MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El miedo de AMLO

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Cuando López Obrador llegó al poder presidencial en 2018, reconoció el enorme favor que las redes sociales jugaron a su favor, a tal grado que llegó a llamarlas “benditas redes sociales”.

Hoy, después de casi seis años en el poder, López Obrador ha perdido popularidad, principalmente entre jóvenes, mientras que entre los mexicanos de mayor edad se ha mantenido y afianzado, pero únicamente por los apoyos sociales que les otorga y de los cuales con sus servidores de la nación ha logrado mantener. 

Hoy los grandes miedos del presidente se basan en los periodistas y las redes sociales, pues estas no han jugado a su favor. Según AMLO, hay toda una operación internacional financiada por sus enemigos en México, que según él usan el hashtag que lo vincula con el narcotráfico y que ha sido visto 170 millones de veces.

El presidente tendrá que explicarle a los mexicanos por qué ahora que las redes hablan mal de él y su Gobierno, han dejado de ser benditas.

Tal campaña tomó como señal de arranque un reportaje del periodista norteamericano Tim Golden, donde se dice que la campaña presidencial de AMLO en el 2006 recibió millones de dólares de un cartel de narcotraficantes, versión que ha sido replicada por otros medios.

Los poderes mediáticos son capaces de intervenir y manipular las redes sociales y otros medios de comunicación para poner en jaque a cualquiera que no comulgue con sus ideas y ponga en peligro sus intereses económicos.

Cinco años después del sexenio morenista, el capitalismo mexicano está intacto y la desigualdad es aún más brutal; los ricos son ahora más ricos que antes y los millones de trabajadores se hunden más en la pobreza, pero sometidos a un control clientelar en el que están ausentes la organización, la lucha popular y la conciencia de que merecen gobernar ellos y gozar de la riqueza que producen.

AMLO siempre difundió ese súbito éxito suyo en las redes sociales como un auténtico y espontáneo movimiento de simpatía popular a su candidatura y no como una popularidad. 

Desde entonces y durante varios años, AMLO alimentó la bendición presidencial a las redes, aunque en más de una ocasión hubo quien exhibió que había millones de cuentas falsas automatizadas y un ejército de empleados operando varias cuentas para simular el apoyo a su gestión de gobierno.

Un informe de la organización Signa Lab demostró que cuentas bots, semibots, trolls y fans han participado en una red coordinada en Twitter para atacar masivamente a medios de comunicación y usuarios que critican al Gobierno de López Obrador. 

Así que el presidente tendrá que explicarle a los mexicanos por qué ahora que las redes hablan mal de él y su Gobierno, han dejado de ser benditas, como cuando lo apoyaron electoralmente en 2018.

¿Cómo justificará que ahora, con toda razón, exige pruebas a quienes lo atacan en las redes, pero él nunca se ha molestado en presentar pruebas de sus múltiples acusaciones lanzadas a sus adversarios a través de operaciones en las redes? 

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