MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La política en nuestro país sí tiene remedio

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Como es bien sabido por muchos, se han iniciado ya las campañas electorales para obtener los votos de los ciudadanos que otorgan el poder del Gobierno. No hay un solo rincón de nuestro país que escape a la propaganda política, conocida ya por sus singulares características: el engaño, la mentira y el despilfarro de dinero ajeno.

Los partidos políticos y sus candidatos hacen campaña engañando al ciudadano cuando salen a pedir el voto y prometen acciones que simplemente no van a poder cumplir. Todos sabemos que de las diez cosas que prometen, quizás una sea alcanzable, y lo demás solo se escucha bien, pero no es posible, cuando menos no en el plazo que dicen.

Engañan al ciudadano cuando llegan a su puerta con otro color de camisa y de partido, como si fuera un cambio de ropa, y no de principios.

Como aquella de López Obrador, que aseguraba que bajaría el precio de la gasolina a 10 pesos, y que ahora está en casi 25 pesos, 5 pesos más que cuando hizo su promesa.

Engañan al ciudadano cuando dicen que conocen los verdaderos problemas del país, y que sabrán y podrán darles solución. Esto lo prueban, por ejemplo, la falta de resultados en los mentados programas de emprendimiento, tan usados, en donde le dan a la gente una cantidad de dinero para echar a andar un negocio, y le hacen creer que "echándole muchas ganas" y con poquita suerte saldrán adelante, dejando de lado otras condiciones económicas y sociales que determinan casi siempre el fracaso del proyecto, por ejemplo, el pago de impuestos, de renta, la inflación, la inseguridad, etcétera.

Engañan al ciudadano cuando llegan a su puerta con otro color de camisa, con otra bandera en la mano y con un discurso solo cambiado en la forma, pues el candidato ya cambió de partido, como si fuera un cambio de ropa, y no de principios.

Pero, si a los candidatos les da igual estar en uno u otro partido, solo puede significar una cosa: que no tienen diferencias, que eso de tener principios es solo un requisito, que ya quedó terriblemente pisoteado, por lo tanto, son lo mismo. Pero, además, se evidencia la desunión, la indisciplina y la falta de conciencia o de principios. Y en ese sentido, queda anulada la competencia y para el votante la diversidad de fórmulas. Entonces, ¿para qué gastar tanto dinero en los partidos políticos si no hay fórmulas distintas?

El Instituto Nacional Electoral (INE) ya anunció que durante la campaña político-electoral se difundirán 22 millones de spots (4.6 millones para promover a autoridades comiciales y 17.3 millones para los partidos); más los de la precampaña que dio inicio desde septiembre de 2023, dan un total de 52 millones de spots. (Buzos de la noticia, 26 de febrero de 2024).

Significa que diariamente escucharemos en radio y televisión, por lo menos 6 horas de propaganda política. Los mejores videos, fotos, audios, etcétera, hechos para cautivar, para persuadir, como si fuera una gran competencia por ver quién engaña a más y de mejor manera. Y todo esto cuesta, y mucho dinero.

Se sabe que un spot de 30 segundos en televisión cuesta de 5 mil a 10 mil pesos. Pero, ¿no creen ustedes que es más contundente el resultado que hayan dado los partidos políticos en su actuación, que un spot de 30 segundos? Creo que sí.

Ese es el problema, que como no han dado los resultados prometidos y esperados, tienen que hacer uso de las escandalosas y grotescas campañas. Pero, ¿de dónde sale tanto dinero para pagarlos y quién decide usarlo tan inútilmente?

Pues se trata del dinero de todos los mexicanos trabajadores, que con su vida pagan los elevadísimos y exagerados impuestos, y es el mismo Gobierno a través de las instancias correspondientes y a través de la "ley", que entregan el dinero que entre todos los mexicanos juntamos, a los partidos políticos, que desean contender, pero al mismo tiempo son los que nos tienen hundidos en la pobreza, como Morena.

Las campañas electorales hacen uso de la mentira, al decirnos que los candidatos que promueven sus partidos son los hombres y mujeres más honestos y mejor capacitados para ejercer el poder político por el bien común.

Pero eso es una gran mentira, porque todos nos dimos cuenta de que en las contiendas pasadas se hicieron y dijeron de todo, se echaron en cara sus errores, sus vicios, sus defectos y todas sus mañas. Y ahora quieren que el pueblo crea que cambiando de color, se cambiará el resultado.

Son mentirosos porque, por un lado, están los que ya gobernaron y sus resultados les califican pésimamente, y por el otro están los que no lograron llegar a la cúpula del poder, pues no les alcanzaron los votos. A unos y a otros, ¿qué les hace ahora diferentes para solicitarle su confianza al pueblo?

Lo peor es lo que se derrocha, en este proceso "democrático". El financiamiento público de las elecciones federales de junio próximo ascenderá a 10 mil millones 444 mil 157 pesos, lo que supera el monto de las elecciones pasadas en 231.3 millones de pesos. En estos 90 días, cada aspirante a la Presidencia de la república gastará 7.3 millones de pesos diarios. (Diario Oficial de la Federación).

Cambiar esta situación, esta manera de proceder en la política, es posible, como lo demostró en 1917 en Rusia el gran revolucionario ruso Vladimir Illich Uliánov, mejor conocido como Lenin, que, en su libro Qué hacer, escrito en 1902, dejó clara una nueva forma de lucha política, verdaderamente revolucionaria, (que para nuestros días bien serviría poner en práctica) y se basa en dos ideas fundamentales:

  1. La ciencia requiere estudio y disciplina. Es decir, las personas no desarrollan una conciencia científica de la realidad de forma espontánea; es necesario enseñarles a analizar la realidad en la que viven, educarlas. En un pueblo que ignora sus leyes y sus consecuencias, y que no sabe defenderse, existirá la autocracia, el maltrato gubernamental y social.
  2. Profesionalizar y unificar al partido revolucionario. Esto significa que, si un partido quiere lograr sus propósitos local y nacionalmente, debe contar con una estructura organizativa bien unificada, disciplinada, consciente y eficiente.

Es por eso que, si queremos verdaderamente cambiar las condiciones de nuestro país, es urgente y necesario seguir las recomendaciones de Lenin, educar al pueblo y trabajar por un partido de nuevo tipo, pues está claro que por ahora no se ha trabajado con éxito en ninguna de las dos cosas. Tenemos tarea y, por nuestro bien, tenemos que hacerla.

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