MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Insuficientes los apoyos alimenticios ante la contingencia de Covid-19

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Para que todos nos quedemos en casa y así poder reducir los contagios de la pandemia, medida de la que nadie duda que es necesaria, urge implementar con recursos federales un plan nacional de despensas, con productos suficientes y de calidad que sea operado por los estados y municipios o por quien el gobierno federal quiera, pero que cumpla con entregarlas a cada hogar humilde y que le permitan soportar esta contingencia; de lo contrario, una inmensa mayoría que se pueden contar por millones, están condenados a pasar hambre y penurias encerrados en sus hogares. Muchos de los ciudadanos no es que sean unos desobedientes o se sientan inmortales o no sientan temor; la verdad es que no se pueden quedar en casa por la sencilla razón de que tienen que seguir saliendo a trabajar para llevar la comida a casa. Si las cosas se siguen complicando como se vislumbra, nuestra paz social corre grave riesgo, cosa que ninguno de nosotros desea.

Hasta ahora vemos que la clase en el poder nacional esta enconchada, se muestra indiferente ante esta grave problemática alimentaria, no se ve ningún interés serio por resolver a fondo el hambre que lastima a los sectores sociales más vulnerables en los municipios, estados y en todo el país. Algunos datos serios que sustentan algunos economistas reconocidos demuestran la gravedad del problema que tenemos enfrente: hay 91 millones de personas que padecen algún tipo de pobreza, de estos 46 millones viven en pobreza extrema, 19 millones viven hacinados en 4.8 millones de hogares con vivienda de muy mala calidad, 60 % trabajan en empleo informal. Son datos de desigualdad escalofriantes para un país que es la catorceava economía del mundo.

La pandemia vino a desnudar la incapacidad de la clase política que tiene en sus manos el poder nacional. Todos esos millones de mexicanos empobrecidos están padeciendo principalmente la carencia de alimentos en cada uno de los hogares, a pesar de que es un sentir y reclamo diario, que en el transcurso de los días se agudiza, y puesto que no se está resolviendo, la situación se complicará aún más en los próximos días, debido al incremento de los días de cuarentena, ahora hasta fines de mayo, así como lo acaban de anunciar las autoridades.

Se requiere, pues, urgentemente un plan nacional para reducir el hambre, donde se inviertan miles de millones de pesos para millones de despensas que sean entregadas en todos los rincones de nuestra patria casa por casa, allí donde las necesiten, a través de las autoridades competentes, cuidando todas las medidas para evitar posibles contagios, hoy se necesita salvar a nuestro pueblo más necesitado, que todos los días vive de su trabajo diario, que hoy se ha quedado sin él, pero que gracias a ese trabajo, cuando no hay contingencia mantiene de pie a este país en la ciudad y el campo, por eso es justo pedir que el estado mexicano hoy más que nunca salga en su rescate, haciendo todo lo posible por apoyarlo en estos difíciles momentos. Creo que no es pedir mucho.

En Sonora desde el primer momento en que se implementó la contingencia a principios de marzo, a los antorchistas nos quedaba claro que quedarnos en casa durante la cuarentena no sería fácil para más del 61 por ciento de la población que vive con carencias sociales en nuestro estado, por razones que ya conocemos, vendedores informales que están ubicados en las calles, en los tianguis, afuera de los mercados, empleos informales de la construcción, autolavados, repartidores, entre otros, trabajadores con salarios bajos que obligan a vivir al día. Dejar de trabajar es imposible, como podemos ver, hay miles de ejemplos que circulan en las redes sociales, algunos con cierto humor, pero que no dejan de reflejar la cruda y triste realidad que enfrentan los trabajadores que van al día.

Por tales motivos, en días pasados tanto al gobierno del estado de Sonora como a los municipios, a través de sus oficinas, se hizo entrega de nuestros oficios con peticiones formales de apoyos con paquetes alimenticios y kits de limpieza, pero después de varias reuniones y llamadas telefónicas con los funcionarios de ambos niveles de gobierno (municipal, estado) no se ha tenido una respuesta favorable que beneficie a la mayoría de los antorchistas ni del pueblo más humilde.

Creemos que todo lo que se ha hecho hasta ahora, tanto por el gobierno del estado como por los municipios y algunos donantes, con muy buena intención y profundo humanismo, es muy reconocible, pero totalmente insuficiente. La realidad nos está rebasando y por eso nos vemos en la necesidad de pronunciarnos, a través de las redes sociales y asistiendo en pequeñas comisiones a las oficinas gubernamentales, tomando todas las medidas para evitar un posible contagio, así como en los medios de comunicación para dar nuestra opinión.

Pareciera que el llamado a quedarse en casa es muy sencillo no sólo de formular, sino de cumplir: los que tienen ingresos fijos y ahorros suficientes, que no son la mayoría de los mexicanos, no tendrán demasiadas complicaciones. Pero para los sectores vulnerables no es así y ahí están en su mayoría las familias resguardadas en sus casas, sin contar con alimentos, situación que cada vez se vuelve más crítica. Lo ideal queda rebasado por la realidad, porque es más necia que nuestra voluntad y por eso toda idea debe de ir acompañado de una acción concreta que sustente la misma: "Quédate en casa con alimentos, suficientes y de calidad, si no los tienes yo, estado, te los brindo"; pedir esto es mucho quizá en un sistema neoliberal, pero no sobra plantear la idea ahora, porque debemos aspirar a eso en un futuro no muy lejano, el de instaurar un modelo económico más humano, justo y equitativo para todos, que esté con los trabajadores en las duras y en las maduras.

Creo que todos podemos ayudar con algunas acciones; compartiendo lo que tenemos, como lo han hecho algunos sectores sociales, apoyando con paquetes de tortillas de harina al 50 por ciento y despensas de verduras para algunas familias como lo hemos hecho los antorchistas, pero no desviemos la atención: la responsabilidad es del estado mexicano, emprender medidas y acciones a la altura de las necesidades. En este momento la prioridad son la salud y la alimentación, se dice mucho pero se hace poco, se pide mucho a la población pero se le apoya poco, por eso los antorchistas seguimos solicitando y exigiendo a las diferentes instancias de gobierno, que se implemente masivamente este plan nacional. El pueblo debe aprender y nunca olvidar que en las buenas trabaja para mantener de pie a su país, aporta cuotas, paga impuestos, todos los días construye y aporta riqueza; por el contario, cuando el pueblo está en las malas como ahora y ve que el gobierno federal no sale a ayudarlo, entonces debe comprender que ese gobierno no es del pueblo, es defensor de los ricos, los defiende y defenderá siempre. Aun a pesar de la grave situación por la que atravesamos debemos sacar lecciones, aprender y nunca olvidar, para no volver a equivocarnos.

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