No es de extrañarse que las cosas en México no sólo no vayan bien; es más, las estadísticas oficiales muestran los datos verdaderos, que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, tanto desprecia, odia y niega rotundamente.
En su afán de perpetuar a su partido en el poder, AMLO se niega a ver con objetividad la realidad de los más de cincuenta y cinco millones de mexicanos que viven en pobreza y pobreza extrema, así como las fallas de su Gobierno en temas como educación, salud, ciencia y tecnología, el campo.
Ahora, sale a la luz algo que sorprende a todos, y no porque no se pueda hacer, sino porque contradice el discurso oficial del Gobierno de cero corrupción: el desvío millonario de Segalmex (Seguridad Alimentaria Mexicana), cuyo fraude es minimizado por el jefe del Ejecutivo.
Los ciudadanos deben detenerse a analizar lo que está pasando; quitarse la venda de los ojos y no creer que el dinero que reparte este Gobierno es de AMLO.
Pero, ¿por qué negar la realidad? ¿Por qué seguir fingiendo que no pasa nada, que todo va de maravilla? ¿Por qué seguir insultando la inteligencia de los mexicanos al intentar convencerlos de que lo que se publica todos los días en los medios de comunicación es falso?
Son cuestionamientos que más de uno se hace, pues sencillamente no es lógico que un mandatario tenga sus propios datos, y que cuando se le cuestiona, por ejemplo, sobre su estrategia de "abrazos, no balazos", siempre se salga por la tangente, siempre culpe a sus antecesores de lo mal que va el país. ¿Por qué no reconocer, humildemente, que esa estrategia no funciona? ¿Por qué seguir permitiendo que en México se siga derramando sangre todos los días?
Ahora, con respecto al desvío de recursos de Segalmex, institución creada el 18 de enero de 2019 por decreto presidencial y que vendría a cumplir con la tarea de su antecesora Conasupo (Liconsa y Diconsa), hay mucho que decir, empezando por exigirle al Gobierno una explicación lógica y creíble sobre tan atroz hecho.
Los mexicanos votaron por AMLO y la 4T con la ilusión de que este tipo de actos de corrupción se acabarían, y resulta que salieron peores que los otros partidos que han tenido el poder. Es verdaderamente un insulto que ahora se premie a los corruptos.
Ignacio Ovalle, extitular de Segalmex, fue nombrado como coordinador del Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (Inafed) sin haber respondido por el fraude. ¿Qué mensaje envía el Gobierno federal al pueblo de México? Que mientras pertenezcan a la 4T y sean fieles servidores del inquilino del palacio nacional, pueden robar impunemente. Al final del día, como dicen los morenistas, el PRI robó más.
Los ciudadanos deben detenerse a analizar lo que está pasando; quitarse la venda de los ojos y no creer que el dinero que reparte este Gobierno es de AMLO; es dinero de todos los mexicanos. Las conciencias no deben ser compradas con dádivas ni conciertos "gratuitos" en el Zócalo.
Segalmex es sólo la punta del iceberg. Falta analizar la refinería de Dos Bocas, la construcción del Tren Maya, el AIFA, y seguramente saldrán a la luz datos alarmantes. La 4T se está perfilando como el Gobierno más corrupto, más sangriento y más inhumano de lo que va del siglo.
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