MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La pobreza en Chiapas, madre de todos los males

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Chiapas con su multidiversidad es un estado rico. En climas, lenguas, tradiciones y sobre todo en su variada gastronomía que ha sido fruto del conocimiento empírico en muchas ocasiones, pero que ha logrado colocar a la entidad en el centro del país en cuanto al uso de elementos gastronómicos se refiere. Sin embargo, cabe destacar también que las cosechas chiapanecas, por el tipo de suelo y diversidad de climas, ofrece alimentos que del suelo brotan que impactan en la mesa de los chiapanecos y en los mercados locales.

Lo cierto es que, Chiapas, al igual que varios estados de la república, históricamente se ha caracterizado por ser el centro de la pobreza que en buena medida afecta a los estados del sur de nuestra República, esto trae consigo diferentes problemas: de salud, de vivienda, acceso a los espacios públicos de recreación, esparcimiento etcétera.

Los datos presentados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) hasta mayo de este año, expresan lo siguiente:

La tasa de pobreza en Chiapas es alarmante, con más del 75 por ciento de la población viviendo en condiciones de pobreza de acuerdo con datos del Coneval. Además, la tasa de pobreza extrema en la región es aún más preocupante, con más de 39 por ciento de la población enfrentando dificultades graves para satisfacer sus necesidades básicas.

En el caso chiapaneco, la pobreza y la marginación son componentes de un mismo fenómeno que se expresa de manera territorial y social, y por ello aquí se parte de la hipótesis de que, durante los últimos veinte años, en Chiapas se han incrementado los índices de ambos fenómenos debido a su carácter multicausal y al paralelismo entre la marginación, la pobreza y la desigualdad.

Chiapas es hoy la entidad con mayor porcentaje de pobres en el país: en 2012, el 75 por ciento de los chiapanecos estaban registrados como pobres, por delante de Oaxaca que reporta 62 por ciento, y muy lejos del promedio nacional que es del 45% (Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública -Cesop- 2013.) Cifras que, (agrego yo), han ido en aumento.

La desigualdad en Chiapas se manifiesta de esta manera como producto de años y años de acaparamiento voraz que los dueños de las grandes empresas han hecho de nuestro estado. Llevándose los recursos naturales y obteniendo a la par mano de obra tan barata y tan abnegada que es difícil encontrarla en cualquier otro estado de la República

Es por tanto necesario analizar estos dos indicadores pues, tanto la pobreza del suelo como la pobreza sentida de los millones de chiapanecos que entrarían en el rubro de pobreza, para entender que ambos hechos no son casuales y que sí obedecen a una acaparación cuasi total de los medios de producción sumiendo cada vez más y más a los chiapanecos en la pobreza física, mental y espiritual.

La desigualdad en Chiapas se manifiesta de esta manera como producto de años y años de acaparamiento voraz que los dueños de las grandes empresas han hecho de nuestro estado. Llevándose los recursos naturales y obteniendo a la par mano de obra tan barata y tan abnegada que es difícil encontrarla en cualquier otro estado de la República. La pobreza ha sido un elemento infaltable en la mesa de los mexicanos que a su vez impregna de los malestares más hostiles a todo aquél que, en su mesa, no encuentra alimento.

Ocupamos al mismo tiempo, los primeros lugares en marginación, pobreza y rezago estudiantil, hechos que tampoco son casuales pues no podemos esperar que los jóvenes y niños atiendan sus clases con apenas un mendrugo de pan en el estómago (y a veces ni eso).

Y el sistema educativo tampoco ayuda a poder crear conciencia ni orgullo en las mentes tiernas que más pronto que tarde deberán entrar también al campo laboral pues no hay manera en la que puedan ser ajenos a la queja de los miembros más jóvenes de la familia que aún imploran el pan que debería llegar todos los días a la mesa.

Es cierto, el panorama es desalentador, es soez, es ruin, nadie con un poco de sensibilidad al menos puede dormir tranquilo conociendo estos datos. Sin embargo, a los pobres sí nos queda una esperanza, una alternativa real y confiable que, a la par de nuestro número, son las únicas alternativas para poder salir del atraso al que por siglos nos han condenado, y esa es la organización de nuestro pueblo.

Los pobres pues, no tenemos alternativa distinta, hay que crear un frente único que pueda cohesionarnos en torno a nuestras verdaderas consignas y edificar un Estado nuevo que permita el desarrollo de todas las cualidades humanas, nadie lo hará por nosotros y a eso los llama nuestra organización en donde ya se ha trazado el camino, pero hay que enseñarse a andarlo.

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