MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

China le abre camino a la humanidad

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China estuvo gobernada casi cuatro mil años por dinastías, líneas sucesoras de gobernantes que pertenecían a una misma familia o grupo de familias, con su propia dinámica de poder, leyes, tradiciones y características culturales. Las más destacadas fueron: la dinastía Xia (circa 2070-1600 a.C), Shang, Zhou, Qin, Han, Tang, Song, Yuan, Ming y la dinastía Qing (1644-1912).

Con la intervención de Inglaterra en el territorio chino, el capitalismo llegó a China. Después, otras potencias del mundo (Japón, Rusia, Francia, Estados Unidos, Portugal, Holanda, Suiza, España, Italia, Suiza, Bélgica y Prusia) la obligaron a aceptar tratados desiguales muy desventajosos para su economía. 

Con la Guerra del Opio en 1839, Inglaterra abrió con sangre y fuego el mercado chino. Así le impuso a la dinastía Qing abrir su economía. Desde 1839 a 1949, las potencias capitalistas introdujeron relaciones de tipo capitalista en China, pero este modo de producción no se implantó en todo el país. Mao Zedong caracterizaba a China como un país semicolonial y semifeudal.

En octubre de 1911 estalló la Revolución Xinhai,que llevó a la abdicación del último emperador Aisin-Gioro Puyi, y a la proclamación de la República de China. Con este movimiento social se fijaron las bases para el cambio político del país.

A la República de China la dirigió el Partido Nacionalista, mejor conocido como Kuomintang, que promovió la introducción del capitalismo en China y favoreció a la burguesía extranjera y nacional.

En 1949 triunfó la Revolución Popular. A partir de entonces, China es gobernada por el Partido Comunista, que se había fundado en 1921 por doce miembros que le apostaron a sacar a su país del sojuzgamiento y desigualdad en que vivía el pueblo. Mao Zedong fue su principal impulsor y se convirtió en el líder de este gran movimiento popular, que se enfocaría en superar al capitalismo y construir una sociedad socialista en su país.

Desde la Revolución Popular hasta 1976, que vivió Mao Zedong, la burguesía estuvo controlada económica y políticamente. Después, con Deng Xiaoping, se aplicó la política de reforma y apertura para que la burguesía participara más en la economía y desarrollara las fuerzas productivas. Con ello, el capitalismo daría todo lo que puede dar de sí y, sobre estas bases, construir el socialismo. Deng Xiaoping sostenía que “La pobreza no es socialismo”.

A la fecha, el Partido Comunista Chino está integrado por campesinos, obreros, artesanos, profesionistas, pequeña burguesía y empresarios. Desde el ascenso en 2012 de Xi Jinping, el gobierno se ha guiado por un discurso comunista y se ha preocupado por que la burguesía esté sometida económica y políticamente a los designios del partido. A esta también le ha asignado el papel de desarrollar las fuerzas productivas del país, pero restringiendo su papel sólo a lo económico.

El sistema socialista de China se ha fundado bajo el estado de derecho, destacando la relación dialéctica entre la democracia popular y la dictadura popular.

El Estado está en manos del Partido Comunista, que se ha proclamado defensor de las clases explotadas y que considera al marxismo-leninismo como su bandera ideológica. Por eso se considera su economía socialista de mercado y a su régimen como socialismo con características chinas.

En su obra ¿Cómo Gobierna el Partido Comunista de China? Xie Chuntao destaca: “El trabajo ideológico ocupa un lugar importante entre las obras del PCCh. Dicha labor supone publicar los principios marxistas básicos en forma razonada, dar a conocer los más recientes logros en la adaptación del marxismo a las condiciones en China, explicar la teoría del Partido, así como sus lineamientos, principios, políticas y bases teórica y práctica, dotando a los cuadros y las amplias masas con la teoría, a la vez que se les ayuda a dominar los métodos científicos de pensamiento y de trabajo, se eleva su conciencia para ejercer los lineamientos del Partido, sus principios y políticas, con el fin de guiar al pueblo de todo el país en el cumplimiento de las metas fijadas”. Esto es educar políticamente al pueblo tal como lo plantea el Movimiento Antorchista.

En China existen ocho partidos políticos de forma activa, pero el Partido Comunista es el que ocupa la posición de líder, bajo un sistema de cooperación multipartidista. Su sistema socialista se ha fundado bajo el estado de derecho, destacando la relación dialéctica entre la democracia popular y la dictadura popular.

En el marco del sistema legal socialista la Constitución en China es la ley fundamental del Estado; reconoce que el poder político le pertenece al pueblo gozando los ciudadanos chinos de amplios derechos y libertades. A la clase obrera se le destaca como líder y los trabajadores y campesinos como aliados.

Respecto a su relación con los demás países, Xi Jinping declaró el pasado 18 de octubre en su discurso de apertura del Tercer Foro de la Franja y la Ruta para la Cooperación Internacional, que persigue “fomentar la conectividad en política, infraestructura, comercio, financiación y de pueblo a pueblo con todos los países, de forma que se puede inyectar nuevos impulsos a la economía mundial, crear nuevas oportunidades para el desarrollo global y establecer una nueva plataforma para la cooperación económica internacional”.

Asimismo, destacó que esta “iniciativa representa la búsqueda conjunta de la humanidad de un desarrollo para todos”. En la actualidad, más de 150 países y 30 organizaciones internacionales han firmado documentos de la construcción conjunta de la Franja y la Ruta, algo que beneficia a muchos hombres del planeta. Tenemos opciones los mexicanos de ver hacia dónde nos conviene.

China no presiona ni ejerce sanciones económicas o de otro tipo a los países con los que comercia; no impulsa relaciones de dominación, sino de cooperación; no tiene ninguna base militar en América Latina ni en Europa, ni se entromete en la vida interna de las naciones; respeta la soberanía e integridad territorial de los países.

La visión de China es pugnar por un mundo multipolar. El Movimiento Antorchista comparte esa visión, pero para que los pueblos logremos mayor bienestar social y que la humanidad mejore su calidad de vida en todos los aspectos, debemos impulsar el desarrollo social en espiral y superar este capitalismo que ya dio todo lo que podía y no tiene nada más que ofrecer en beneficio de las mayorías. Luchemos por un socialismo con características mexicanas.

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