Las escuelas existen, principalmente, para formar profesionistas, con el objetivo de impulsar el progreso social, para ayudar a erradicar o cuando menos aminorar, los terribles problemas sociales existentes. Es deseable que a cada estudiante se le prepare para eso, dándole todas las condiciones para que pueda desarrollar todas sus capacidades y su conciencia colectiva, y una vez siendo profesionista se sume al grupo de intelectuales, de dirigentes de la sociedad y use todos sus conocimientos en favor de las mayorías, del pueblo trabajador, de la clase a la que pertenece. Eso debería ser.
Pero no lo es. Y no lo es porque en el sistema capitalista en que vivimos, lo que más importa es vender mercancías; la ganancia a como dé lugar, sin importar las consecuencias. Para ello se requiere de millones de trabajadores que prácticamente actúen como robots (que no piensen, que no propongan, que ni hablen) que solo se dediquen a la producción. Por lo tanto, aunque no lo parezca, es el modelo de producción, el que determina cómo educar a los ciudadanos.
Al sistema le urgen los obreros, no los profesionistas, necesita gente que trabaje sin parar, que resista todos los maltratos laborales y que no reclame. Y al parecer López Obrador y su 4T, aunque digan lo contrario, están ayudando al sistema capitalista a cumplir su cometido.
La 4T no está trabajando en favor de los pobres; no quiere un país progresista con ciudadanos críticos e inteligentes, sino un pueblo sometido;
La educación en nuestro país pareciera que contribuye mayormente a la formación de obreros. En 2020 se destinó sólo el 4.5 por ciento de su PIB a la educación pública, siendo uno de los tres países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que menos invierte en educación, con un gasto menor a 5 mil dólares anuales por cada estudiante, revela el Informe Panorama de la Educación.
Aunque se diga que hay muchos millones invertidos a la educación, el engaño está en que la mayoría es para pago de nóminas, y en programas de transferencias monetarias como la Beca Benito Juárez, pero en detrimento del progreso de las escuelas, pues se deja sin presupuesto para realizar mejoras en los edificios
Por ejemplo, de 260 mil 262 planteles de los tres tipos de enseñanza, según informó la SEP a inicio del ciclo escolar 2023-2024, el 50 % carece de internet, elemento básico para la operación y servicio escolar.
Si la Beca Benito Juárez cumpliera su objetivo, los datos serían distintos; sin embargo, en el ciclo escolar 2022-2023, un millón 285 mil 670 alumnos no regresaron a la escuela, aseguró la vocera del organismo Educación con Rumbo (ECR), Patricia Ganem, es decir, la deserción escolar sigue siendo un problema. Y según el Inegi, sólo ocho de cada 100 estudiantes que ingresan a la universidad logran terminarla; eso nos convierte en uno de los países en el mundo con menos profesionistas.
Por el contrario, la Beca Benito Juárez que se entrega a los jóvenes estudiantes de bachillerato, está causando verdaderas desviaciones en los muchachos. Actúan con oportunismo, se inscriben a la escuela, faltan continuamente y no prestan atención a sus responsabilidades, cuando llega la beca, asisten exigiendo los documentos necesarios que los identifiquen como becarios para poder hacer el cobro, y después, una vez que cobraron, vuelven a faltar.
La avaricia también empieza a desarrollarse: cuando llega su beca, gastan todo su dinero en gustos propios, sin tomar en cuenta sus necesidades escolares. Compran de todo menos lo que les será útil para su preparación académica.
Y el individualismo se hace presente cuando llega el tan esperado mensaje de notificación de pago, muchos de los jóvenes no consideran a sus padres que tanto se esfuerzan y sacrifican por su educación: sólo ellos quieren manejar su dinero sin escuchar consejos de nadie.
Y el día del cobro, la escuela se queda casi vacía, pues muchos acuden a cobrar y por supuesto inmediatamente después a comprar. Ahora, la pregunta más sonada en las escuelas es “¿Cuándo llega la beca?” Aprender nuevos conocimientos, investigar, leer, crear, la superación académica y profesional ya pasaron a segundo plano.
Cinco mil doscientos pesos, enloquecen a los quinceañeros, pues para muchos representa una cantidad nunca antes obtenida. Es tanta su alucinación, que no perciben el engaño, pues su beca representa 29 pesos diarios que, para un alumno de bachillerato de cualquier zona; no le alcanza ni para los pasajes. ¿Será por eso que casi siempre les pagan los meses juntos? Y ahora con la próxima veda electoral, ¿cómo van a reaccionar los jóvenes con cantidades mayores de dinero?, ¿están preparados para eso?
No cabe duda: la estrategia habla de la verdadera pretensión: la 4T no está trabajando en favor de los pobres, no quiere un país progresista con ciudadanos críticos e inteligentes, sino un pueblo sometido; contento, pero sometido.
Es deber de todos los que sí entendemos explicarles a los demás, y luchar como un solo frente, unido y organizado, como solo el Movimiento Antorchista Nacional sabe hacerlo.
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