MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

San Juan de Ulúa

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Nuestros antepasados llamaban inicialmente a esta zona Chalchihuecan. En 1518 arribaron los españoles capitaneados por Juan de Grijalva a esta franja llamada Tecpan Tlayacac, desembarcaron en unos arenales, levantaron unas chozas sobre los médanos más altos y era por San Juan de junio, por lo que esta isleta recibe el nombre de San Juan. Los españoles realizan un recorrido por ese lugar y encuentran una casa de adoración con un ídolo grande al cual llamaban Tezcatlipoca (dios guerrero de la oscuridad) y junto a él yacían dos jóvenes sacrificados abiertos del pecho y al preguntarles a los indígenas de esa área que quién había hecho esa acción, les respondieron que los culúa (acolhuas), refiriéndose a la etnia de esas personas, también llamados mexicas para aquella época. Los españoles decidieron tomar la palabra ulúa por no entender el vocablo nativo y desde entonces la isla ha sido nombrada San Juan de Ulúa.

Posterior a la conquista de México se inició sobre esa isla en 1535, bajo el reinado de Carlos I en España la construcción de la fortaleza. Carlos I ordena a Don Antonio de Mendoza, Primer Virrey de la Nueva España iniciar una fortificación en la isla de Ulúa. En 1552 iniciaron la construcción del muro de "Las Argollas", en el que había alrededor de 36 argollas (hechas de bronce puro de hasta 35 kilogramos de peso) para amarrar los barcos, este muro servía como protección a las embarcaciones de los vientos que llegan del norte y que alcanzan rachas de 60 a 120 kilómetros por hora. Las embarcaciones españolas, aunque grandes eran frágiles por ser de madera y si no había protección alguna, el oleaje ocasionado por el viento hacía chocar a las embarcaciones unas contra otras destruyéndolas entre sí. Durante esta época el lugar carecía de fortificaciones y era vulnerable al ataque de los piratas. San Juan de Ulúa es el primer puerto de México y de las primeras aduanas del continente americano, nadie ni nada salía o entraba sin el permiso de su gobernador.

En 1568 los piratas se hicieron presentes en Veracruz y estaban comandados por el corsario Sir John Hawkins y Sir Francis Drake que contaban con el apoyo de la corona inglesa, en esas fechas llegó la flota española derrotando a los invasores. El Virrey ahora consiente de la importancia de proteger el puerto, colocó los cañones del barco de los ingleses derrotados en la muralla como el primer paso de su fortificación. El holandés Laurens de Graff Apodado Lorencillo al parecer por su baja estatura, también llegó a Veracruz acompañado por los filibusteros Grammont y Van Horne y asediaron la ciudad en lo que fue la más sangrienta ocupación de la época colonial.

En 1570, el Rey Felipe II, contrató al ingeniero italiano Bautista Antonielli para realizar el diseño del Fuerte, este mismo ingeniero diseñó y construyó el Morro de la Habana Cuba y el Fuerte de Cartagena de Indias. Los materiales ocupados para la construcción de la Fortaleza fueron: coral, cemento hecho de concha de ostión, huevos de tortuga, baba de maguey, concha, arena y agua de mar.

En 1601 se construyó la Casa del Gobernador, donde vivía el administrador del Fuerte, el cual se encargaba de la protección de las riquezas que ahí se encontraban bajo su custodia y que tenían como destino final España.

En 1793 se construyó el faro interno de El Fuerte y en ese mismo año se concluyó el amurallamiento de la ciudad de Veracruz, obra que avanzaba paralela a la del Fuerte de Ulúa. Por su diseño y tipología arquitectónica, este monumento histórico es uno de los mejores ejemplos de construcción militar, debido a que se erigió bajo los principios más avanzados de las edificaciones de obra defensiva. Este Fuerte está conformado por cuatro baluartes: San Crispín, San Pedro, San Santiago y Soledad.

