MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿El pueblo está feliz?

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En días recientes, en la conferencia "mañanera" el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo a los periodistas que en sus recorridos por el territorio nacional percibió un ambiente de alegría, de felicidad por la 4ta transformación, así lo dijo "el pueblo está feliz, feliz, feliz". Sin embargo, ¿el pueblo está realmente feliz? veamos algunos datos que nos harán dudar.

El 20 del agosto, la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) reportó que el precio de la canasta básica, productos de primera necesidad, aumentó considerablemente. El monitoreo fue realizado del 15 de julio al 15 de agosto, donde Nuevo León encabeza la lista de las entidades donde más aumento hubo; por ejemplo, el limón tuvo un aumento en su precio del 82.64%, pasando de $15 a $36 el Kg. En Guanajuato el precio de la naranja aumentó un 37.39%, de $14 a $27 el Kg. En el estado de Hidalgo el producto que más aumento tuvo fue el jitomate, pasando de $14 a $ 25 el kilo aumentando un 28.57% su precios. Y así con una larga lista de más productos como el frijol, huevo, chile, tomate y un largo etc. La primera prueba de que el pueblo no puede estar feliz si se le está aumentando el precio a los productos básicos para sobrevivir. Sigamos.

En este año, el presupuesto destinado a la seguridad de los mexicanos apenas fue del 0.96% del PIB y hubo un recorte del 14.3% en comparación con el 2018. Y los datos de inseguridad en este primer semestre son alarmantes. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, hasta el mes de julio se registró 17,138 asesinatos, una media de 95.2 asesinatos diarios, un 7.2% más en comparación con el primer semestre del 2018. Segunda prueba de que el pueblo no puede estar feliz si vivimos con temor a ser asaltados, extorsionados, violados o asesinados.

El sector salud no se queda atrás, en aras de la austeridad republicana, en este año se redujo el presupuesto en casi 2 mil 300 millones de pesos en comparación con lo presupuestado en el 2018. Esto significa que en las regiones donde se necesitan clínicas u hospitales no se construirán más y en los centros ya existentes no habrá contratación de médicos y enfermeras y también habrá escases de medicamentos, tal como lo vemos hoy en día. ¿El pueblo puede estar feliz si en los centros médicos no hay atención adecuada, si no hay medicamentos necesarios y la gente se muere por negligencia médica? Yo creo que no.

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El último ejemplo, pero no el menos importante, es el crecimiento del desempleo y la informalidad laboral en nuestro país. Según datos del INEGI, en el segundo trimestre del año la población sin trabajo aumentó a 2 millones de personas, el 3.5% de la población económicamente activa y la población subocupada alcanza los 4.2 millones de personas. Otro dato también escalofriante es que en México hay una población económicamente activa de 56 millones de personas, aquellas que tiene la edad de laborar, sin embargo, de esos 56 millones más de 30 millones son consideradas como Población Ocupada Informal, el 53% de la PEA, aquellos que trabajan en tianguis, mercados, etc. y que no cuentan son seguridad laboral. Nuevamente, en un país donde su pueblo no tiene empleo y los que, por suerte, sí lo tienen pero con salarios de hambre y sin seguro y derechos laborales ¿puede ser feliz? la respuesta es más que obvia.

En resumidas cuentas, el pueblo mexicano no está feliz, ¿cómo estarlo si en varias regiones del país la población se muere por falta de alimentos, y donde sí lo hay aumenta cada vez el precio; se muere por falta de medicamentos en hospitales, centros médicos y clínicas. La gente no tiene ingresos por falta de empleo y los que sí tienen reciben salarios que nos les alcanza para el pan de cada día; donde la población vive con miedo y pánico por la creciente inseguridad en nuestro país? Y ni se diga la falta de apoyo al campo, la falta de obras y servicios para los pueblos, comunidades, para escuelas que tanto lo necesitan.

El presidente sólo se burla de la inteligencia de los mexicanos, que no, no estamos felices con su gobierno, con su austeridad republicana y su 4ta transformación que sólo han provocado más desigualdad en nuestro país. Y mientras él se burla, hay miles de mexicanos que sí estamos con el pueblo, que sufrimos con él, que vivimos como él, y que en lugar de darles "mejoralitos" a sus problemas les enseñamos la necesidad de organizarnos, de educarnos, de luchar para que sea el mismo pueblo que termine con los problemas más lacerantes de México y su pueblo para que, ahora sí, sea feliz, porque como dijo el poeta, "ganaremos nosotros, los más sencillos".

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