MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La juventud y la lucha estudiantil

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A lo largo de la historia de la humanidad han ocurrido sucesos que dejaron huella. Hemos sido testigos de los avances en cuanto a la ciencia y la tecnología que han dado resultados y facilitan el día a día de los seres humanos. Por ejemplo, se mejoraron las herramientas de trabajo y la ciencia ha descubierto la cura para muchas enfermedades. Pero los avances históricos, como estos, no se dan gracias a las acciones de individuos aislados, sino que han requerido del apoyo de colectividades.

Quienes han encabezado la lista de revolucionarios de la sociedad, en general, han trabajado en sus metas desde su juventud. Son raros los casos en que los líderes científicos o sociales comienzan su trayectoria con una edad avanzada. Por eso, es importante resaltar la importancia que tienen los jóvenes en el desarrollo social. Un ejemplo esclarecedor es el de los movimientos sociales.

En las preparatorias y universidades ha sido recurrente que los alumnos se muestren molestos por las malas condiciones con las que cuentan, y esto ha dado paso a las organizaciones estudiantiles para resolver estas inquietudes. Esta batalla no ha sido contra el personal administrativo, sino contra los diferentes niveles de gobierno. 

En México el Gobierno federal tiene una deuda con la educación de los jóvenes, pero tenemos un presidente al que lo único que le interesa es velar por sus intereses, embolsarse recursos.

Si nosotros analizamos las últimas décadas, nos podemos dar cuenta lo que han hecho las protestas estudiantiles, que han derrocado gobiernos y han abierto espacios para la libertad de expresión, pero no son los primeros. Hubo casos paradigmáticos antes.

La Noche de los Lápices se dio el 16 de septiembre de 1976, en el marco de una dictadura militar, y esta fecha es conocida por el secuestro y asesinato de varios estudiantes que luchaban por el boleto educativo, uno de los derechos que han sido suspendidos por las dictaduras.

El 18 de octubre de 2019, Chile vivió un estallido social sin precedentes. Las calles de Santiago fueron invadidas por manifestantes que, a través de la protesta social, demandaron un sistema económico más equitativo y llamaron a poner fin al neoliberalismo como forma de gobierno. Jóvenes estudiantes iniciaron las movilizaciones con la mundialmente conocida evasión del Metro en Santiago, manifestándose en contra del alza de tarifas. Lo que comenzó con un llamado a evadir, desató la indignación social que popularizó la consigna "Chile despertó". 

Es decir, claro que la juventud ha realizado una tarea histórica, que es la de luchar por mejorar las condiciones educativas y ayudar a la sociedad a vivir mejor y ante esta situación lo que el Estado hace es callar a este grupo; se pretende dejarle a un lado para evitar desastre en las calles y se usa a la Policía y al Ejército para reprimir a este grupo. 

Ante estas situaciones, los jóvenes no encuentran otro camino más que hacer trabajo clandestino o simplemente desaparecer al movimiento por el miedo a terminar muerto o desaparecido. 

Para evitar la disolución del movimiento estudiantil, se requiere el apoyo del pueblo entero. Si el pueblo respalda la lucha justa de los estudiantes es imposible que se le disuelva o el Estado lo reprima. Y, por otro lado, es más fácil que el Estado ceda en cumplir sus obligaciones para garantizar que los derechos educativos y humanos en general sí se realicen. La necesidad de la lucha conjunta entre pueblo y estudiantes está presente hasta nuestros días. 

En México el Gobierno federal tiene una deuda con la educación de los jóvenes, pues vemos la crisis educativa que actualmente está latente en nuestro país: las carencias en las aulas son muchas, la deserción va en aumento y tenemos un retroceso en educación de diez años.

Por otro lado, hay necesidades populares que también afectan al estudiantado: las carencias en las colonias marginadas son muchas, la carencia en salud también es latente, no hay trabajo ni buenos salarios, la violencia sigue en aumento. Y ante esto, nos encontramos con un presidente al que lo único que le interesa es velar por sus intereses, embolsarse recursos a sus bolsillos y se olvida de quienes lo pusieron en el poder.

Al respecto, ¿qué podemos hacer? Debemos crear una fuerza para hacerle frente al actual gobierno, y ¿tarea de quién es? De todo el pueblo, y parte importante de éste son los jóvenes. El tiempo de la juventud está aquí, presente en cada uno de la juventud; sólo falta que se definan, que decidan luchar por sus derechos. 

Urge que la juventud vuelva a creer en la revolución y todos juntos seamos los que hagamos en cambio en nuestro país, que luchemos por los niños, niñas y jóvenes que se merecen una vida más justa, más equitativa y más digna de vivir; a esto estamos llamados los jóvenes.

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