En 1825, cuatro años después de la firma de los Tratados de Córdoba y después de varias batallas fue recuperado por las fuerzas nacionales. San Juan de Ulúa, fue el último bastión español en México al triunfo de la Independencia.

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La Fortaleza funcionó también como cárcel de "máxima seguridad" por más de 150 años en diferentes periodos como la inquisición, el México independiente y el porfiriato, durante este tiempo estuvo llena de presos políticos como: Benito Juárez, Melchor Ocampo, Servando Teresa de Mier, Melchor de Talamantes, Francisco Javier Clavijero, Salvador Díaz Mirón, los hermanos Flores Magón, los huelguistas de Cananea y Río Blanco entre otros. Pero sin duda los prisioneros más legendarios son Jesús Arriaga, mejor conocido como "Chucho el Roto" su apodo se debió a que para cometer sus robos se vestía con elegancia, como los ricos de aquella época, llamados "rotos" (elegantes), fue un famoso bandolero al estilo de un Robín Hood veracruzano, el cual le robaba a los ricos para ayudar a los pobres, fue de los pocos que logró escapar la primera vez que lo encarcelaron saltando al agua y nadando en medio de tiburones y La Mulata de Córdoba, cuyo nombre era Soledad, una mujer de origen mulato que vivía en la villa de Córdoba, que fue acusada de hechicería y condenada por la inquisición a ser llevada presa al Fuerte para luego ejecutarla. La noche previa a su ejecución dibujó un barco en uno de los muros de su celda con un trozo de carbón para luego abordarlo, navegar y desaparecer frente a la atónita mirada de su carcelero. En el imaginario popular persiste la leyenda de estos presos que lograron fugarse de manera fantástica y que seguirán generando misterio y fascinación.

En las celdas de 8 por 20 metros y de techo cóncavo hacinaban hasta 200 personas, sufrían la falta de oxígeno y el calor era insoportable aun en la época de norte debido a que las celdas carecían de ventilación, además de eso eran, pestilentes, oscuras, húmedas y con plagas de roedores e insectos. La marea subía 10 centímetros todos los días inundando las celdas y los presos pasaban horas con los pies dentro del agua, durante la época de lluvias las mazmorras se inundaban y el nivel del agua subía hasta las rodillas de los presos, así mismo los reos eran sometidos a trabajos forzados al sol y con pocos alimentos. Se ha documentado que la comida provenía de las sobras de los restaurantes de Veracruz, la cual era servida a los presos en malas condiciones. Los calabozos tenían nombre sugestivos como Gloria, Purgatorio, Infierno, Limbo y para llegar a estas celdas se debía pasar por el "Puente del último Suspiro" que también era conocido como el "Puente sin Retorno". Estos calabozos eran para los reos una sepultura en vida, tales eran las condiciones impuestas a los presos para quebrantar a los espíritus rebeldes. Quien entraba preso a San Juan de Ulúa estaba condenado a conocer el infierno en vida, las torturas y los abusos a los prisioneros minaban su mente y espíritu mucho antes de que llegara la muerte.

San Juan de Ulúa tiene el título de cuatro veces heroica por defender la soberanía:

1.- En 1825; rendición de las tropas españolas.

2.- 1838; ataque de las tropas francesas durante la "Guerra de los Pasteles".

3.- 1847; ataque de las tropas norteamericanas en la Guerra de Intervención Estadounidense.

4.- 1914; defensa ante el desembarco de las tropas estadounidenses.

En la edad contemporánea, al concluir los trabajos de remodelación en el año 2012, el Fuerte de San Juan de Ulúa fue abierto al público como museo bajo el nombre de Museo Arqueológico de Veracruz y está bajo el cuidado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en él se reúnen 266 piezas prehispánicas invaluables de la región del Golfo de México que dan testimonio de más de tres mil años de desarrollo cultural alcanzada por civilizaciones como la Olmeca, Totonaca y Huasteca.

 
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