MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

La educación y la democracia

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En el siglo XVIII, antes de que el capitalismo fuera el sistema dominante, en que por la letra de sus mejores intelectuales, el liberalismo expresaba su repudio a las viejas monarquías absolutas que entonces era la forma usual de gobierno en Europa. El liberalismo como oposición a la dictadura de los monarcas, planteó dos tipos de libertades: libertad política y libertad económica.

Por principio, se exigieron libertades ciudadanas e individuales, como la de expresión, asociación y reunión; además se exigió la desaparición del poder político depositado en el rey para ahora ejercerse de manera tripartita: poder ejecutivo, ejercido por un Presidente cuya función es administrar los recursos públicos para invertirlos en el desarrollo social; poder legislativo ejercido por diputados y senadores, encargados de hacer, modificar o eliminar leyes y el poder judicial, conformados por los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los magistrados y jueces, además de ser los encargados de hacer valer la ley e impartir justicia. Los integrantes de cada poder deberán ser elegidos en un proceso electoral, lo que garantiza su independencia política con respecto a los otros dos poderes. Todo esto es parte central de la educación cívica que se aprende en el nivel básico.

Los maestros tratan de enseñar la forma de organización del gobierno democrático, o sea la división de poderes antes escrito, señalando a esta división como la forma ideal de gobierno, donde la población disfrute de todo tipo de ventajas, por lo que se establecen los procesos electorales como el corazón del gobierno democrático. Como remache, en tiempos de elecciones se juega a la democracia propiciando la participación de niños y adolescentes en ensayos de lo que serán sus obligaciones cuando lleguen a la edad adecuada, aunado a esto, en las pocas horas destinadas a la educación cívica y ética, se habla de igualdad, solidaridad, justicia, paz, etc., sin faltar los derechos de los niños. ¿Cuál es el procedimiento usual? ¿Qué mecanismo didáctico aplica el maestro? Se les comentan historias reales o ficticias que pretenden hacerlos reflexionar y algunas veces se emulan los procesos electorales oficiales al nombrar al jefe de grupo o algo parecido.

¿Es posible que los estudiantes aprendan la democracia y demás conceptos cívicos como los enseña la escuela? En las condiciones de la existencia cotidiana de la población, no.

En la vida diaria se observa que la división y la independencia de poderes es una falacia, pues desde que México se independizara de los españoles, surgió como república soberana, el poder ejecutivo es quien verdaderamente manda, su poder, como dijera Enrique Krauze es imperial; además, su extracción de clase, lo ata necesariamente a una de las dos clases antagónicas en el capitalismo y en la inmensa mayoría de los casos ha sido a los dueños del capital.

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Por su parte el poder legislativo se compone de un heterogéneo conjunto de personas que van desde empresarios o sus empleados o campesinos, supuestos representantes de quienes por ellos votaron, pero ya en la Cámara cuando no son vigilados estos personajes, están obligados a disciplinarse a los mandatos de sus "coordinadores", estos sí, integrantes de la cúpula de los partidos y completamente atados al carro de los grupos de poder económico, los auténticos jefes políticos, en la Cámara el dinero se distribuye a manos llenas, de esa manera se corrompen las débiles conciencias de los representantes populares.

En el caso del poder judicial, los integrantes del máximo organismo, la Suprema Corte de Justicia no son electos en un proceso electoral normal, pues son elegidos de una terna que es propuesta por el Presidente de la República. ¿Alguien duda que estos señores le deban el favor de tener el cargo al mismo poder ejecutivo? Aquí tampoco aparece la independencia de poderes.

Ahora bien, esa aparente falla en la división de poderes es por una poderosa razón. Un país capitalista es un país clasista o dicho más claramente, es un país en donde coexisten patrones y obreros en permanente lucha de clases y dejar que cualquiera de los poderes caiga en manos de la clase proletaria mediante el juego democrático sería un suicidio para la clase en el poder. De esta manera se explica el acaparamiento de los poderes en manos del Presidente de la República.

Así las cosas, para los mexicanos comunes; obreros, empleados, campesinos, estudiantes, no existen poderes que les protejan, los ciudadanos deben enfrentarse permanentemente a un ambiente hostil, en una permanente lucha por la supervivencia, donde el más astuto, el que encontró un padrino político, el que se portó más egoísta o el que demostró más sangre fría, más indiferencia por el dolor ajeno, el que más se arrastró ante un individuo adinerado, esos son los personajes que se van destacando y a quienes se admira como triunfadores, además todo se vende y todo se compra "cuanto tienes, cuanto vales", esa es una de las máxima del sistema, ¿qué tipo de democracia es algo así? Eso aprenden los estudiantes aunque no se les haya enseñado en la escuela, pues cada día ven y viven, incluso en carne propia, los resultados de ese ambiente ya descrito. En tal contexto no se puede enseñar democracia, justicia ni solidaridad hacia el prójimo. Los mismos maestros son víctimas. ¿o no caen en este terreno la inseguridad en el empleo, los bajos salarios, la falta de oportunidades para seguirse preparando?

Si el magisterio mexicano pretende ayudar a sus estudiantes, debe sumarse a la lucha que ha emprendido Antorcha Magisterial, construyendo al hombre nuevo, formando personas críticas, conscientes de su entorno social y luchando al lado de la clase trabajadora a la que pertenece, solo con una mentalidad revolucionaria, creadora, será capaz de conducir al país hacia mejores horizontes de existencia, hacia un verdadero ejercicio democrático.

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