Días recientes, se dio a conocer la noticia en medios locales en Baja California Sur sobre el pésimo servicio de salud en el Hospital General del Issste, debido a que llevan meses solicitando medicamentos necesarios para las enfermedades que acompañan a varios ciudadanos en el estado.
El pueblo tiene la fuerza, pero para lograr este cambio, tiene que haber una unión y organización para enfrentar los obstáculos que se interpondrán en el camino.
En otra ocasión, pasó algo similar en el Hospital General “Juan María de Salvatierra”, ambos en la misma ciudad de La Paz, capital del estado. Otro de los monstruos que existen en el país es el problema de vivienda, el déficit que hay en los estados de la nación; en 2025, México enfrenta un déficit habitacional significativo, con estimaciones que varían, pero que apuntan a la necesidad de millones de viviendas nuevas, además de mejoras y ampliaciones de las existentes.
El déficit se debe tanto a la falta de nuevas construcciones como a la necesidad de mejorar viviendas existentes y ampliar su capacidad, con un 20 % de la necesidad atribuida a la falta de nuevas casas y departamentos.
Nuestro país se encuentra lleno de problemas como la salud, la educación, la pobreza, la falta de vivienda, la inseguridad, etcétera. Tenemos un país rico, pero la riqueza está concentrada en unas cuantas manos. Llevamos muchos años gestionando vivienda, luz eléctrica, drenaje, agua potable, la regularización de nuestras colonias; gestionamos la construcción de escuelas, calles pavimentadas, luz pública, pero la mayor parte de las veces la respuesta de las autoridades es: “no hay recurso”.
Ah, pero para sus campañas políticas claro que hay recurso, despilfarran dinero a discreción, gastan en todo y para todo, ahí sí visitan casa por casa tomando a las necesidades de los mexicanos, argumentando “nosotros sí vamos a cumplir”, porque “primero los pobres”, cuando todo es parte de su show para lograr tranquilizar a la gente y no se les vaya encima a reclamarles sus incumplimientos en gobiernos anteriores.
El problema en el país con este gobierno es inmenso. Necesitamos un cambio en este sistema, un cambio desde la raíz, y, ¿quién lo puede hacer? El pueblo de México, este es el único que tiene la fuerza para cambiar este país.
El pueblo tiene la fuerza, pero para lograr este cambio, tiene que haber una unión y organización para enfrentar los obstáculos que se interpondrán en el camino. Los gobernantes se llenan la boca diciendo que “el pueblo unido jamás será vencido”, pero a la mera hora, cuando va el pueblo unido a las diferentes dependencias a que les resuelvan las demandas, se espantan e invitan a la ciudadanía a que los visiten uno por uno.
La educación antorchista también tiene que servir para luchar contra este sistema capitalista, educándonos a profundidad con la teoría y las acciones que nos lleven a cambiar nuestra realidad concreta, que nos lleven a cambiar de raíz este sistema injusto que nos tiene enajenados y que nos mantiene como los esclavos modernos, de los cuales están sacando el mayor provecho las clases dominantes.
Como un efecto del capitalismo, el ser humano se encuentra no sólo ajeno de sí mismo, sino también de los demás hombres y del mundo que él mismo ha creado y transformado.
Como pueblo debemos abrir los ojos, saber el papel que juega el pueblo en este sistema; el pueblo tiene el poder de cambiar este país, pero cambiarlo de raíz, para que así, educados y organizados, podamos vivir mejor. Los cambios siempre son buenos, pero un cambio de sistema en el país va a ser lo mejor que le podrá pasar a México.
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