Tras once años de rezagos y gestiones, una colonia popular del norte de Querétaro avanza en la escrituración de sus lotes y en la llegada de servicios básicos
Once años después de su fundación, la colonia Unidad Antorchista Melchor Ocampo, ubicada en la zona norte de Querétaro, celebra un nuevo aniversario, marcado por una historia de lucha organizada. Sus habitantes, provenientes en su mayoría de otros estados, llegaron a este lugar buscando un espacio digno donde vivir.
Durante más de una década han enfrentado rezagos en infraestructura, servicios básicos y regularización de la tierra. Sin embargo, gracias al trabajo colectivo y a la gestión permanente ante autoridades municipales y estatales, han logrado avances importantes como la instalación de servicios básicos en varias calles y el actual proceso de escrituración, que representa uno de los mayores logros de la comunidad.
El próximo siete de diciembre celebrarán su XI Aniversario, con un evento político cultural que contará con la presencia del doctor Abel Pérez Zamorano, dirigente estatal de Antorcha en el Estado de México. En este marco, conversamos con Rosa Morales, dirigente de la colonia, quien reflexiona sobre lo alcanzado y la importancia de seguir unidos para conquistar lo que falta.

¿Qué representa para ustedes llegar al XI aniversario de la colonia?
Son once años de lucha, de resistencia y de dignidad. Aquí nadie nos regaló nada. Cada avance, por pequeño que parezca, lo ganamos organizándonos, tocando puertas, presionando y manteniéndonos unidos. Este aniversario no es una fiesta más, es un recordatorio de que cuando el pueblo se decide a luchar, transforma su realidad.
¿Qué logros destacarías como los más importantes?
Haber sobrevivido. Eso es lo primero. Porque cuando llegamos aquí no había agua, ni luz, ni drenaje, ni caminos. Éramos familias abandonadas a su suerte. Con organización conseguimos alumbrado, agua y pavimentaciones parciales. Pero lo más grande es que ya estamos en proceso de escrituración. Eso significa que este pedazo de tierra, que defendimos con tanto esfuerzo, por fin será patrimonio seguro para nuestras familias.
¿Qué papel ha jugado el Movimiento Antorchista en este camino?
Total. Absoluto. Si no nos hubiéramos organizado, seguiríamos viviendo en la marginación. La organización nos da fuerza colectiva, nos permite hablar con una sola voz, nos hace visibles frente a autoridades que muchas veces prefieren ignorar a los pobres. Aquí aprendimos que solos somos débiles, pero juntos somos un pueblo que se defiende.

¿Por qué es tan necesario que las colonias populares se organicen?
Porque en México la pobreza se combate desde abajo. Las colonias populares cargan con rezagos históricos: falta de agua, drenaje insuficiente, calles sin pavimentar, inseguridad, servicios públicos atrasados. Y si la gente no se une, esas condiciones se vuelven permanentes.
Los datos muestran que millones de viviendas en el país siguen sin infraestructura básica. Eso no va a cambiar con buena voluntad. Cambia cuando el pueblo exige, insiste y lucha. La organización no es un lujo: es un mecanismo de supervivencia.
¿Cómo ha vivido la colonia el proceso de escrituración?
Con esperanza y con cansancio, porque no ha sido fácil. Hemos tenido que insistir mucho, entregar papeles, asistir a reuniones, pedir aclaraciones y no dejar que el trámite se estanque. Pero sabemos que vale la pena. La escritura no sólo te da seguridad jurídica: te da dignidad. Te reconoce como ciudadano con derechos. Y eso, para una familia trabajadora, es enorme.

¿Qué falta por conquistar?
Muchísimo. Hay calles sin pavimento, zonas sin drenaje, falta un área verde digna, canchas para los jóvenes, atención médica cercana y seguridad para las familias. Además, las escrituras aún no están en manos de todos. La colonia ha avanzado, sí, pero todavía carga con desigualdades que no se deben normalizar.
¿Cómo van a seguir luchando por esas demandas?
Igual que siempre: con unidad, con valentía y con organización. Vamos a seguir exigiendo, gestionando y, si es necesario, movilizándonos. No vamos a permitir que las autoridades nos den largas ni que los proyectos se congelen. Somos un pueblo organizado, y un pueblo organizado no se rinde.
Para cerrar, ¿qué mensaje le das a la colonia y a otras comunidades populares?
Que sigan luchando. Que no permitan que los dividan ni que les digan que “así deben vivir”. La pobreza no es destino: es una condición que se puede enfrentar cuando la gente se une. Nuestra colonia lo ha demostrado. Si seguimos juntos, si seguimos organizados, vamos a conquistar lo que nos falta y más.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario