MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Prueba PISA revela que la pésima educación en México no nos permite ser una verdadera potencia mundial

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El pasado 5 de diciembre, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) publicó los resultados de la prueba “Programme for International Student Assessment” (PISA) 2022; éste es un “Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes”, y como era de esperarse, las calificaciones en matemáticas, lecturas y ciencias ubican a México en la antepenúltima posición.

Digo que no nos causa ninguna sorpresa porque en México ni antes ni ahora la educación ha sido una verdadera prioridad para las autoridades, al contrario, los hechos nos demuestran que, si bien es cierto, no somos de los peores países del mundo, nuestra economía pudiera dar de sobra para que estuviéramos en los primeros lugares en el tema de la educación, sin embargo, lastimosamente no es así. ¿Por qué? Veamos.

México es una “potencia” según el Fondo Monetario Internacional (FMI) que recientemente publicó su “ranking mundial de países más ricos del mundo 2023”, donde para clasificar a los países se toma en cuenta el Producto Interno Bruto (PIB), lo que permite que el FMI enliste a las naciones del mundo de acuerdo con la economía de cada una.

Aunque México no entró en el top 10 del ranking del PIB mundial 2023, se puede observar que no se queda lejos del selecto grupo, puesto que se encuentra en la posición número 14, es decir, una muy buena posición si tomamos en cuenta los 190 países miembros del FMI; la economía de México está muy cerca de la de Rusia, Corea y Australia que están en la posición 11, 12 y 13 respectivamente.

Esto nos refleja que somos un país económicamente fuerte, sin embargo, hay que verlo con cautela porque la forma más utilizada de medir la economía es el PIB y, si revisamos muy bien el informe del FMI no estamos en los primeros 50 lugares del mundo por el número de patentes registradas y somos un cero a la izquierda, cuando se trata de innovación en los campos que definen la economía del siglo XXI, por ejemplo, inteligencia artificial y desarrollo de soluciones en energías renovables.

Y, si lo vemos por el lado de nuestra riqueza en oro negro, vale decir que tampoco estamos en el Top 10 entre los mayores productores de petróleo del mundo. Pero si queremos ir más allá del PIB y valorar los aspectos cualitativos, debemos tener en la cabeza un par de números: somos el país número 66 cuando se trata del PIB per cápita y ocupamos el desagradable casillero 86 por nuestro índice de Desarrollo Humano.

Este último mide el nivel de vida de un país, utilizando indicadores como esperanza de vida y niveles de educación y salud de la población.

En mi humilde opinión y tomando en cuenta que no soy economista, sólo un ciudadano que trata de analizar los problemas de nuestro país y del mundo con el objetivo de despertar el espíritu crítico de otros ciudadanos o, si de algo sirve, iluminar un poco a mis compañeros de los grupos antorchistas de Quintana Roo y del país.

Considero que México, aunque en efecto es un país “rico”, esta riqueza está mal distribuida porque de 129 millones de mexicanos que somos, según la CEPAL, sólo el uno por ciento posee el 42 por ciento de la riqueza del país, es decir, unas cuantas familias son las que se benefician de la riqueza nacional, por lo que, si valoramos los aspectos cualitativos de Desarrollo Humano, sobre todo el indicador de esperanza de vida, niveles de educación y salud en la población, nos damos cuenta que poco o nada hicieron las autoridades “neoliberales” y, estamos peor aún con la auto llamada “Cuarta Transformación” (4T) -pido perdón por mi ignorancia porque todavía no sé qué exactamente quiere decir eso de la 4T-.

Pero está muy claro que poco les importa a las autoridades del gobierno de Andrés Manuel López Obrador el mejorar las condiciones de la población, porque a pesar que ya está por concluir su administración, la situación de nuestro país es cada vez peor: la calidad de vida es mucho peor que antes; la pobreza va viento en popa; la inseguridad golpea a todos los ciudadanos sin importar si es rico o pobre; la salud está por los suelos, todos tenemos amargas experiencias con nuestros enfermos cuando los llevamos a hospitales públicos; no hay obras públicas que verdaderamente beneficien a la población en general, sólo obras faraónicas que sirven para alimentar el ego del actual Presidente de la República.

Esto no es necesario demostrarlo con datos duros, puesto que como dije, todos somos golpeados por la mala administración de la República y si muchas personas, sobre todo las de escasos recursos económicos, todavía dicen que tenemos un “buen gobierno”, en gran medida obedece a los apoyos electoreros que se les da con el fin de tenerlos “controlados” y amenazados de quitárselos si se salen del huacal.

Mención aparte merece la educación de nuestro país porque es pésima, y eso no lo digo yo, sino la prueba PISA que recientemente publicó la OCDE, donde nuestro país queda mal parado como siempre, en las materias que son claves para el desarrollo de una nación. No podremos tener jamás un país con mejores condiciones de vida si no se prioriza la educación como parte de una mejor calidad de vida.

Y, por lo que vemos, para la 4T la educación no es, ni por equivocación, prioridad, así se explica que México haya retrocedido, como lo afirma la prueba PISA, 10 años en la educación. ¿Será que quieren un pueblo ignorante para que sean más manipulables por un gobierno populista que quiere un control total para cuidar los intereses de la nueva clase en el poder?

¡Yo creo que sí, por eso han hecho de la educación un verdadero caos¡ Por ejemplo: se ha cambiado tres veces el titular de la Secretaría de Educación, los cuales como todos hemos visto, no son realmente la gente que México necesita en esa importante Secretaría, porque como alguien dijera por ahí: “tiene el 10 por ciento de experiencia y 90 por ciento de efectividad”; el caos y la polémica que ha desatado la “La Nueva Escuela Mexicana” con los libros de textos gratuitos mal hechos, con errores garrafales en la redacción, fechas inexactas, entre otros problemas.

La mala decisión de desaparecer las Escuelas de Tiempo Completo, los desayunos escolares, la inversión para la infraestructura educativa para que ahora sean los padres los que “construyan”; la gran brecha que sigue existiendo entre las escuelas públicas de las ciudades y de las comunidades, estas últimas no gozan de las mismas condiciones de las segundas. Muchas de las escuelas de colonias o comunidades marginadas son de “palitos” y sin internet, por lo que hace que la educación no tenga la misma calidad que los que tienen mejor infraestructura.

Si realmente este gobierno quiere que nuestro país mejore su calidad de vida y presumir que somos una “súper potencia en el mundo” debería distribuir mejor la riqueza y con ello, invertir recursos suficientes en la educación, sobre todo de nuestros jóvenes. Pero como esto es pedirle “peras al olmo”, llamo a todos los jóvenes de todo el país a luchar por una mejor educación, que se organicen y junto con organizaciones aliadas, hagan que las autoridades cumplan con su obligación, de lo contrario, trabajemos para quitarlos del poder. Vale.

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