"Tal vez no viví en mí; tal vez viví la vida de los otros”
Pablo Neruda.
Si bien es cierto que la distancia sigue siendo una limitación y que el desarrollo tecnológico es una herramienta que nos permite mantener una constante comunicación y acceso a la información, la clase dominante ha sabido usar su poder y ha desarrollado la tecnología al grado que la información que percibimos ya no tenga sus bases en la realidad. ¿Por qué? Desde que el capitalismo mostró su verdadero rostro, la pobreza y la violencia son cada vez más notorias y a los que gobiernan el mundo no les interesa que se conozcan, que se indignen y menos, que actúen. Los señores del dinero quieren hacernos creer que el mundo real no existe. Ahí está el Metaverso de Zuckerberg. Las redes sociales, los videojuegos, la televisión, giran en torno a una vida dentro de una realidad virtual, a un mundo de aparente felicidad, haciéndonos creer que podemos conseguirlo si compramos todos esos aparatos.
Cuando vamos en la calle y nos detenemos a observar a las personas, incluso a nosotros mismos, nos encontramos un panorama que nos recuerda alguna escena zombie, donde toda la atención de esas personas está en un aparato. El mundo poco a poco comienza a perder la capacidad de asombro. Mirar la pobreza ya no nos sorprende, mucho menos nos indigna; los indigentes, las prostitutas, los niños pidiendo limosna, la violencia, es decir, la miseria humana, son parte del paisaje diario de una ciudad o “riqueza cultural” en los pueblos.
Es por estas razones que desde su nacimiento, el Movimiento Antorchista ha venido promoviendo el arte, pues tenemos plena consciencia de que sirve como una herramienta para transformarnos en mujeres y hombres despiertos y activos. Especial lugar ocupa la poesía.
¿Pero dónde se encuentra la poesía actualmente? Está olvidada, es considerada materia para expertos y no porque el pueblo así lo quiera, sino porque la clase gobernante así lo desea. Por ejemplo, ¿qué está haciendo la 4T con la difusión del arte en general? No sólo no lo incentiva, no lo apoya, sino que hace todo lo posible por alejarnos de las creaciones artísticas que realmente valen la pena, recortando el presupuesto en la cultura; en lugar de acercarnos al verdadero arte, nos prometen conciertos de muy baja calidad, y hasta eventos culturales de teatro y poesías demasiado corrientes porque de lo que se trata es de ganar dinero. La educación artística y cultural del pueblo es lo que menos le importa a este gobierno. El arte despierta, nos hace reaccionar y ellos lo que menos quieren es que los cuestionen. "Me gustas cuando callas, porque estás como ausente".
Tampoco se acerca al arte porque la misma academia, incluidos algunos poetas, así lo han dejado ver. Pero los poetas escriben para el pueblo, incluso aquellos que no lo acepten, porque su poesía se remonta a la realidad social e individual del hombre, y “aunque crea a veces que él expresa lo que siente y que no le importa si la gente le entiende porque escribe para su propia satisfacción, el poeta es hijo de la sociedad, es hijo del pueblo, es hijo de la historia y, su grandeza reside, precisamente, en la medida en que él entiende esta naturaleza suya y la utiliza para ponerse al servicio de la humanidad”, sostiene el maestro Aquiles en su libro "Poesía y lenguaje". Con todo y eso la poesía se fue quedando en los libros que el pueblo no conoce, conoce poco, o que son conocidos sólo por las “clases cultas”. Pero afortunadamente no es el caso de Pablo Neruda.
Desde hace unos años se ha querido desacreditar a Neruda debido a su afiliación política. Lo han querido hundir por un pasaje de una supuesta violación y una carta de un supuesto desprecio y abandono a su hija, de las cuales ni siquiera existen más pruebas que lo relatado por el propio Neruda. Como lo dije en su momento, esto no es más que un torpe intento por querer demeritarlo, por querer dejarlo en el olvido histórico, pues si de algo no queda duda es de que el poeta fue fiel a sus convicciones políticas, y las defendió a capa y espada, hasta el final de sus días. Ése es el fondo de tanta polémica contra Neruda.
Latinoamérica ha engendrado a grandes poetas que nada tienen que envidiarle a los ingleses, franceses o alemanes en relación con su habilidad por la creación. Entre ellos, quizá el más grande es Neruda, quien afirma: “Me tocó padecer y luchar, amar y cantar; me tocaron, en el reparto del mundo, el triunfo y la derrota, probé el gusto del pan y el de la sangre. ¿Qué más quiere un poeta?... Y si muchos premios he alcanzado, premios fugaces como mariposas de polen fugitivo, he alcanzado un premio mayor, un premio que muchos desdeñan pero que es en realidad para muchos inalcanzable… he llegado a ser poeta de mi pueblo”.
Pues así como Neruda, Antorcha ha sido calumniada, acusada de las peores infamias desde la tribuna presidencial y cuevas de trajeados. ¿Por qué? Porque Antorcha hizo un pacto de sangre con el pueblo, ha sido, es y seguirá siendo, la única organización dispuesta a dar la vida junto a él.
En el Plenito Wenceslao Victoria Soto, albergue fundado por Antorcha, los niños y jóvenes prácticamente traen bajo el brazo la poesía de Neruda. Por los motivos antes expuestos es que el día viernes 10 de diciembre se transmitirá en vivo un Homenaje a Pablo Neruda. Estoy seguro que será un bello recital poético musical.
Invito a leer -para quienes no lo han leído- y a seguir aprendiendo y recitando al poeta comunista, sin miedo a confesar que lo leen y lo siguen, pues Neruda fue un poeta que escribió no sólo del amor de pareja, sino también del amor por la naturaleza: sobre el mar, la tierra, los montes, los valles; sobre los sentimientos del hombre, sus furias, sus penas y sus alegrías y, quizá lo más importante, por su inmenso amor a la humanidad, que lo llevó a afiliarse al Partido Comunista de Chile para luchar por un mejor mundo. Es pues, no “el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma” por sus dotes literarios, sino el más grande poeta por su compromiso plasmado en las muchas vidas que salvó como luchador social, siendo embajador. Así como invito a conocer al Movimiento Antorchista Nacional, misma que ha salvado más de un millar de vidas, incluida la de quien esto escribe.
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