MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los antorchistas de Ixtapaluca cumplieron

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La vida en algunas zonas de las faldas del Cerro del Pino, donde se asienta una decena de colonias antorchistas, los servicios elementales, como agua potable y luz eléctrica, por ejemplo, ya están resueltos.

Bueno, ya estaban, porque con la llegada de Felipe Arvizu a la presidencia municipal de Ixtapaluca y el nombramiento de funcionarios sin oficio de servicio y desconocimiento del área que les asignaron, el problema del agua potable se está agravando. Pero, en general, salvo algunas calles pendientes de pavimentar, ya cuentan con los servicios básicos.

Como no hay fecha que no se cumpla, plazo que no se venza ni deuda que no se pague, el 21 de abril era una fecha esperada por el antorchismo del Oriente del Valle de México, para acudir a su cita que la dirigencia y el activismo del Movimiento Antorchista Nacional (MAN) de este lugar, celebrar el aniversario 38 de la fundación del Cerro del Tejolote.

Más de quince mil almas se hicieron presentes, en el estadio La Antorcha, del deportivo del mismo nombre en El Tejos, como también se le llama. No hubo lonche; tampoco la promesa de un bien o servicio o la retribución con algo por la asistencia al evento.

Los antorchistas acudieron al llamado de su organización, a escuchar el mensaje de su líder nacional, Aquiles Córdova Morán, y de la fundadora del antorchismo en esta zona, Marisela Serrano Hernández.

Desde muy temprano el acceso al deportivo se volvió lento, los ríos de gente no permitían avanzar más rápido. En la plaza cívica del Tejos ya estaban instalados juegos mecánicos para la verbena popular que se realizaría por la noche.

Para los que madrugaron y llegaron sin desayunar, ya los esperaba la señora de los tamales, cuyo cabello blanco indica los años con su puesto frente al mercado y la delegación, ambos antorchistas:

“Cuando empecé a vender era una jovencita; mis hijos estaban pequeños, ya soy abuela. Aquí vivía doña Irma y otros vecinos los reubicaron para construir la cisterna y esta Plaza Cívica. Le sufrimos, pero vea qué bonito está”.

El día pintaba caluroso y así fue, las gigantescas carpas contratadas no terminaron de instalar todo su material, una buena parte de los concurrentes se iban a asolear y así ocurrió. No fue mala planeación, fueron los efectos de los actos de sabotaje que los políticos rancios de Ixtapaluca, bajo el manto del partido en el poder que hicieron su deleznable trabajo, tratar de impedir el avance de Antorcha.

Los concurrentes al evento, la vigorosidad de los artistas con sus cuadros de danza y música, el entusiasmo de jóvenes y adultos y, sobre todo, el respeto y la atención a los discursos de sus dirigentes, les estamparon en su misma cara, un mentís como lo sabe hacer el antorchismo: con entusiasmo y mostrando la garra antorchista.

Hicieron su aparición los vecinos de las unidades habitacionales, donde también el MAN presta sus servicios de educación y organización políticos, así como ayudar en la gestión de las necesidades de los condóminos, al frente, la banda de guerra Panteras de la Escuela preparatoria Oficial (EPO) 124.

Los fundadores del Tejos ya ocupaban su lugar preferente justo frente al escenario; don “José El Carpintero”, con su crecida barba blanca llegó corriendo poco antes que iniciara el evento; los vecinos del Cerro del Tejolote ocuparon su lugar desde muy temprano, y faltaban los otros homenajeados; no podían faltar, los nervios se crispan.

Desde lo alto del Límite, así se llama el lugar donde se juntan las colonias Morelos, Melchor Ocampo y Escalerillas, donde, además, se instaló la primera base del transporte público, las combis del Tejolote, que por cierto es, junto con las de Citlalmina, cuyo costo del pasaje es el más barato de la zona.

Desde ese punto se ve venir el fandango, la fiesta, una inmensa columna de más de dos mil seres humanos, al ritmo de una banda de viento, encabezados también con una banda de guerra y unas bastoneras que se pierden ante tanta multitud. Siempre con su alegría, con su entusiasmo, con su disposición a luchar, ahora vienen a festejar con ánimo que contagia, y los nervios regresan a su sitio.

Aparecen los contingentes de las colonias antorchistas, desde las que se encuentran en los límites con Chalco, cerca de las faldas del Ixtaccíhuatl —así, con X, aunque los hispanizantes digan que es con zeta— hasta la Humberto Vidal, que se encuentra en los límites con el municipio de La Paz; desde Coatepec hasta las que se encuentran en la zona de la colonia Emiliano Zapata. Está también la representación de las colonias que han acudido al MAN para que las organice y les ayude a la solución de sus problemas.

Los moderadores del evento dan las últimas instrucciones, abren la festividad los cantantes de la Escuela de Música, los declamadores, un coro monumental de colonos y estudiantes entona el Himno de Antorcha. Se presentan los Grupos Culturales Nacionales del MAN, empiezan con una danza azteca, vigorosamente interpretada, le siguen las integrantes del Grupo Nacional de Música.

A su presentación hace su aparición la líder y fundadora del antorchismo en el Oriente del Valle de México y de la Colonia Cerro del Tejolote.

La emoción le gana, seguramente por el recibimiento que los asistentes le profesaron, y de un discurso de bienvenida, hizo una breve apología de los treinta y ocho años de lucha, la gente atenta y respetuosa, los gritos y las porras no se hicieron esperar.

Bailes de Veracruz siguieron en el orden, junto con la interpretación de buena música vernácula. El sol arrecia, la gente atenta. No funcionaron los días de sabotaje y campaña de bots del enemigo político que, seguramente estaba consumiendo su frustración sin un trago de líquido para que fuera menos su sufrimiento, ni para qué mencionarlos.

El reconocimiento de la fundación y dirección del antorchismo nacional se mira en la atención y respeto del extenso discurso del maestro Aquiles, como cariñosamente se le reconoce.

Un discurso que no lleva pérdida: las palabras, como siempre, pegan donde tienen que pegar; las arengas y el reconocimiento a la presencia de los asistentes, por su nobleza y fidelidad a la causa antorchista: la verdadera causa de los pobres, a pesar del hostigamiento presidencial, que un día sí y otro también, arremetió contra del MAN y de sus dirigentes.

El beneplácito por estar, como siempre, del lado de la organización que los defiende y les enseña a luchar, reiterar que el verdadero fin no son las obras y servicios de infraestructura urbana y rural que se gestionan, sino “llegar a crear una organización grande y fuerte, que luche por el poder político, porque sin el poder político no podremos avanzar, no seremos capaces de erradicar la pobreza”.

Las mentiras del poder presidencial sobre el combate a la pobreza son repetidas una y otra vez:

“…los que realmente se han hecho más ricos en el presente sexenio son los multimillonarios, en su franqueza, el presidente ha reconocido que ningún rico ha dejado de ganar en su Gobierno, particularmente en el periodo de la pandemia por el covid-19, en ese periodo se hicieron más ricos y los pobres, más pobres”.

Con el entusiasmo reanimado, con la alegría de ver los fundadores del Tejos, con la inspiración de ver que los verdaderos antorchistas siguen ahí, prestos al llamado de su dirigencia y de la historia, que reclama, urgentemente, luchar por la construcción de un mundo mejor.

Terminó entonces el acto central por el aniversario de las colonias Cerro del Tejolote y Melchor Ocampo, pero había que ir rápidamente a ponerse la ropa y calzado apropiados, pues por la noche, la fiesta continuó con un baile que coronó esta jornada de lucha.

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