MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Leer y estudiar para la edificación de un verdadero líder

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El estudio nos transforma, nos hace diferentes, superiores, nos hace libres. Ante la situación actual de México, es necesario actuar y se requiere de hombres altamente preparados académicamente, y de una forma sensible ante los problemas de los demás, que sean humanistas, que se identifiquen con el pueblo pobre, que sientan el dolor del pueblo como suyo.

Es cierto que los pueblos necesitan de sus mejores hijos para que los orienten, los impulsen y luchen junto a ellos, pero jamás el actuar de los pueblos será sustituido por ningún caudillo. El pueblo organizado, el pueblo en pie de lucha, es capaz de cambiarlo todo y, más aún, es capaz de conseguir paz y progreso para todos.

Los activistas tienen la obligación de educarse; deben estudiar el materialismo dialéctico para poder dirigir al pueblo por el rumbo correcto.

Pero para que esto sea posible, es necesario un guía, los mejores hijos del pueblo, quienes deben tener la capacidad de señalar el camino que debe seguir el pueblo organizado, el movimiento o qué problema en concreto deben seguir.

Esto implica necesariamente que el que va a la cabeza de cualquier movimiento o situación política que se presente, es decir, por tanto, que el dirigente es el elemento con mayor responsabilidad, madurez, serenidad e inteligencia, y con más conocimientos precisos del problema y de la situación de la clase trabajadora, es decir, es el elemento clave de todo movimiento y de toda situación.

Tiene que ser el más profundo conocedor, tanto de la situación política concreta existente de la cual brotan los distintos problemas de las colonias populares, como de las implicaciones más trascendentales de su accionar. Tiene que ser el individuo que no sólo comprenda la situación particular de una colonia, sino también debe entender la política general que existe en la república mexicana e incluso en el mundo entero.

Los líderes deben entender la realidad en su conjunto, no conformarse con analizar sólo el área o la región donde trabajan. Deben entender a fondo las leyes que gobiernan esa realidad, estudiarlas hasta llegar a conocer las verdaderas causas del por qué la sociedad está como está.

Por esa razón, un dirigente no puede ser una persona ignorante; nadie debe darse por descontado o descartado, todos los colonos, cualesquiera que hayan sido sus circunstancias personales, tienen que estudiar y deben hacerlo movidos por la idea de que estudiar no es un castigo, sino que es la condición básica sin la cual no se puede dirigir científicamente un movimiento revolucionario.

Leer y estudiar no sólo ayuda a transformarse en un verdadero líder: es una forma de vivir mejor la vida. La libertad no es otra cosa más que el conocimiento de la necesidad.

La comprensión profunda de nuestra realidad es un entendimiento que sólo se logra a través del estudio de las razones que subyacen a nuestras teorías y nuestro quehacer revolucionario. Una vez entendido esto, nos vamos a sentir no sólo contentos, sino orgullosos del trabajo que desempeñamos y de estar a la cabeza de una tarea tan importante como es la búsqueda de una sociedad más justa.

Las grandes conquistas mentales culturales y de autoedificación del hombre siempre implican autorrepresión, autodisciplina y que el mismo individuo se obligue, aunque no le guste, a estudiar y analizar lo que estudia.

Para que el individuo pueda ser libre, necesita educarse, adquirir hábitos positivos y verdaderamente valiosos que le enseñen cuál es la verdadera libertad, y para tener esa educación es necesario que él, en primer lugar, se obligue y se presione para adquirir aquello que le cuesta trabajo lograr por sí mismo.

Por eso los activistas tienen la obligación de educarse; deben estudiar el materialismo dialéctico para poder dirigir al pueblo por el rumbo correcto, con el método preciso para alcanzar los fines y objetivos del pueblo. Tienen la obligación de dirigir al pueblo en el que trabajan, formando activistas y formándose como activistas.

El Movimiento Antorchista busca educar, organizar y politizar al pueblo trabajador, pero su liberación tiene que ser obra de él mismo, el pueblo que sufre la pobreza, la desigualdad y las carencias.

El pueblo debe saber esto y se debe revelar para cambiar las cosas, porque no habrá alguien que cambie las cosas si no es el mismo pueblo.

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