Hace unos días, tuve la oportunidad de asistir al evento que el Movimiento Antorchista realizó aquí en la CDMX para honrar al poeta revolucionario Pablo Neruda, cincuenta años después de su muerte.
Quizá muchos se pregunten por qué Antorcha rinde homenaje a uno de los poetas más prolíficos de la poesía mundial; quién fue Pablo Neruda y cuál es la importancia y el significado de su vida.
Pablo Neruda nació en 1904. Militó en el Partido Comunista de Chile y desde ahí dedicó con tenacidad sus cualidades literarias para defender a la clase trabajadora de su país, de América Latina y del mundo entero. Pablo Neruda renunció a la candidatura a la Presidencia de su país en favor de Salvador Allende. Fue embajador en Francia del gobierno socialista de su país; cargo al que también renunció a raíz del sangriento golpe de estado por parte del dictador Augusto Pinochet y del gobierno yanqui contra Salvador Allende. Fue premio Lenin de la Paz y Premio Nobel de Literatura por su obra Canto en la muerte y resurrección de Lluís Companys. Fue gran amigo de Miguel Hernández y de Federico García Lorca.
Pero lo más importante es que fue un gran amigo del pueblo; del pueblo que sufre; del pueblo que vive con frío, en medio de enfermedades y del hambre. Fue un gran amigo, así como él lo describía: el amigo leal, aquel que nos defiende, sobre todo, cuando no estamos presentes. Un buen amigo está en las buenas y en las malas, decía Pablo Neruda.
Hace 50 años, un 23 de septiembre, murió a los 69 años, no de cáncer de próstata como lo difundió la prensa mundial, sino envenenado por órdenes del dictador Augusto Pinochet.
Con su homenaje, el Movimiento Antorchista recordó a Neruda declamando sus poemas, recordando sus versos y haciendo que estos recorran todo el país, por las calles, teatros, plazas; haciendo que su poesía sea arrancada de las garras del capitalismo; llevándosela al pueblo, a ese pueblo que sufre, al pueblo hambriento que vive en la miseria, aquel que lo inspiró, que busca y encuentra consuelo y voluntad para luchar por un mundo más justo, como lo soñó Neruda.
¿Quién no ha escuchado declamar un verso de Neruda?, ¿quién no se ha conmovido al leer sus poemas?, ¿qué luchador incansable no se ha identificado con la vida y los poemas de Pablo Neruda?, ¿quién no ha gritado justicia con los versos de Pablo Neruda?
Seguramente hoy este gran poeta se encuentra con los otros grandes poetas, con otros genios de la poesía, con esos grandes artistas de todos los tiempos que soñaron con un mundo mejor.
Si existe un lugar en la eternidad para los grandes poetas, no sólo porque fueron genios sino también por su gran amor a la humanidad y al pueblo y su gran amor a los que más sufren; si existe ese lugar, seguramente Neruda está entre otros grandes poetas, como Roque Dalton, José Martí, Miguel Hernández, Alfonsina Storni, Gabriel Celaya, Otero, García Lorca, iluminando el firmamento con su luz.
El maestro Aquiles, líder indiscutible del Movimiento Antorchista, ha insistido en la importancia de la poesía como arma de lucha del pueblo. Como lo dijo en una de sus conferencias: “la poesía es la expresión más profunda y bella del hombre. La poesía no sólo se debe leer; también se debe escuchar, sobre todo la poesía declamada”.
Para Antorcha el cultivo de las bellas artes entre los mexicanos es una tarea primordial, porque sabemos que a través del arte podemos crear seres humanos más conscientes y prestos a aportar todos sus conocimientos para construir un mundo más justo y mejor para todos.
El arte es indispensable para crear al hombre nuevo; un hombre más solidario, más tolerante, más inteligente. Por eso Antorcha no puede prescindir del arte como una forma de educar y transformar a los seres humanos.
En nuestros tiempos, Antorcha hace grandes esfuerzos para educar al pueblo trabajador a través del arte, y por eso trata de romper la tradición del arte al servicio de las clases ricas: para volverlo a sus orígenes populares, porque el arte es un arma para la educación del pueblo y de los ciudadanos honestos.
Pablo Neruda fue un gran amigo del pueblo; del pueblo que sufre. Por eso, Antorcha hizo que su poesía recorriera todo el país: para arrancarla de las garras del capitalismo y recordar que el arte es un arma de lucha
La poesía tiene que ser conocida por el pueblo, tiene que ser apreciada, valorada y sentida por el pueblo, para que el pueblo se entregue a las mejores causas que representan hoy por hoy los anhelos de la humanidad entera y, por tanto, los anhelos de los que menos tienen.
Los invitamos a leer poesía y a cambiar el mundo con Antorcha. La poesía de Pablo Neruda sigue vigente y los antorchistas nos hemos dado a la tarea de difundir su vida, su ejemplo y su obra.
Concluyo con un fragmento de una de sus obras:
Llámamecuando me necesites,
yo soy el poeta, hijo de pobres,
padre, tío, primo,
hermano carnal y cuñado de los pobres,
de todos, de mi patria y de las otras…
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