“Cuando todo te nieguen y te insulten el orgullo, levántate y exige que te den lo que es tuyo. Levántate. ¡Tú eres la fuerza y el derecho!”
La política del presidente de la república mexicana, Andrés Manuel López Obrador, en materia de seguridad, de “abrazos, no balazos”, ha fallado rotundamente, agravando considerablemente el ya de por sí dañado tejido social como consecuencia de la impunidad con que operan los grupos delictivos en distintos puntos del país, siendo la ciudadanía, los obreros, las amas de casa, los estudiantes, campesinos, quienes pagan y sufren las consecuencias, muestra de ello es lo que se vive en el vecino estado de Guerrero.
De acuerdo con un informe de 2023 del Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”, por lo menos dieciséis grupos del crimen organizado operan en el estado, entre cárteles de alcance nacional y células locales; por su parte, el investigador de la Universidad de Guerrero, Gabino Serrano, quien encabeza el laboratorio del estudio para las violencias, señala que operan 20 carteles.
Este viernes 12 de abril acudiremos al Zócalo de la Ciudad de México y el 14 de abril a Chilpancingo para gritar a una sola voz: ¡Justicia!
De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp), en el periodo de enero-noviembre de 2022 hubo en Guerrero mil 250 homicidios dolosos, es decir, un promedio de 3.7 por día, mientras que en el mismo periodo del 2023 la cifra aumentó a mil 555 homicidios dolosos en los 81 municipios, es decir, 4.6 por día.
Y mientras los grupos criminales operan y se pelean las plazas ¿quién vela por los ciudadanos? ¿Quién cuida de ellos o, por lo menos, quién les hace justicia? Está claro que el Estado no puede, que ha quedado rebasado, prueba de ello es que funcionarios como el secretario general de Gobierno y el secretario de Seguridad Pública han tenido que presentar su renuncia recientemente.
Este Estado fallido ha puesto de manifiesto que los más vulnerables son los ciudadanos que día a día buscan ganarse la vida de forma honesta y honrada, pero la infranqueable ola de violencia no se los permite.
Ahí está como ejemplo el caso de Yanquin Rothan Gómez, normalista asesinado por un policía estatal, quien además detuvo y torturó a dos jóvenes más; la muerte de Tomás Morales, aspirante a la Alcaldía de Chilapa, siendo el aspirante número 22 atacado en este proceso electoral, el sexto en Guerrero.
También el caso de los pobladores de Tecpan, quienes hicieron un video pidiéndole a la gobernadora Evelyn Salgado “con llanto, con dolor en el alma que los atienda, que no sea cómplice de la corrupción, de la desgracia, de lo peor del pueblo”, luego de que sufrieran ataques con drones por parte de una de las múltiples organizaciones criminales que operan en el Estado.
No olvidemos también los videos donde golpean a transportistas por oponerse a las extorsiones.
Sin embargo, no todos callan la boca ante las injusticias, ante las tragedias, ante la negligencia. El Movimiento Antorchista no guardará silencio ante el atroz crimen bestial cometido contra dos de sus miembros trabajadores y honrados, a quienes —junto a su pequeño hijo—, les arrebataron la vida injustamente hace un año.
Este 12 de abril se cumple un año del asesinato de Conrado Hernández, Mercedes Martínez, destacados líderes sociales que dedicaron su vida a organizar y educar políticamente al pueblo pobre de México para la construcción de una patria más justa para todos, sin embargo, mentes enfermas, con saña les arrebataron la vida.
Es imperativo que el pueblo se niegue a aceptar cualquier tipo de crimen con “normalidad” y se normalice que estos queden impunes. Conrado y Mercedes fueron personas buenas y ejemplares; el crimen debe castigarse, tanto los autores materiales como intelectuales de la atroz fechoría.
Hemos visto cómo el Gobierno de Guerrero es incapaz de impartir justicia pronta y expedita; por eso, este viernes 12 de abril acudiremos al Zócalo de la Ciudad de México y el 14 de abril a Chilpancingo para gritar a una sola voz exigiendo justicia.
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