MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Lucho contra gigantes: la injusticia, el miedo y la ignorancia

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“¡A cinco, a cinco, a cinco pesitos doña! Llévelos antes de que me arrepienta”, gritaba Silverio, uno de los tantos vendedores ambulantes que trabajan en el llamado Puente Esmeralda que conecta la colonia Gaviotas Norte con la Plaza de Armas. De pronto, alguien gritó “¡Aguas, ahí vienen los fiscales!”, por lo que inmediatamente la gran mayoría echó a correr.

Lo anterior no es más que lo cotidiano que ocurre, un día sí y otro también, en el centro de Villahermosa, donde los vendedores ambulantes delCentro se cuentan por miles. 

En días pasados se dio a conocer en varios medios de comunicación que el Ayuntamiento de Centro procedería a reubicar a todos los comerciantes, para implementar un proyecto para despejar el Barrio Mágico de Villahermosa de vendedores ambulantes: “Carlos Pérez Martínez, coordinador de Fiscalización y Normatividad del gobierno municipal, reveló que se contabilizan alrededor de 400 puestos de comercio informal en la zona, y se está trabajando en una reubicación de los mismos. El enfoque, según Pérez Martínez, es lograr la reubicación mediante el diálogo, evitando el uso de la fuerza. Aunque no se reveló la ubicación exacta a la que se trasladarán los comerciantes, el ayuntamiento ha planteado anteriormente la posibilidad de reubicar el ambulantaje en el antiguo mercado provisional de Casa Blanca” (XEVA, 30 de enero de 2024). 

Lamentablemente, la peor parte de esta toma de decisiones lastima a las familias más desprotegidas de la ciudad, ya que nos encontramos con que, debido a la falta de empleo, no sólo el papá y la mamá trabajan en el ambulantaje, sino también todos los niños; hay familias completas que trabajan en el ambulantaje.

Y aunque las opiniones se dividen en torno a que los ambulantes estorban en las grandes ciudades, no olvidemos que los ambulantes son fruto de la falta de empleo. Los tabasqueños vivimos en un estado que ocupa el segundo lugar en desempleo, y eso no es un problema causado por las familias pobres, sino una asignatura pendiente de resolver del Gobierno en turno, y aunque sé que algunas personas no soportan que se hable mal de este Gobierno, la realidad nos salta a la cara día tras día, ¡no se está generando empleo ni empleo bien remunerado para atender a los mexicanos!

Detrás de este lastre de la falta de empleo se esconde el comercio informal: miles de tabasqueños vendiendo mercancías en el centro de la ciudad, en los semáforos, en las plazas públicas, en las esquinas, en los parques, porque no hay empleo.

Alguna vez muy triste me decía un compañero: “Comadre, ¿qué voy a hacer? Llevo más de cinco años pagando mi taxi, y no logro salir de la deuda; al contrario, siento que ya no puedo seguir trabajando porque ya hasta me enfermé de los riñones, pero mi mujer iniciará a vender en la banqueta de mi casa todas las manualidades que sabe hacer; hasta los panes de repostería que aprendió en el último curso del DIF”.

Posteriormente, en una segunda plática, también muy triste me comentó: “Comadre, ya perdí el taxi, ya no pude pagarlo, ahora trabajo por las tardes haciendo hot dogs, quesadillas y hamburguesas. Mi mujer y mis niños me apoyan todos los días y por lo menos, si no logramos vender todos los alimentos, pues nos quedan para que coman al otro día mis hijos”. 

Sí, mi estimado lector, las historias aquí comentadas son de la vida real; otras que ya no relato en este artículo son para ponerse a llorar, como diría Joaquín Sabina: “El desamparo y la humedad comparten colchón”. La pobreza trae consigo muchos males. 

México necesita un Gobierno que genere empleos y bien remunerados para que los mexicanos pobres puedan llevar alimentos a sus familias; no sólo es pobre aquel que no tiene una casa propia para vivir, es terrible no tener dinero para comprar los alimentos mínimos para el desarrollo de los niños.

En Tabasco hay hambre, la gente no tiene empleo, por eso muchas familias se abrazan al ambulantaje como único medio de sobrevivencia.

Por lo anterior, considero que, si el Ayuntamiento de Centro piensa acabar con el ambulantaje, sólo porque estorban o porque ensucian la ciudad, mejor deberían promover un programa de creación de empleos. Si tanto les molestan los ambulantes, la solución es fácil: otórguenles un trabajo digno y así se termina el problema.

Pero le quieren hacer al revés: primero los corren de sus sitios de trabajo y luego les prometen que algún día les van a ayudar. ¡Qué barbaros! ¡qué mal se ven! 

Urge un programa serio por parte del Gobierno para generar empleo, no sólo para los tabasqueños sino para todos los mexicanos. Los programas monetarios no son más que un mejoralito para el grave cáncer del desempleo.

Por lo anterior, desde esta humilde tribuna, invito no sólo a los ambulantes a que se organicen: a los obreros, a las amas de casa, a los estudiantes pobres, a que no se conformen con su pobreza. Organícense con el Movimiento Antorchista: juntos podemos construir el país que necesitamos.

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