MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Empresarios y gobiernos unidos contra los trabajadores

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Llama la atención el discurso amenazador del gobierno de la 4T y de gobiernos estatales para quienes violen las reglas del confinamiento, multas, clausura de negocios no esenciales, cárcel y castigos, realizar trabajos de limpieza de calles y espacios públicos, pero, por otro lado, no se meten con las franquicias extranjeras ni con las grandes cadenas como Coppel, Elektra, Famsa, etc., siguen laborando como en tiempos normales, ni la licenciada Rosa María Alcalde, titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión, quien se presentó en la "mañanera" para denunciar a empresas de medio pelo, no cabe duda de que la autoridad es brava con el débil y mansa con el poderoso.

A los patrones lo único que les interesa es la ganancia, nadie se atreve a denunciar las actitudes de los grandes empresarios en su empeño de seguir laborando a toda costa, a costa de la salud y la vida de los trabajadores.

Pero hay más, la semana pasada, trabajadores de las maquilas Lear Automotive de Ciudad Juárez abandonaron las empresas, fueron obligados a trabajar sin ninguna protección, y al menos dieciséis trabajadores murieron por coronavirus.

Alertados del peligro, trabajadores de maquilas ubicadas en Matamoros Tamaulipas, se declararon en huelga, lo que obligó al cierre de las plantas; los obreros tienen miedo a represalias y privaciones por falta ingresos. Dijo un trabajador: "...lo que importa es nuestra salud y la seguridad de nuestras familias, somos la clase más desprotegida; es como si fuéramos desechables para los empleadores".

Estas maquiladoras, asentadas en territorio nacional atraídas por los bajísimos salarios, abastecen de arneses a las empresas automotrices norteamericanas; en todas las ciudades fronterizas con Estados Unidos, se repite la historia: bajos salarios y jornadas agotadoras que dependen de los pedidos para satisfacer las necesidades de las corporaciones.

Grupos radicales afines al presidente Donald Trump, se han manifiestado en diversas ciudades norteamericanas para exigir se abra la economía, romper con el confinamiento impuesto por las autoridades sanitarias, y con ello hacen el trabajo sucio a los grandes corporativos a los que no les interesa la salud de los trabajadores.

Los trabajadores automotrices de los Estados Unidos desataron una ola de huelgas en Michigan, Ohio e Indiana, coordinados con obreros de Ontario, Canadá, cerraron las plantas de Fiat Chrysler y Ford. El sindicato United Auto Workers, de acuerdo con los patrones, (igual que en México) está buscando "voluntarios" para reabrir las fábricas. En esas empresas por demorar el cierre murieron al menos 24 trabajadores. "La compañía nos ve como prescindibles, producimos 500 Jeeps en cada turno, no les importa si vives o mueres", comentó un obrero.

Para reactivar la producción en los Estados Unidos y Canadá, los fabricantes de automóviles primero deben poner en marcha sus plantas proveedoras, incluidas las asentadas en México.

Los tratados económicos entre las naciones han articulado los intereses de los capitalistas del norte, así como a las buenas relaciones entre los gobernantes Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, interesados en reabrir lo más pronto la economía; no falta mucho para ver el papel que jugará la 4T, si se la juega por la salud de los obreros mexicanos o de plano demuestra que es un apéndice del gran capital.

La crisis de salud provocada por la pandemia del coronavirus ha dejado al desnudo la necesidad de que los trabajadores de los tres países coordinen esfuerzos para garantizar en primer lugar, su salud, así como mejores condiciones laborales ante el hambre insaciable de ganancia del gran capital, y recordar la consigna marxista que resonó como grito de guerra contra los capitalistas: "Proletarios de todos los países, uníos".

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