Hoy quiero referirme en esta redacción, con un profundo respeto para todas las familias, sobre lo que está pasando en México, del dolor de miles de familias, de la desesperación, del llanto cada noche, del miedo, de la angustia y de la falta de humanismo y sensibilidad de un presidente que ha convertido al gobierno federal en un verdadero circo, una cantaleta de excusas, presentando otros datos y burlándose, sí, burlándose descaradamente del dolor y la tragedia que su mediocridad está provocando.
México, un país hermoso, con una vasta cultura, lleno de encanto desde el norte hasta el sur; un país donde se come delicioso, donde su gente es hospitalaria, agradecida, alegre, donde sus paisajes enamoran a propios y extraños, donde el folclore les da vida a las calles, ese México hoy se encuentra lastimado, secuestrado y sin rumbo.
No, no quiero y sería deshonesto de mi parte echar toda la culpa al actual gobierno, pues este problema es histórico, lo que sí quiero dejar en claro es que este gobierno llegó al poder con mentiras, con promesas que claramente no podría cumplir, aprovechándose del dolor, de la miseria, de la esperanza de la gente.
¿Dónde quedó la promesa de que desde el 1 de diciembre del año 2018 los delincuentes cambiarían sus armas por tractores?, ¿Dónde quedó la promesa de que los mexicanos tendríamos un sistema de salud de primer mundo como en Dinamarca?, ¿Dónde quedó el apoyo a las madres que buscan todos los días a sus seres queridos?, ¿Dónde quedó el apoyo a los niños con cáncer que no tienen medicamentos?, ¿Dónde quedó el apoyo a las mujeres violentadas y madres solteras?
¿Dónde quedó la promesa de que desde el 1 de diciembre del año 2018 los delincuentes cambiarían sus armas por tractores? ¿Dónde quedó la promesa de que los mexicanos tendríamos un sistema de salud de primer mundo como en Dinamarca?
Si el presidente tiene otros datos y un gesto de burla en su rostro, los mexicanos tienen otros datos: el dolor, sentimiento y un rostro de enojo y hartazgo de un presidente que promete mucho y no hace nada.
Para el austero presidente de México, las 42 mil 29 personas desaparecidas en su administración son un chiste, nada preocupante, nada serio que deba ser un tema en la agenda nacional; para el presidente las 156 mil 204 personas asesinadas en su sexenio son el resultado de la herencia de las administraciones anteriores, superando a los 102 mil 594 asesinatos en el periodo de Peña Nieto y a los 80 mil 686 del periodo de Felipe Calderón. Claramente el payaso nacional tiene otros datos.
No, muchas veces no, con el dolor de las familias no se juega, no se lucra, no se hace política, no se tienen otros datos. Hoy hago un llamado al presidente para que deje de burlarse del dolor de las familias que él dice apoyar; hoy más que nuca el pueblo debe ser solidario, unirse para cambiar las cosas, debe unirse para buscar una vida mejor.
Las promesas de Andrés Manuel López Obrador se han reducido a repartir dinero y decir cállense, pero los mexicanos ya no estamos dispuestos a guardar silencio, ahora lucharemos.
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