MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El verdadero enemigo de la mujer es el sistema capitalista rapaz

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En días pasados, como cada año, se conmemoró el Día Internacional de la Mujer, una fecha en la que es muy común enviar o dar una felicitación a las mujeres. Analistas profesionales, intelectuales y gente de la farándula hicieron uso de la palabra para dirigir un mensaje a las mujeres.

Los mensajes de WhatsApp se llenaron de felicitaciones, y muchas mujeres fueron etiquetadas en publicaciones que fueron acompañadas de imágenes de rosas con frases alusivas al festejo, olvidando, o bien, desvirtuando la verdadera importancia y valor de esta fecha, la cual debe servir para reconocer la labor y la lucha de muchas mujeres y los logros alcanzados del movimiento feminista que han luchado por el mejoramiento de las condiciones de la mujer, principalmente en algunos países de Europa y Estados Unidos.

Mi pregunta es: ¿el 8 de marzo es solo una cuestión de mujeres? ¿Reivindicar la igualdad atañe sólo a las mujeres?

En estas luchas participaron destacadas mujeres revolucionarias, entre las cuales figura Rosa Luxemburgo, activista por los derechos de igualdad y equidad, principalmente de las mujeres, y luchadora por la defensa de la dignidad y los derechos humanos de la población que desempeñó un papel clave en la fundación del Partido Socialdemócrata Polaco y la Liga Espartaquista, además de militar a favor del internacionalismo y en contra de la Primera Guerra Mundial.

Sin embargo, esta fecha se ha desvirtuado, e incluso mercantilizado, gracias a que el sistema capitalista, en su afán de ganancia y de convertir todo en mercancía, mantiene la idea de que la lucha de las mujeres solo es por cuestión de género.

Utiliza de manera inadecuada e irresponsable este día; muchas empresas lo convierten en un producto, un “lavado de imagen” que está derivando en un espectáculo exhibicionista donde publican fotos de “sus mujeres” acompañadas de frases de apoyo, halago y reconocimiento.

Asimismo, tiñen los perfiles en redes sociales de la empresa de morado y cambian sus colores corporativos, se proliferan pláticas, talleres y jornadas para hablar de la igualdad de oportunidades, la diversidad de género o la inclusión, como si en el resto del año no fuera necesario o como si con ella bastara para cambiar las condiciones de las mujeres.

Mi pregunta es: ¿el 8 de marzo es solo una cuestión de mujeres? ¿Reivindicar la igualdad atañe sólo a las mujeres?

En México, el sistema capitalista que nos domina se caracteriza por la mayor concentración de la riqueza social en unas cuantas manos, razón por la que la clase trabajadora sufre explotación y toda clase de privaciones.

La riqueza que acumulan los poderosos, con la que poseen los más desprotegidos, es insultante. Por ejemplo, la riqueza de Carlos Slim, dueño de América Móvil, Grupo Carso, Inbursa, entre otros, asciende actualmente a 103 mil millones de dólares, lo que lo hace la persona más rica de América Latina y el segundo en el mundo, mientras que el salario mínimo general es de 248.93 pesos diarios, que apenas les alcanza a los trabajadores para comer una vez al día y nada más.

¿Y por qué hablo del sistema capitalista? Porque es el sistema capitalista el verdadero enemigo a vencer de las mujeres: un sistema ineficiente, destructivo e incapaz de dar trabajo útil a todas las mujeres que lo deseen.

Es este sistema el que permite que miles de personas, física y mentalmente sanas, vivan sin haber trabajado jamás. Es este sistema el que destina a hombres, mujeres y materiales a la producción de los más extravagantes bienes de lujo, dejando de producir los bienes más elementales para la vida del pueblo.

En su delirio por ganar, en lugar de satisfacer las necesidades humanas, necesita explotar a mujeres, hombres y niños, sin importar su condición ni género. Es, pues, el sistema capitalista el que hace que la mujer sufra doble explotación para garantizar el pan de cada día para su familia.

A la mujer la explotan en el trabajo, en el hogar, en el campo. Es víctima de discriminación salarial. La mujer en un mundo capitalista es la que aguanta altas jornadas de trabajo además de cuidar a sus hijos y su hogar.

Es el sistema capitalista el que provoca las guerras, las intervenciones militares que hoy más que nunca se manifiestan como un disparador de la acumulación y concentración del capital, sin importar que maten a mujeres, niños y poblaciones enteras. Por ello, la lucha de aquellas mujeres que dieron su vida por la liberación de la mujer no se debe desvirtuar haciendo creer a las mujeres que su enemigo es el hombre como género.

La conmemoración de esta fecha debe servir para llamar a todas las mujeres a continuar la lucha por la liberación de toda la sociedad oprimida. Sólo así se conseguirá la verdadera libertad de las mujeres y se dará cuando cambiemos al sistema capitalista rapaz por uno más justo y equitativo, por uno donde, como dijo Rosa Luxemburgo, “hombres y mujeres seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y socialmente libres”.

En ese sentido, quiero agradecer el trabajo de todas mis compañeras de lucha, antorchistas de las colonias, maestras, alumnas, plenistas, camaradas activistas y dirigentes que luchan, que no se resignan, que trabajan por sus familias y al mismo tiempo por un mundo mejor.

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