MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los nuevos libros de texto de la 4T sí hacen retroceder la educación

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El problema con los nuevos libros de texto que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) repartirá en las escuelas públicas de nivel básico, tanto para primaria como para secundaria no es un asunto de lucha política o de ideología, principalmente y ahorita, sino de calidad educativa. Es decir, lo que debemos cuestionar, ahora, es si la calidad educativa de nuestros hijos mejora con esos libros o no, o se estanca o, peor, retrocede.

Alguien pudiera preguntarse, ¿qué se entiende por calidad educativa?, ¿desde qué criterio se puede juzgar esta?, y es correcto, se debe definir el criterio claro para comparar la calidad de la educación de manera absoluta (con relación a sí misma, en periodos anteriores) y de manera relativa, comparándolo con determinado proyecto y con los resultados en otros modelos.

Entre todos estos criterios, los antorchistas hemos dicho abiertamente que defendemos un proyecto educativo integral que desarrolle no solo las capacidades académicas del educando, sino una formación integral que contemple no solo conocimientos teóricos y habilidades psicomotoras, sino la formación en el terreno de las artes, la cultura nacional y universal, el deporte, las habilidades y disposiciones para el trabajo y los valores correctos para desarrollar un espíritu crítico, humanista, democrático y solidario, todo lo cual en su conjunto le puede convertir en un hombre de visión universal, capaz de elevarse por encima de los problemas cotidianos, para identificar sus causas, teorizar la solución de ellos y tener el ímpetu e inteligencia para emprender esas soluciones.

Ese es nuestro ideal educativo el cual, como usted podrá darse cuenta es suficientemente general para ser aceptado por las diferentes corrientes ideológicas y políticas, excepto, claro, por aquellas que se beneficien del analfabetismo y la incapacidad, y desean ver al pueblo mexicano ignorante, impotente e incapaz y por lo tanto sumiso y dependiente de la ayuda paternal y de las migajas que le pueda arrojar la sociedad en su conjunto, sea bajo la forma de salarios miserables a cambio de jornadas de trabajo extenuantes, sea como dependencias políticas, tan degradantes como la servidumbre o la esclavitud, de la asistencia social y los programas de dádivas.

Los antorchistas desde que iniciamos nuestra tarea de organizar y educar al pueblo tenemos muy claro lo que desde nuestro punto de vista es necesario hacer con la educación, en beneficio de las clase trabajadora, de los más humildes, y más recientemente, a través de un equipo especializado en esta área, encargados de la cuestión educativa, hemos elaborado el proyecto educativo de Antorcha que se resume en siete ejes a considerar: “Calidad académica, transparencia económica, eficiencia administrativa, trabajo como generador de ciencia, cultura y deporte para todos, politización y vinculación con la comunidad”.

En TODOS estos aspectos, y a pesar de importantes logros en la educación pública sobre todo de nivel superior, México es un desastre. En la medición de la calidad académica, tenemos la referencia de la evaluación estandarizada a nivel mundial conocida como Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos, mejor conocida como la prueba PISA, por sus siglas en inglés, creada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

México ocupó en la última prueba el lugar 107 de 137 países, y si se consideran solamente las ciencias, baja hasta el lugar 117. ¿con esa calidad podemos construir un futuro de desarrollo independiente y nacionalista? Imposible.

Y así en todos los otros aspectos, en los cuales, además, los problemas se han agudizado y profundizado con la administración de AMLO, su política de austeridad y su visión “politizada”, desde el punto de vista de la conservación del poder a como dé lugar y sin importar los medios: recortes a la educación, falta de equipamiento, abandono de las escuelas y de la construcción de nuevas instalaciones; corrupción escandalosa y descarada que por lo mismo crece conforme avanza el tiempo; sumisión a la política de mano de obra de baja capacidad productiva, más barata, en beneficio de la política de outsourcing y nearshoring y de una burguesía parásita y poco emprendedora; abandono de la política estatal de promoción de la cultura y el deporte, recortes inmensos a estas áreas y complicidad en la difusión de las cultura basura y del entretenimiento espectador y consumista.

A este desolador panorama se suman los nuevos libros, los cuales, sin duda rebajan en una medida importante la calidad educativa, lo que dará como resultado a mediano y largo plazo, quien sabe cuántas generaciones (espero que solo unas pocas) de estudiantes menos capacitados para ayudar a sus familias y a la patria a salir del atraso.

Hechos a la carrera, sin una visión abarcadora y responsable, yo diría que, hasta cómplice de los neoliberales, aunque aparente hacer algo por el último aspecto que consideramos los antorchistas, es decir el de estimular la participación política y la vinculación con la comunidad, que la hace de una manera ineficaz y más bien grotesca y simulada, los libros resultan un innegable y pernicioso retroceso en la calidad de la educación en México, en TODOS los aspectos.

Estos son los resultados de quienes se llenan la boca de hablar de los pobres, de autonombrarse la cuarta transformación y de asegurar que ahora si somos felices.

Yo insisto, como dije la ocasión anterior, que la verdadera solución, la verdadera tarea de quienes queremos una mejor educación es la de organizar a los estudiantes y a los padres de familia para que luchen con la ley en la mano por una educación de calidad, tal y como se los propone y hace Antorcha Campesina.

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