MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Arte y cultura, un medio de dignificación para el pueblo mexicano

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"La revolución me introdujo en el arte, y a su vez, el arte me introdujo en la revolución."

El arte y la cultura son herramientas importantes para el desarrollo del hombre y de la sociedad, pues a través de sus distintas formas de expresarse, los humanos transmiten mensajes que nos hacen reflexionar sobre los problemas sociales.

El arte es una herramienta que puede cambiar una sociedad. Por ello, el Movimiento Antorchista, desde hace 49 años, se propuso educar al pueblo mexicano con el teatro, la oratoria, la poesía y la música, convencidos de que la cultura tiene la capacidad transformadora que requiere la sociedad. Por eso la promovemos como ninguna otra organización. 

Tratamos de que más jóvenes estudien el arte, pero no como una forma de generar riqueza individual sino por el contrario: que lleven arte al pueblo; que le enseñen a declamar, a disfrutar una buena obra de teatro, una buena música, una buena poesía. Tratamos de abarcar todos los lugares del país donde nuestras autoridades han abandonado al pueblo, haciéndolo caer en la ignorancia y dejándolo en el olvido; condenándolo a la miseria.

Nuestra visión es educar a los niños y jóvenes con constancia: en el amor a las disciplinas artísticas y deportivas, para formar un espíritu aguerrido, decidido, y crearles una mentalidad de ganadores. 

Los antorchistas no sólo luchamos por infraestructura para casas de cultura, calles, escuelas, vivienda, agua potable, electrificación; sabemos de la importancia que tiene para que puedan desarrollarse en un lugar digno, pero lo que queremos es transformar de raíz esta patria. 

La nuestra es una patria valiente, tenaz y orgullosa, y para conservarla así es indispensable el trabajo cultural. Conozco a obreros, campesinos, amas de casa que han confesado que nunca habían presenciado las artes mencionadas; incluso nosotros los estudiantes de distintos albergues estudiantiles pudimos, no hace mucho, por primera vez entrar a un teatro, un auditorio, a presenciar bailes profesionales y ser parte de ellos. 
Actualmente existen casas de la cultura o casas de estudiantes donde nos enseñan a ser buenos profesionistas para ayudar al pueblo mexicano, pero también a hacer arte que nos hace más humanos, sensibles, valientes, tenaces, y es justo aquí donde me gustará mencionar un caso en particular.

Nancy López García era originaria de la comunidad Santa Cruz Pocitos del municipio de Altzayanca, una pequeña comunidad al oriente del estado de Tlaxcala con alrededor de mil 573 habitantes que se dedican esencialmente a la cosecha en el campo y la ganadería. Es un lugar donde la gente es amable, humilde, agradable, afectuosa; algo que describe sin duda también a Nancy. Ella fue parte de esto que intento explicar: un ejemplo de cómo el arte y la cultura llegan a transformarnos de forma individual y por ende transformar este país.  

Nancy perteneció a la Casa del Estudiante “Tlahuicole”, adherida a la Federación de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR). Estudió la carrera de Psicología en la Universidad Autónoma de Tlaxcala.

En ese albergue estudiantil aprendió a declamar, bailar, hacer teatro. Muchos de quienes la conocimos sabemos que era una persona sensible y una verdadera líder de los estudiantes. 

Al finalizar la carrera entendió la necesidad de organizarse para cambiar las condiciones que llevan al pueblo a sufrir miseria, y decidió abrazar la lucha del Movimiento Antorchista en el estado de Tlaxcala. Su lucha abnegada y entrega la llevó a ser parte de distintos organismos, llevando en alto la bandera de esperanza a los pueblos pobres.

Prueba de lo anterior es que Nancy llevó a varias colonias de la zona oriente del estado como la 6 de junio y Héroes de Antorcha, drenaje, electrificación, pavimentación, apoyos de vivienda. Además, apoyó a los campesinos que necesitaban a alguien que los guiara para transformar su calidad de vida. Llevó arte, cultura y educación al pueblo más pobre de la región, siempre con la actitud tan sensible que la caracterizaba tanto que logró penetrar el ánimo de lucha de muchos tlaxcaltecas. Una líder nata que nos arrebataron.

Nancy fue víctima de un feminicidio. Y nos la quitaron físicamente, pero aquí estamos sus compañeros de lucha, que no sólo la recordamos con cariño y nostalgia; la recordamos haciendo lo que ella nos enseñó: luchar valientemente por un mejor país; por quitarnos las cadenas a las que por muchos años hemos estado condenados. Su nombre no será olvidado. 

El arte y la lucha son herramientas revolucionarias para transformar esta sociedad que el sistema ha condenado a la miseria, a la pobreza extrema; volviendo al pueblo ignorante. Por ello, los antorchistas trabajamos día a día por alcanzar a cambiar este país. Sólo así le haremos verdadera justicia.

¡Por todos los caídos, nosotros estamos de pie!
 

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