Recientemente, la Embajada del Estado de Palestina en México informó a través de sus redes sociales: “Nada en Hollywood puede prepararte para este nivel de inhumanidad: los ataques aéreos israelíes contra civiles desplazados en Gaza son tan violentos que los cuerpos son lanzados al aire. Esto no es cine. Esto es Gaza; y es sólo un fragmento del horror diario”.
Definitivamente, es terrible lo que está sucediendo en la Franja de Gaza. ¿Qué hicieron los palestinos para merecer este suplicio? Defender su tierra. No hay otra respuesta. Este despojo de sus tierras por parte de Israel, apoyado directamente por Estados Unidos, Gran Bretaña y Occidente, es una guerra sin descanso; día tras día los bombardeos se han vuelto parte de la normalidad que impera en esta zona.
Hoy el mundo contempla el inicio de la tercera guerra mundial que, cual caballo del apocalipsis, va cabalgando por prácticamente todo el planeta.
Miles de hogares abandonados, cruelmente destruidos, y con ello, derrotados los sueños de un mundo de niños que ya no cantarán, no jugarán, no soñarán. De los que sólo quedan cuerpos destrozados bajo los escombros de lo que fue una gran ciudad, una histórica ciudad.
¿Y qué dicen los gobiernos “democráticos”, los líderes del mundo? Silencio total. ¿Dónde quedaron los derechos humanos? En Israel. Derecho a violar la soberanía nacional de un pueblo inerme, derecho a matar cual si fuera una cacería de animales salvajes, a todos los palestinos que se encuentren en su camino; derecho a ocupar un territorio que no les pertenece, derecho a destruir escuelas y hospitales, derecho a masacrar niños indefensos; el pecado más brutal.
Esto último, por cierto, me recuerda lo que el diario TRT Global del 28 de marzo del presente año publicó: “Israel intensifica ataques en Gaza, matando 180 niños en un día. Netanyahu sigue amenazando con ocupar Palestina. La reanudación de los ataques israelíes desde el 18 de marzo, contra Gaza, rompió un alto al fuego de dos meses que había alcanzado tras más de 15 meses de guerra genocida. El Ministerio de Sanidad gazatí ha destacado que el balance total de muertos asciende ya a 50 mil 144 desde el inicio de la guerra genocida israelí contra Gaza, a la que se suman más de 113 mil heridos”.
El mundo necesita hacer un alto y reflexionar sobre los acontecimientos en la Franja de Gaza, porque este terrible escenario no está lejos de repetirse en cualquier otro país, sobre todo en aquellos que se oponen a la injerencia de los Estados Unidos (autonombrado policía del mundo) en sus asuntos internos.
Recordemos todo el dolor y tragedia que provocó en la llamada “Primavera Árabe”, donde países como Libia, Egipto, Túnez, Siria, Yemen (el país más pobre del mundo árabe) y Argelia fueron objeto de escrutinio por parte de los países imperialistas, que siempre estuvieron prestos a intervenir cual buitres para sacar su propia tajada.
Creo que es tiempo de que nos preguntemos si debemos seguir permitiendo que los gobiernos imperialistas continúen apoderándose de nuevos territorios, en los que el saqueo de las grandes riquezas naturales, tales como el petróleo, el oro, el uranio, el litio, las grandes reservas de agua dulce, las maderas finas, la flora y fauna propia de cada territorio, son el objetivo inmediato de la invasión en cada país; invasión que inicia generando conflictos internos, que posteriormente van escalando a otros niveles, donde inmediatamente Estados Unidos se ofrece a “colaborar” para “construir una paz” que la mayoría de las veces entra a sangre y fuego.
Esto que hoy sucede en la Franja de Gaza no es más que el derecho del más fuerte a pisotear al más débil; es la política de los países imperialistas que, en su eterna sed de recursos naturales y de mano de obra barata, van por el mundo urdiendo conflictos para posteriormente ofrecerse ellos mismos a “reconstruir” países enteros.
Hoy el mundo contempla el inicio de la tercera guerra mundial que, cual caballo del apocalipsis, va cabalgando por prácticamente todo el planeta. Estamos ante nuevos y reforzados métodos del imperialismo para frenar el desarrollo de los países pobres y ponerlos de rodillas a sus pies: la implementación de terribles medidas arancelarias impuestas a todos aquellos países que se niegan a cooperar con el “orden” mundial que pretende mantener Estados Unidos.
Sí, hoy la guerra ha iniciado fincando grandes impuestos a los países que pretendan traspasar sus fronteras para ofrecer sus mercancías en otras regiones del mundo. Y México no ha sido la excepción.
Esta situación ha puesto a temblar al gobierno de la 4-T, que ni con sus mejores discursos ha podido hacer frente a esta violenta imposición de aranceles a los productos mexicanos.
¿Y entonces, qué nos espera a los países pobres que se niegan a someterse a las disposiciones del imperialismo? ¿Una masacre como la de Gaza? ¿Imposición de nuevos impuestos a las mercancías que se venden en el mercado mundial? ¿Bloqueo económico como lo han hecho con el heroico pueblo cubano?
Urge una alianza mundial en contra del imperialismo, urge que todos los países se organicen para dar la batalla por la sobrevivencia de los pueblos. Está claro que el capitalismo sólo ha traído más pobreza a los países subdesarrollados y generado más conflictos violentos donde la gente vivía en paz. Vale la pena recordar aquella frase que utilizó el gran Carlos Marx en el llamado Manifiesto comunista: “Proletarios de todos los países, uníos”.
Sólo la unidad de los pueblos puede salvar al mundo de las garras del capitalismo, sólo la fraternidad nos puede liberar de las terribles guerras que provoca el imperialismo. Urge manifestarnos en contra de la masacre que están viviendo los palestinos; hoy por ellos, mañana quizá por nosotros.
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