MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

También en Veracruz, Morena fue la gran decepción

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El gobierno de Morena en Veracruz, con Cuitláhuac García al frente, se ha tornado una verdadera pesadilla, y de esto no hay duda, pues el estado está lejos de avanzar en ninguna materia, y en cambio sí encabeza las listas del retroceso. Si bien el gobernante se empecina en mentir descaradamente diciendo que “la estrategia de atención a una política social que favorece a los más pobres y hace efectivo el derecho a la salud y el acceso a la vivienda está dando resultado”, los veracruzanos no tenemos ni qué recurrir a los datos duros para refutarlo, pues este retroceso se vive en carne propia por las mayorías y es el pan de cada día.
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en Veracruz, cuatro millones 749 mil 645 personas se encuentran en situación de pobreza, equivalente al 58.6 por ciento de la población; 1 millón 129 mil 752 personas, se encuentran en pobreza extrema, equivalente al 13.9 por ciento de la población. Mientras que el rezago educativo aumentó en 1.4 puntos porcentuales, al pasar de 26.4 por ciento a 27.8 por ciento de la población.
La carencia por acceso a los servicios de salud muestra incrementos durante el gobierno del morenista; entre 2018 y 2020 pasó del 16.7 por ciento al 31.0 por ciento, lo que equivale a un aumento de un millón 179 mil 243 personas sin acceso a este derecho, una variación de 14.3 puntos porcentuales, mayor al incremento de 12.0 puntos porcentuales reportado a nivel nacional; el 65.2 por ciento de la población, no tiene seguridad social, el 15 por ciento no tiene calidad y espacios en la vivienda, el 37.8 carece de servicios básicos en la vivienda y un 24.4 por ciento no tiene alimentación nutritiva ni de calidad. Además, más de la mitad de los 212 municipios de la entidad, el 51.9 por ciento, tuvieron un incremento en el porcentaje de la población en pobreza. El estado se colocó en el cuarto lugar en el Índice de Rezago Social (IRS) 2020.

Hace una semana, la actualización de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que la entidad veracruzana cerró el primer trimestre del 2023 con un incremento de condiciones críticas de ocupación y de informalidad laboral (empleo sin derecho a prestaciones o acceso a la seguridad social). 

Asimismo,  la ENOE muestra que en Veracruz más del 9 por ciento de los trabajadores requieren otro turno o empleo para poder sostener sus gatos básicos, también muestra que se incrementó la ocupación informal, el número de veracruzanos desempleados, la subocupación y las condiciones críticas de ocupación. Estos tan solo son los datos más recientes.
La realidad amargamente muestra que el partido en el poder no tiene la más mínima intención de combatir a la pobreza, sino de continuar favoreciendo a la clase privilegiada a costilla de las grandes masas y, esta última muestra de fe y esperanza que entregó el pueblo veracruzano y mexicano a la ilusión llamada Morena trajo decepción como un balde de agua fría; los mexicanos no podemos esperar que de un partido del montón salgan políticas que realmente busquen erradicar la pobreza. Además, menos lo podemos esperar de un gobernador que no tiene otro objetivo más que complacer a un presidente sin claridad de ideas, cueste lo que cueste, pues el servilismo e incapacidad se han apoderado de éste.
Queda en nosotros pensar dos veces a quién ponemos al frente de nuestro gobierno, también está en nosotros sacar a Veracruz de la zanja en donde Morena lo hundió.
La solución está en la fuerza y el poder del pueblo, porque solamente si éste se une y se ocupa de la política del país, es como su suerte podrá cambiar. La esperanza no cambiará la realidad, la lucha y educación del pueblo trabajador es lo que podrá cambiar el destino de nuestra patria.
 

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