MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Guerrero, dificultades en la producción

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La mayoría de los mexicanos sufre la dura crisis económica por la que atraviesa nuestro país, es cierto que en parte se debe a la economía globalizadora que domina el mundo, pero también a la falta de acciones claras y precisas que los gobernantes en turno deben aplicar para mitigar los efectos negativos que está causando en los sectores productivos de nuestro país, y desde luego a las millones de familias más vulnerables, que a fin de cuentas son los consumidores. Sin embargo, pocas personas han dimensionado la gravísima situación por la que pasa la producción agropecuaria en estos días, pues es un sector que carece de un plan de producción alimentaria. La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, dependencia federal histórica que debe encargarse de dirigir la producción, ha dejado de operar y ha sido sustituida por la Secretaría del Bienestar que administra algunos programas ilusorios dirigidos al campo, entre los que se encuentra el programa de fertilizante, con el falso argumento de que habría que combatir la corrupción. 

México es un país de extremos, solo para poner un ejemplo, hay mexicanos que se distinguen entre los más ricos del mundo, pero hay ciudadanos en extrema pobreza que se cuentan por millones, que no tienen asegurado el alimento de sus familias para el día de mañana. En el terreno agropecuario, según la Organización Mundial de Comercio (OMC), de enero a junio del 2021 nuestro país se convirtió en el octavo mayor exportador de productos agroalimentarios del mundo, gracias a que se ha permitido la inversión de grandes capitales extranjeros y a costa de la mano de obra barata. Sin embargo, el éxito agroexportador de nuestro país, tiene un lado opuesto que el gobierno federal no debe olvidar, la crisis en la que viven los millones de pequeños productores agrícolas de nuestro país. 

En el territorio mexicano existen 3.9 millones de pequeños productores, el 81% del total poseen menos de cinco hectáreas, ellos producen el 65% del maíz que consumimos; son un sector de una enorme importancia económica y social, sin embargo, su situación productiva es de lo más lamentable. Una cuarta parte del total de productores utiliza todavía tracción animal; el 41% utiliza plaguicidas, y esto hace que buena parte de sus cosechas se pierdan, esto ocasiona que el problema técnico sea un problema difícil para estos productores; además, son víctimas de la delincuencia por el robo de maquinaria, de fertilizantes, de insumos, de animales etc. Por si lo anterior no fuera suficiente, para vender los productos producidos caen a merced de los intermediarios, de los coyotes como se les conoce a estas personas que controlan las cadenas de mercadeo y en muchos casos llegan a establecer los precios perjudicando al productor agrícola, quedándole solo una parte muy pequeña de la utilidad. 

Se estima que el incremento de precios que recorre desde lo que se le paga al productor hasta el pago que el consumidor hace por la mercancia, existe un aumento hasta del 400%.  Ante esto, el gobierno de la 4T no ha instrumentado ningún mecanismo competente de apoyo para los pequeños productores agrícolas; el programa de precios de garantia, retrasado en la poscosecha, limitado y mal manejado por Segalmex, no representa el insentivo que el productor requiere para mejorar su condición de pobreza. El llamado del presidente López Obrador para que los campesinos siembren maíz y frijol para el autoconsumo para contener la inflación, pone de manifiesto la ignorancia del presente gobierno en este asunto vital de los mexicanos. Es del conocimiento público, que los actuales programas sociales de la SADER, están dirigidos a una población reducida y que no están teniendo el impacto publicitado, pero que le sirven de control político para ganar elecciones, haciendo creer a los mexicanos que todo esta controlado.

Ante el inicio de la temporada primavera-verano, en varios estados del país los campesinos le están reclamando a los gobiernos locales, insumos para poder aprovechar la gentileza de la naturaleza para poder producir alimentos, sin que aún no se manifieste la respuesta de los funcionarios. En Guerrero, ahora que ya inició la temporada de lluvias, los productores reclaman urgentemente el apoyo del organismo del campo del gobierno del estado, pues el programa fertilizante, “conquista histórica del campesinado guerrerense”, no es suficiente, tampoco es el único insumo que se requiere para producir el maíz que consumen las mujeres y hombres de las tierras del mar del sur. Necesitan semilla mejorada, herbicidas, fungicidas, fertilizante suficiente, entre otros insumos, que la crisis, la pobreza y la pandemia no han permitido a los campesinos hacerse de ellos para enfrentar la producción sin contratiempos. Es por eso que el próximo  miércoles 8 de junio, una comisión de productores organizados buscará ante el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, su atención para que un número importante de campesinos de las distintas Regiones del Estado pueda sembrar sus tierras. 

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