MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Resulta que la carnita asada de Sonora es nicaragüense

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Hermosillo, Son.- “Claro que si eres un sonorense muy orgulloso y tienes con qué comprar, no es muy agradable saber que el 70 por ciento de la carne que consumimos los sonorenses no es de Sonora. Como que el prestigio de la carne asada típica de nosotros se viene abajo. Digo, qué bueno por los países que nos envían su carne, como Nicaragua, para ellos es buen negocio, pero entonces uno piensa, ¿y qué pasó en Sonora que ya no producen los ricos tanto ganado o dónde está? ¿Ya no les conviene el negocio o quebraron?”

Así se expresó Adrián Gálvez Neyoy, joven estudiante de preparatoria de Hermosillo, al comentar la noticia de que desde hace 25 años el 70 a 75 % de la carne que se consume en Sonora proviene de otros países; Gálvez Neyoy añadió que hay mucha gente que no alcanza para comer carne ni siquiera una vez al mes, sólo huevo y winis de mala calidad (salchichas). “Por tanto, como que saber de dónde procede la carne que no comemos es algo sin mucha importancia, los humildes no medimos nuestro sentimiento sonorense (¿cómo se diría: nuestra “sonoridad”?) por la calidad de comidas inalcanzables para nosotros, sino por algo más cercano, como unas buenas tortillas de harina con mantequita, recién echadas. Si son de harina, ni me las calientes, si son de maíz, ni me las mientes, dice el dicho”. 

Lo cierto es que el sentimiento chovinista sonorense es muy contradictorio, pues en unos estrechos sectores de la población es cada vez más fuerte y desprecian absolutamente todo lo que no sea sonorense, incluyendo a la gente, y más débil entre más amplios sectores, muy del pueblo más humilde, más acostumbrados a la inmigración. Para los chovinistas absolutos esa noticia es una desgracia absoluta.

“Sin embargo, dice Neyoy, hay muchos amigos muy humildes cuyos padres emigraron hace pocas décadas y, sin embargo, se sienten muy sonorenses y presumen su carnita asada como su divisa distintiva. Como que necesitan aferrarse a algo para sentirse identificados e identificables. Pobrecitos, esos son los que más se decepcionan al saber que les dieron gato por liebre: resulta que su dichosa carnita asada es nicaragüense. No cabe duda que los tiempos de ahora son diferentes”.

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