MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Síndrome de Estocolmo de la 4T

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El síndrome de Estocolmo es un “estado paradójico en el cual la víctima desarrolla un vínculo positivo hacia su captor como respuesta al trauma del cautiverio, lo cual ha sido observado en diferentes casos, tales como secuestro, esclavitud, abuso sexual, violencia de pareja, miembros de cultos, actos terroristas, prisioneros de guerra, etcétera”.

Aunque no hablamos de un secuestro físico de los mexicanos, sí podemos hablar de un proceso de esclavitud mental y de manipulación dirigidas, que desde Palacio Nacional se opera y se usa el poderoso aparato de difusión del estado mexicano, pagado con nuestros impuestos para tal efecto, además de los ingentes recursos destinados a obnubilar la consciencia del pueblo por la vía de darle dinero mediante los programas sociales que se vuelven una cárcel y que hacen atenido al pueblo.

Efectivamente. El país es un desastre que se puede corroborar en cifras elementales: hablamos del sexenio más violento de la historia reciente de México, pues ya van más de 160 mil homicidios dolosos; la salud está muy mal y la cifra de más de medio millón de personas muertas por Covid-19 (aunque sólo se reconocen 300 mil y el resto son tipificados como muertes por neumonía “atípica”) lo demuestran; en el mismo rubro de salud, pero ahora lo relativo a infraestructura, debemos recordar la muerte de la pequeñita aplastada en el elevador del IMSS de Quintana Roo por falta de mantenimiento; o bien, hay que recordar el hecho de que los niños con cáncer han sido abandonados a su suerte, lo mismo que las mujeres violentadas que tenían un refugio para llegar, para ser protegidas y, finalmente, para denunciar contando con seguridad a sus agresores, en este sexenio los desaparecieron; el golpe recibido por la educación al abandonar de tajo el programa de infraestructura escolar para pasar al programa “la escuela es nuestra” y bajar los estándares de calidad en la construcción escolar que nos ha llevado al caso de Ecatepec que ya hemos expresado acá: a la conserje le cayó en la cabeza la loza de un tinaco; las grandes contradicciones entre el discurso y las acciones, por ejemplo, que ya se acabó la corrupción; sin embargo, salen a relucir videos en los que los hermanos del presidente reciben dinero en efectivo y no pasa nada, o en los que el hijo del presidente vivía en una casota gris en Estados Unidos propiedad de una empresa que tiene contratos con Pemex o en una casa en la CDMX propiedad de la asistente personal de la directora de La Jornada, periódico que ha recibido contratos por más de 750 millones de pesos; o una fiesta que se celebró en Sinaloa y que no tiene nada de austera, como pregona el presidente y se escandaliza de las fiestas que así eran en el pasado; entre muchas otras lindezas, como la ocurrencia de frenar el aeropuerto de Texcoco para empecinarse en hacer un aeropuerto inútil, como el AIFA, o empeñarse en hacer una refinería cuando todos sabemos que no tiene futuro la gasolina y que a la fecha está inaugurada, pero que sigue sin refinar o un Tren Maya que no tienen nada de austero, entre otros despilfarros.

A esto, entonces, una mente sana, crítica y sensata le llevaría a la inevitable conclusión de que habría que organizarse y exigir que debe salir este gobierno del poder. Sin embargo, en la realidad vemos que no es así.

Por el contrario: vemos que la aprobación del presidente es del 57.9% según El Financiero, al tiempo que se ganan electoralmente 22 gubernaturas, el 68% del país y, aunque había escepticismo en torno a qué pasaría sobre el Estado de México, Morena ganó. Entonces, ¿cómo se explica que el mismo partido que tiene hecho un desastre a México y que tiene secuestradas las conciencias de los mexicanos, gane gobernaturas y reciba el presidente una buena aceptación de la ciudadanía? ¿Cómo se explica que pese al desastre del proceso de las “corcholatas” de Morena y que fue ventilado por Marcelo Ebrard y por varios medios de comunicación, no haya protestas masivas por la farsa o por el descaro de usar los recursos públicos para disfrazar el proceso de democrático cuando no fue así?

Una especie de Síndrome de Estocolmo de la 4T puede usarse para explicar el problema. La gente se ha enamorado de sus captores. Me decía una señora que su hermana estaba como hechizada, que defendía a capa y espada a la 4T porque le estaban dando su pensión y aunque ella le explicaba todo lo que dijimos arriba, relativo al mal gobierno, ella insistía en que nunca había recibido un apoyo del gobierno.

En otro momento, le pregunté a un tío a qué partido político le iba y me contestó que él era morenista. Una vez que le dije que me explicara cuál era la ideología de Morena y sus principios me dijo que no sabía, entonces le pregunté que por qué era morenista y lo que dijo es que lo era porque recibía su pensión. Lo más grave es que no la necesitaba pues teniendo la doble nacionalidad vivía en Estados Unidos, pero cobraba en México.

La estrategia de Morena para enamorar a sus cautivos es darle dinero a sectores que no han recibido antes dinero como a los jóvenes y a los adultos mayores. Con ello la gente, sin saber que se trata de su propio dinero y sin saber que ese dinero no le va a resolver sus problemas de fondo, como la salud, la educación, la vivienda, el empleo bien remunerado, precios accesibles de los productos de la canasta básica, etc., se enamora de quienes le esclavizan mentalmente.

Es por ello por lo que los revolucionarios, tenemos una tarea enorme para abrirle los ojos al pueblo para que vean a sus captores como lo que son, es decir, como un partido que se compone de políticos del pasado que criticaban las corruptelas de antes, pero que ahora están peor que antes. Tenemos que abrirle los ojos al pueblo para que descubra la navaja que viene dentro del pan y no se lo coma, que sepa distinguir con claridad entre lo que le conviene y lo que le perjudica. Que aprenda a descubrir entre las apariencias y la verdad para que no se pueda enamorar, de ninguna manera, de sus captores o de quienes le maltratan.

Tomar consciencia no es sencillo, es un problema de educación que amerita un gran esfuerzo de convencimiento. Sin embargo, no queda otro remedio que seguir luchando hasta alcanzarlo, pues la construcción de una sociedad nueva, más justa y mejor reclama de los luchadores sociales, la mayor concentración, convicción, consciencia y disciplina para abrir los ojos de quienes hoy los tienen cerrados y están enamorados de sus captores.

Pongamos al descubierto la verdadera dimensión de Morena, sus acciones corruptas, sus mentiras, etcétera; mostremos al pueblo que una cosa es lo que le dicen por la mañana, donde le pintan color de rosa su vida y su futuro, pero otra cosa es la realidad, terca y necia, que demuestra que lo que se dice por las mañanas, la realidad lo desmiente más tarde. Llamo al pueblo de México a que no se enamore de sus captores que son los morenistas y a que se sumen al Movimiento Antorchista Nacional que es la conciencia del pueblo para su liberación.

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