MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La realidad de las trabajadoras del hogar en Quintana Roo

image

Las mujeres trabajadoras del hogar en Quintana Roo son las que menos ingresos perciben en todo el país. Se estima que el 70 % de ellas apenas sobreviven con el salario mínimo al mes, sin prestaciones, a pesar de que muchas laboran cerca de 48 horas a la semana para adquirir el recurso y alimentar a sus familias.

Los datos son abrumadores, de acuerdo con información de Data México, basada en el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En el documento se lee puntualmente que las empleadas domésticas en Quintana Roo perciben apenas seis mil 810 pesos mensuales en promedio, una cantidad menor a la media nacional que alcanza los siete mil 467 pesos.

México es de los países con la cobertura de seguridad social más baja para las mujeres trabajadoras del hogar: debajo del 10 %.

Sin embargo, a pesar de que muchas de ellas trabajan “de planta” para sus patrones en tareas como barrer, trapear, planchar, cocinar, limpiar, atención a niños, adultos mayores y enfermos de la casa, sólo 320 de las 36 mil 885 que existen en el Caribe mexicano están registradas ante el Instituto Mexicano del Seguro Social.

En ese contexto, se señala que seis de cada diez mujeres domésticas respondieron que trabajan por su cuenta, pero lamentablemente, a pesar de que en promedio cobran 400 pesos por jornada, estas suelen ser extenuantes y prolongarse durante todo el día para una sola vivienda.

Sin duda, debido a la pobreza que azota fuertemente en colonias populares y localidades marginadas, las mujeres que se dedican al empleo doméstico comienzan a partir de los trece años de edad. Los expertos señalan su preocupación porque la Ley Federal del Trabajo prohíbe la contratación de menores de quince años, un mal social que tiene despreocupados al gobierno y sus instituciones.

Aunado a ello, se registra una mayor incidencia en la contratación de mujeres con una escolaridad baja. Casi el 15 % de las mujeres quintanarroenses que trabajan en los quehaceres domésticos apenas concluyeron la educación primaria, mientras que el 40 % de los empleadores cuenta con estudios de licenciatura.

La mayoría de las empleadas domésticas reside en colonias muy marginadas y hoy día hay un gran número de desplazamientos de trabajadoras de las localidades que migran hacia las zonas urbanas para poder trabajar. Esto simboliza un mayor gasto para ellas frente al poco salario que reciben por su trabajo por parte de sus empleadores.

Sin duda alguna, México es de los países con la cobertura de seguridad social más baja para las mujeres trabajadoras del hogar: debajo del 10 %, por lo que debería implementarse acciones estratégicas para apelar e impulsar la formalización del trabajo doméstico en el país, con las prestaciones de ley y que además las proteja e impulse.

Sin embargo, a pesar de los obstáculos y peros por parte de las propias autoridades de gobierno, muchas veces queda en “habrá que ver”. No se ve el diseño de políticas focalizadas en el tema, pues es precisamente el gobierno el que impide el desarrollo de las trabajadoras del hogar y, por ende, al no contar con salarios justos y seguridad social, propicia aún más el aumento desmedido de los niveles de pobreza, un mal social que no está entre las prioridades del gobierno de la 4T y mucho menos de sus legisladores “representantes” del pueblo.

0 Comentarios:

Dejar un Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados *

TRABAJOS ESPECIALES

Ver más