pensiones, gasto federal y costo de deuda. Pero se proyecta recaudar 7.3 billones de pesos, 1.8 por ciento menos que en 2023, lo que equivale a 21.3 por ciento del PIB.

Obligando al gobierno a endeudarse por un monto de 1.74 billones de pesos de deuda, 13 mil pesos por mexicano, equivalente al 5.4% del PIB, aumentando el costo de la deuda del gobierno federal en 16.1%. Desde 1990 es el endeudamiento más alto que hemos sufrido. Pese a la menor recaudación federal el gasto federalizado aumenta. Estos datos no son arranques de histeria como dijo el presidente, son datos oficiales que Hacienda, que demuestra una pésima administración financiera, gastar lo que no tenemos y eso, obligadamente, es un endeudamiento.

Claro, eso importa poco, como ya se va; jodidos los mexicanos que entre todos pagaremos esa deuda, que sexenio tras sexenio aumenta como lo demuestran los datos de los últimos tres administraciones, con Calderón en el 2006, la deuda era de 10 billones de pesos, representó el 36 por ciento del PIB, con Peña Nieto en el 2018, fue de 14 billones, representó el 44 por ciento del PIB, ahora con López Obrador en el 2024, la deuda subirá a 16 billones, representando el 49 por ciento del PIB. Por un lado, aumenta la deuda y por otro aumenta la pobreza, resultados de pésimos gobiernos.

Se propone un aumento de recursos financieros del 0.5% al gasto para los estados. Dos billones para pensiones, gasto que se concentra en población de mayores ingresos (Pemex, CFE, IMSS, ISSSTE). El gasto de inversión en infraestructura representa el 12.2% del gasto total, pero sufre una reducción del 11.1% respecto al 2023. En educación se propone un incremento del 2.7%, el 85.5% está asignado a nómina, pensiones, gastos administrativos y servicios, no hay un recurso extraordinario que modifique lo que ya se viene haciendo de manera ordinaria en educación, no hay una inversión extraordinaria a rubros que detonen en serio a la educación, seguiremos en las mismas condiciones.

El sector salud tendría un aumento de 5.9%, una cuarta parte será destinado al IMSS-Bienestar, que atiende a las personas sin seguridad social, aumento equivalente a 466 pesos por persona, cantidad ridícula, que no alcanzará ni para aspirinas cuando vayan las personas sin seguridad social a consulta médica, así ya casi estamos como en Dinamarca. Las carteras de programas sociales tendrán un aumento de más de 700 mil millones de pesos, claramente notable que estamos en año electoral.

Urge una reforma fiscal progresiva, para invertir en rubros sociales prioritarios que beneficien a las mayorías, sin endeudar al país. Con esto se demuestra, con números oficiales, que, en los hechos, no se está distribuyendo la riqueza social de forma responsable y prioritaria como se pronuncia en los discursos oficiales

Las obras emblemáticas y de relumbrón del sexenio, más costales de dinero; solo como ejemplo de ello, al Tren Maya se le asignan 120 mil millones de pesos y así se hizo con las demás obras, por el contrario, en cultura 3.8% menos en comparación al sexenio anterior. Para el árbitro electoral se le reducirá 4 mil millones de pesos y para el Poder Judicial se le dará un tijerazo de más de 25 mil millones de pesos. Con estos datos se afirma que el presupuesto se distribuyó a caprichos e intereses personales y partidarios, con fines electorales y políticos, pero no con una visión de Estado, enfocando el presupuesto en beneficio de las inmensas mayorías empobrecidas que claman por seguridad social. Ahí se queda ese gran pendiente para el sexenio venidero,

Urge una reforma fiscal progresiva, para invertir en rubros sociales prioritarios que beneficien a las mayorías, sin endeudar al país. Con esto se demuestra, con números oficiales, que, en los hechos, no se está distribuyendo la riqueza social de forma responsable y prioritaria como se pronuncia en los discursos oficiales.

Los discursos de AMLO y sus colaboradores están llenos de mentiras, es una irresponsabilidad gubernamental, nadie puede gastar lo que no tiene. Las obras de relumbrón nos han salido muy caras, mucho más de lo que nos informaron cuando dieron inicio, se han llevado costales de dinero público, y si nos vamos a los programas sociales, pocos son los que están dando resultados, los demás son un fiasco.

Esto es no saber gobernar, no lo decimos unos cuantos, los afirman los datos y los hechos, una prueba de ello es el paquete económico del 2024. Con la forma en que se distribuirá el presupuesto en el último año del sexenio, indudablemente quedará la deuda social histórica que prometieron resolver los morenistas durante el sexenio a la mayoría de los mexicanos; educación, salud, infraestructura social básica, mejoramiento a la vivienda, la agricultura, etcétera.

Estamos ante un retroceso en cuanto a recaudación, siendo testigos de un gasto irresponsable, un gobierno gastador, disponiendo de dinero que no tiene, provocando un endeudamiento que pagaremos con creces todos los mexicanos en los años venideros. Lo más vergonzoso: negando el endeudamiento.

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