Desde hace ya casi 50 años de lucha, el Movimiento Antorchista ha sostenido y sigue sosteniendo que el problema real es el modelo económico actualmente existente en México, un modelo que permite el enriquecimiento cada vez más y más concentrado en unas cuantas manos y el empobrecimiento de la gran mayoría de la población y, por ello, los antorchistas trabajamos día con día para poder cambiar a ese modelo económico por uno más justo al lado del pueblo que es quien produce la riqueza existente.
Desde que Andrés Manuel López Obrador inició campaña política por la presidencia de México, el Movimiento Antorchista Nacional fijó su postura, nuestra discrepancia con el líder de Morena radicaba y radica en la receta que quiere aplicar para solucionar los males de nuestro país, esto quiere decir el combate a la corrupción en vez del combate a la pobreza.
Durante su campaña prometió mejorar el sistema de salud de nuestro país, prometió que seria como el de los países nórdicos, pero hoy a pocos menses de culminar el sexenio de López Obrador, la crisis en el sistema de salud esta cada vez peor, aunque sabemos que los problemas ya existían en el sector salud, pero se han agudizado aún más durante el presente sexenio, como el desabasto, la corrupción, la amenaza de represión y despido al personal, entre otros.
La crisis de desabasto comenzó al iniciar el gobierno de la Cuarta Transformación (4T), en 2019; se ha agudizado en los últimos años de esta administración, la 4T en general han desatendido y mantienen en el olvido las necesidades más urgentes y añejas del sistema de salud en México: hospitales sin medicamentos ni insumos; médicos sin instrumental para operar a sus enfermos más graves; pacientes a los que no se puede atender por falta de espacios e incluso de material de curación elemental; todo esto convierte a los hospitales en sitios espeluznantes por los gritos de dolor en medio de la impotencia de enfermeras y médicos; y a este cuadro se suman las pésimas condiciones salariales y laborales de todo el personal.
Para alcanzar el nivel de servicios de salud de Dinamarca, se necesita hacer una inversión del 11 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) destinado al sistema de salud de nuestro país, que es lo que se invierte en ese país. La realidad es que, en México, el Producto Interno Bruto Ampliado (PIBA) del sector salud reportó un monto equivalente a 6.2 por ciento del PIB nacional. Es decir, a pesar de los incrementos anunciados y presumidos por el gobierno federal, ni a finales de este año ni del sexenio de AMLO logrará hacer de nuestro sistema de salud el mejor de nuestro continente, mucho menos del mundo.
Además, no solo garantiza la gratuidad y calidad del servicio al 99 por ciento de su población, sino que también les otorgan doctores de cabecera, además de que garantiza el abastecimiento de los medicamentos y mejoramiento de la infraestructura hospitalaria. A los trabajadores de la salud les da la oportunidad de seguirse formando, ofreciendo capacitación gratuita, incluso, desde su formación universitaria. Algo que no está sucediendo en nuestro país.
Aquí, tanto los trabajadores de la salud como los pacientes viven a su suerte. El pueblo, en general, no recibe servicio de calidad ni medicamentos gratuitos. Pero, además, los trabajadores de la salud viven en la incertidumbre por su seguridad laboral y económica.
Por ejemplo, en Durango, esta semana trascendió que tras la suspensión de la operación de cuatro de sus cinco quirófanos del hospital Santiago Ramón y Cajal del ISSSTE, por detectar fallas estructurales importantes dejando alrededor de 600 cirugías afectadas, es decir, 100 cirugías por semana, una verdadera barbaridad.
El problema en el tema de la salud de nuestro país es de gravedad, para poder resolverlo, se requiere de la fuerza del pueblo organizado, como ha pasado en otros momentos históricos de nuestra sociedad mexicana y en otros países,
Por eso, desde aquí les hago el llamado a quienes me puedan leer a que nos sumemos al llamado de organizarnos y educarnos políticamente pues en México se necesita un cambio de raíz para resolver este problema que nos afecta a todos, no se necesitan más promesas, se necesitan resultados concretos a corto plazo.
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