Hemos escuchado que en nuestra Constitución mexicana el Artículo 3, obliga al Estado a garantizar la educación básica, media superior y superior de manera laica y gratuita, que toda persona tiene derecho a gozar de los beneficios del desarrollo de la ciencia y la innovación tecnológica y que el Estado apoyará la investigación científica, entre otras garantías. El artículo 84 de la ley general de la educación (como complemento del artículo 3 y como medida a la educación a distancia)) citándolo textualmente nos dice: “La educación que imparta el Estado, sus organismos descentralizados y los particulares con autorización o reconocimiento de validez oficial de estudios, utilizará el avance de las tecnologías de la información, comunicación, conocimiento y aprendizaje digital, con la finalidad de fortalecer los modelos pedagógicos de enseñanza aprendizaje, la innovación educativa, el desarrollo de habilidades y saberes digitales de los educandos, además del establecimiento de programas 9 Documento de trabajo Educación a distancia, su impacto socioemocional y económico en la comunidad educativa de educación a distancia y semi presencial para cerrar la brecha digital y las desigualdades en la población.
Claro está que el problema no está propiamente en los artículos como tal, sino en su cumplimiento, en lo que hace nuestro gobierno para garantizar que se respeten y se cumplan. Para eso es necesario echar un vistazo a las condiciones económicas y sociales que hay en nuestro país y la forma en que han sido atendidas por la Federación. Sí bien es cierto que la pandemia trajo grandes cambios en todos los ámbitos y sectores económicos, la educación no fue la excepción, en este último aspecto como medida, entre bombos y tambores, se optó como la mejor solución “la educación a distancia”, incluso se celebró con una encuesta a modo donde el 71% de los estudiantes estaban a gusto con esta modalidad, sin embargo, el desconocimiento de la realidad social, el pensar que estábamos en las mismas condiciones de desarrollo que los países de primer mundo, o por simple indiferencia, ha traído grandes repercusiones. La UNESCO nos dice que ante el cierre de escuelas han sido afectados 37 millones 589 mil 611 estudiantes.
Por otro lado, según datos del Inegi, nos dice que solo el 43% de los hogares cuenta con equipo de comunicación y el 56% con conexión a internet, estos visto de otra manera, los hogares con mejores condiciones económicas son los que tienen mayor acceso al internet (9 de cada 10 personas), mientras que los hogares vulnerables la condición es lamentable, solo 2 de cada 10 utilizan el servicio. En este sentido, solo el 16% del sector más grande y pobre de los estudiantes tiene una computadora y el 19% de este mismo sector acceso al internet, mientras que el sector más pequeño y rico, el 79% tiene computadora y el 89% a una conexión. Estos últimos son los que estudian en las escuelas privadas, teniendo en todos los sentidos mayores facilidades por su nivel de ingreso que las públicas. La Asociación de Internet en México, dice que solo el 31% del universo estudiantil no tiene una dificultad con la adquisición de esta red.
Algunos problemas graves que se están viviendo actualmente son: la deserción escolar principalmente en el sector vulnerable sea esta por la situación socioemocional o por las mismas condiciones de pobreza que obligan al estudiante a abandonar sus estudios para trabajar y así llevar el sustento a la familia, este efecto se ha dado principalmente en la educación básica; la violencia en los hogares; explotación infantil; mayor pobreza y marginación. A largo plazo, habrá menor calidad educativa, provocando menos desarrollo en la ciencia y económico; mayor desempleo; bajos niveles de salario; mayor malestar social y la agudización en la crisis económica, situación realmente preocupante por las medidas para nada productivas del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y su cuarta deformación, perdón de su Cuarta Transformación, quien no conforme ha quitado los fideicomisos destinados a la ciencia, deporte y cultura, que son sumamente necesarios para una educación integral.
Pues bien, lo dicho en los artículos entra en utopía con la realidad social, a pesar de que organizaciones como la OXFAM, la UNESCO y la ONU, han alertado de esta situación, al gobierno federal parece importarle un bledo lo que suceda con los estudiantes y el país en general, su atención se centra en preservar su poder totalitario en las elecciones venideras, apoyándose en el odio acérrimo, que él mismo creo, hacia todos aquellos que no estén con su proyecto de nación. Todo ese capital utilizado para sus métodos electoreros, puedo y puede todavía utilizarse para garantizar mejores condiciones para los estudiantes y para que anunciado “regreso a clases presenciales” sea posible sin poner en riesgo la vida del personal académico, trabajadores y estudiantes.
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