MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Universidad, privilegio de pocos

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La educación superior en México es un privilegio de pocos, ya que su cobertura sólo es de 39.7 % para su modalidad escolarizada.

En promedio en nuestro país cuatro de cada diez jóvenes de entre 18 y 22 años asisten a la universidad, pero en los casos de las familias más pobres, sólo uno de cada diez logra ese acceso. Además, sólo el 23.4 % de las personas de 25 a 34 años cursaron o concluyeron algún nivel de educación superior; muy por debajo del promedio (44.3 %) de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Desde 2018, la matrícula pública en el sector universitario ha crecido en más de 300 mil alumnos, en tanto que su presupuesto ha decrecido más de 4.5 % en términos reales en el mismo periodo, nos dice la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (Anuies).

Detalla la  Anuies que de las 35 universidades públicas estatales del país, 27 reciben una menor proporción de subsidio ordinario por parte de sus gobiernos locales respecto a lo que asigna la Federación, incumpliéndose el acuerdo de aportación de 50 %.

En varios casos se incumple además con los términos establecidos en los convenios de apoyo financiero: quince entidades presentan adeudos con sus universidades estatales por 9 mil millones de pesos entre 2019 y 2022.

La Anuies señala que México concentra una matrícula de 5 millones 192 mil estudiantes; de ellos, 4 millones 754 mil están inscritos en licenciatura y técnico superior universitario, lo que coloca al país en el séptimo lugar a escala mundial en cobertura en este nivel educativo.

De esta matrícula, las instituciones públicas de educación superior atienden a 64 %, es decir, 3 millones 290 mil alumnos, y de esas universidades, las estatales concentran el mayor número de estudiantes, 1.3 millones, seguido de las universidades federales (UNAM, IPN, UPN, UAM, Universidad Autónoma de Chapingo, Universidad Autónoma Antonio Narro y Universidad Abierta y a Distancia de México), con 18 % de los estudiantes. Los planteles del Tecnológico Nacional de México agrupan a 17.4 % de la matrícula pública.

Sin embargo; la Anuies considera que el incremento de la matrícula en el último lustro es insuficiente: “Como país tenemos una importante deuda con los jóvenes, principalmente con aquellos que vienen de los hogares más pobres”.

Si se abandona la educación de los jóvenes, se corre el riesgo de que sean desplazados en puestos de trabajo por profesionistas del extranjero. Una vergüenza para nuestro país.

En entidades como Chiapas, Oaxaca y Guerrero, sólo ingresan a la universidad dos de cada diez jóvenes, lo que debemos ver como una alerta, pues estos y sus familias no cuentan con los recursos humanos suficientemente capacitados para atender los proyectos de infraestructura y desarrollo tecnológico y comercial que se van generando en esta región marginada de antaño.

Si no se atiende esta problemática; si se abandona la educación de los jóvenes, se corre el riesgo de que estos sean desplazados, en un futuro no muy lejano, en puestos de trabajo por profesionistas del extranjero. Una vergüenza para nuestro país, que no logra, por medio del Gobierno federal, un impulso sustancial en materia educativa.

La Anuies plantea que se ha incumplido con el monto de inversión pública para la educación superior, fijado en 1 % del producto interno bruto en la Ley General de Educación Superior. 

Es importante, pues, que a los jóvenes se les prepare profesionalmente con una carrera universitaria, pues esta les permitirá consolidar relaciones interpersonales, abarcar un mundo de conocimientos que les pueden abrir puertas hacia el éxito y lograr una mejora en ingresos económicos al incorporarse al mercado laboral. 

La educación debe ser un derecho humano y hay que lograr que los jóvenes adquieran posgrados de calidad, ya que sólo el 17 % de los ciudadanos de entre 24 y 65 años de edad cuenta con un título universitario. 

Es vergonzoso que nuestro Gobierno no le dé la debida importancia a este grave problema, pues la meta debe ser que todos los niños lleguen a cursar la universidad, terminar una carrera, y de esta manera lograr un cambio sustancial en el desarrollo social. Un país sin educación va a la ruina y se rezaga del avance cultural y tecnológico que se requiere en estos tiempos modernos.

Ya lo dijo hace algún tiempo el gran prócer cubano José Martí: “Solamente un pueblo culto puede ser verdaderamente libre”. 

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