MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Sistema de salud mexicano, muy lejos del de Dinamarca

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El sistema de salud mexicano cada día está peor; todos somos testigos de los graves problemas que enfrenta este sector, ya que los ciudadanos que vivimos al día hemos tenido que pasar verdaderas calamidades cuando necesitamos atención médica para nosotros o para algún miembro de la familia en alguna de las instituciones de salud pública.

Hospitales en mal estado, falta de camas, de medicinas, una pésima atención en varios centros hospitalarios o clínicas, entre muchas otras fallas.

A pesar de que el Gobierno de la autodenominada “Cuarta Transformación” (4T) prometió mejorar el sistema de salud y alcanzar la eficacia que tiene el de Dinamarca, quedó muy lejos de ese objetivo; es más, podemos decir que lo poco que se había avanzado en sexenios anteriores en cuanto a salud quedó hecho añicos, lo que nos deja prácticamente desprotegidos, porque la 4T, con el afán de “mejorar” hizo exactamente lo contrario.

Un nuevo sistema de salud sí es posible, pero se debe construir por especialistas serios que no obedezcan a intereses políticos o ideología trasnochada.

Como dije, las consecuencias las sufrimos todos los mexicanos y en especial los más humildes, y algunas de ellas durante la pandemia de covid-19 resultaron funestas. Fue una de las pruebas más terribles que tuvo que pasar nuestro país por las carencias, la falta de presupuesto, y varias decisiones equivocadas que derivaron en que fuimos el quinto país con más fallecidos y el primero en muertes de trabajadores de la salud.

Mejorar el sistema de salud y eliminar la corrupción en este sector fue una de las promesas de campaña de Andrés Manuel López Obrador, quien presumió mucho que con su Gobierno los mexicanos íbamos a tener una mejor atención médica.

Al llegar al poder, López Obrador hizo toda una serie de cambios en el sector salud que descompusieron lo que funcionaba y dejaron peor lo que iba agarrando forma.

El servicio de salud mexicano moderno nació en 1943 con el IMSS y posteriormente con el Issste creado en 1960, pero la asignación de recursos se basó en la condición laboral de las personas, con lo cual quedó sin cubrirse un sector amplio de la población mexicana.

Hasta 2005 se intentó subsanar esta carencia al menos parcialmente con el Seguro Popular. Aun con todas sus deficiencias, este logró cubrir en 2018 a más de 50 millones de personas, pero —por razones que, por supuesto, no fueron técnicas sino políticas— se canceló en 2019 sustituyéndolo por el Insabi, cuyo fracaso fue rotundo y terminó incorporado a la infraestructura, a todas luces insuficiente, del IMSS creando así, otro invento político llamado IMSS-Bienestar.

El resultado de este invento es un servicio de salud fragmentado y mal distribuido. Existen enormes diferencias entre cada una de las instituciones que componen el sistema de salud en cuanto a su gasto per cápita; mientras en 2021 Pemex gastó 29 mil 803 pesos, el IMSS-Bienestar gastó mil 171 pesos, una diferencia enorme e injustificada. Es decir, no se invierte en serio en la salud de los mexicanos.

Hay problemas graves desde la falta de médicos especialistas, medicinas, hasta la falta de mantenimiento a las clínicas y hospitales porque muchos están en muy mal estado, a tal grado que es un verdadero peligro para los pacientes y trabajadores. 

Ejemplos hay muchos, pero sólo menciono dos por razones de espacio: el 10 de julio del 2023 una niña de seis años murió aplastada en un elevador en mal estado del IMSS en Playa del Carmen. La niña fue hospitalizada por dengue, pero la negligencia y el mal estado de las instalaciones del hospital le arrebataron la vida.

También recientemente fue noticia nacional el momento en que cae un plafón dentro del área de urgencias en el Hospital General Regional Número 17 del IMSS en Cancún, Quintana Roo, poniendo en grave peligro a pacientes y personal que ahí labora.

El Gobierno federal prometió que el nuevo modelo de salud para personas sin seguridad social operaría completamente en diciembre de 2023, con el organismo IMSS-Bienestar a la cabeza, después que siempre no, sino que hasta marzo de 2024 era la nueva fecha límite para que ahora sí disfrutáramos de un servicio de salud como el de Dinamarca, ¡pero ya terminó marzo y a punto está de terminar la administración de López Obrador y nada!

Estamos muy lejos de Dinamarca y muy cerca del colapso. Este sexenio, que está a meses de terminar, simplemente no pudo cumplir su compromiso con los mexicanos por andar haciendo inventos salidos de una cabeza sin idea mínima de lo que hay que hacer en materia de salud y, en general, en la administración pública.

Un nuevo sistema de salud sí es posible, pero se debe construir por especialistas serios que no obedezcan a intereses políticos o ideología trasnochada, sino que el objetivo sea mejorar y cuidar la salud de los mexicanos. Para ello, también se requiere invertir muchos más recursos públicos.

De acuerdo con expertos, se requiere como mínimo pasar de 2.9 % del Producto Interno Bruto (PIB) al 3.9 % en el primer año y avanzar desde ahí.

López Obrador le queda a deber mucho a los mexicanos en materia de salud, economía, seguridad, vivienda, por mencionar algunas. Lo que representa un reto para el nuevo presidente o presidenta de la república que muy pronto los mexicanos elegiremos y espero hayamos aprendido la lección. Vale.

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