MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Derechos constitucionales: prebendas escandalosas, ¿será?

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El "periodista" Fernando Maldonado, en su columna Parabólica, trata de poner de relieve la capacidad de negociadora y de solución del nuevo gobernador de Puebla, Miguel Barbosa; señala que algunos actores de la escena política no hicieron bien su papel y que, por tanto, el mandatario morenista tuvo que hacerles la chamba. No sé si logra convencer a sus lectores o no de su tesis. Eso no me interesa, ni me preocupa.

Lo que verdaderamente llama mi atención es que, en esa columna intitulada "Rentabilidad política", el señor Maldonado pretenda, una vez más, difamar a quienes militamos en las filas del Movimiento Antorchista Nacional al referirse a nosotros como "grupo de represión" y de "presionar hasta el máximo a los gobernadores en turno para obtener prebendas escandalosas". Puesto que no me agrada arrojarles margaritas a los puercos, no rebatiré a Fernando Maldonado porque en más de una ocasión ha dado muestra de que su pluma sólo escribe lo que sus amos le ordenan.

En cambio, sí es mi intención desmentir las calumnias contra el antorchismo vertidas en el texto de marras, al cual se nos mete más por la fuerza que por lógica y, aclarar así, a la opinión pública, la realidad de la supuesta "presión" y las "prebendas escandalosas".

En primer lugar, diré que la "presión" a la que refiere nuestro loro de tinta y pluma, no es otra cosa más que el pleno ejercicio de nuestros derechos marcados en la Carta Magna, como el artículo noveno, el cual señala que no podrá coartarse el derecho a reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito y tomar parte en los asuntos políticos del país, además de que no se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencia o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee.

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Ligado a este, en el mismo sentido, van los artículos sexto y séptimo, que garantizan que la manifestación de las ideas no serán objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa y ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura; aplicando esto a la realidad, indiscutiblemente existe una correlación entre el derecho a la libertad de expresión y el derecho a la reunión y petición, los cuales no caen en ninguna violación al momento de ser ejercidos por los antorchistas.

En segundo lugar, lo que Fernando Maldonado denomina como "prebendas escandalosas" no es otra cosa que el Estado cumpla con su función de garantizar a los ciudadanos el acceso a servicios básicos como agua potable, drenaje sanitario, energía eléctrica, además de educación y salud de calidad, por mencionar algunas. De ese tamaño la mezquindad de nuestro tan "humanista" juez. Dicho sea de paso, desconozco los argumentos en que se sostiene para enjuiciarnos como si de voluntad divina se tratara.

ítem más. El columnista afirma: "La agrupación de Aquiles Córdova se hace escuchar cada periodo determinado de tiempo; la coyuntura del relevo en el poder es la constante (...). Manuel Bartlett, Melquiades Morales, Mario Marín y Rafael Moreno Valle lo padecieron en su momento y según el perfil y capacidad negociadora, todos terminaron por ceder frente a ese grupo de presión".

Sin embargo, quizá sea su ignorancia o la falta de sinapsis de sus neuronas, pero algo le impide darse cuenta que las privaciones a las que se encuentra confinado el pueblo pobre, a causa de la injusta distribución de la renta nacional que –para colmo- produce la propia clase trabajadora, son inmensas. Tantas que un periodo de gobierno no alcanzaría, por mucha voluntad y recursos que tuviera el gobernante, para atender todas y cada una de ellas, porque la masa depauperada crece y crece cada día más a un ritmo escalofriante, mientras que quienes se quedan con la riqueza producida por esa clase proletaria se reduce y se reduce.

Es por eso que, en cada administración, sin importar el color o las siglas, los antorchistas, el pueblo pobre organizado, acude ante las autoridades en turno para expresarles las necesidades que considera de mayor importancia atender a la brevedad, atendiendo siempre al diálogo, lo que nos ha llevado infinidad de veces atravesar tortuosas horas de antesala, largos viacrucis de idas y venidas, incontables mesas de trabajo infructuosas con funcionarios sin capacidad de solución, ignominiosos incumplimientos de plazos fijados por las propias autoridades para comenzar a atender las necesidades, recorte tras recorte y priorización repetitiva de lo ya priorizado, dejando al último y, como último recurso, el ejercicio a la manifestación pública porque cuando se es gobierno se debe gobernar para todos.

Sólo así, a base de lucha organizada, es como las familias pobres de las colonias populares y del campo han logrado, después de una larga, extensa y agotadora jornada de lucha, acceder al servicio de agua potable, o de drenaje, o de energía eléctrica, o a un aula para que sus hijos puedan estudiar, o a la construcción de un centro de salud. ¿En qué condiciones vivirían las familias antorchistas si no se hubieran organizado para luchar por la defensa de sus derechos? Honrosamente presumimos lo que hemos logrado porque ningún funcionario ni ninguna autoridad nos ha regalado nada, muchas veces ni un vaso de agua.

Por tanto ¿dónde está la tan siniestra "presión" que acusa Maldonado? ¿Cuáles son las "prebendas escandalosas" por las que se rasga las vestiduras? Lo acusa, pero no lo sustenta, no lo devela, y no lo hace simplemente porque no existen. Como dijo el escritor y poeta ruso Dmitri Merezhkovski, el hombre saciado no podrá comprender nunca al hambriento.

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