MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

El capitalismo tuvo un comienzo y tendrá su fin

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Así como la ciencia médica necesita analizar los síntomas y causas para curar las enfermedades, la ciencia social requiere también conocer los síntomas y las causas de los problemas sociales para resolverlos y superarlos. Avanzar hacia una sociedad donde el género humano viva en plenitud, tenga satisfechas sus necesidades tanto manteriales como espirituales, donde desarrolle todas sus capacidades y habilidades en provecho de la sociedad entera, exige entender cómo funciona la sociedad y cómo ésta evoluciona.
 
Por más de 500 años, la humanidad ha vivido en una sociedad de tipo capitalista. Pero esta forma de organización social llamada capitalismo no es estática, también se ha desarrollado con el tiempo; desde que se gestó en ciudades de Holanda, Italia e Inglaterra, hasta que se extendió por todo el mundo dando lugar al capitalismo global de la actualidad, que se encuentra en su fase imperialista.
 
El imperialismo se caracteriza porque son los monopolios financieros los que controlan la economía mundial. Un monopolio es una empresa que tiene el control total de un producto o servicio en el mercado. Como no tiene competidores significativos, esta empresa cuenta con el poder de establecer los precios y cantidad de servicios/productos. Esto significa que los consumidores no tenemos otras opciones de productos o servicios, ni de precios. La acumulación de capitales ha formado oligarquías financieras que no solo controlan la economía, sino también la política de los países.
 
Países imperialistas como Estados Unidos, Inglaterra, Japón, Alemania, Francia, Italia, y Bélgica, van a otros países a invertir sus capitales para hacerlos más grandes, mediante la explotación de los trabajadores de los países más pobres y de sus recursos naturales. Tal como lo hacen con México. Las potencias imperialistas compiten por la expansión territorial y el control de mercados y recursos en todo el mundo, por eso generan guerras y conflictos militares. En las últimas dos décadas, Estados Unidos lo ha hecho en Afganistán, Irak, Libia, Siria, el Estado Islámico y Yemen. Estados Unidos tiene 750 bases militares en al menos 80 países, Japón 120, Alemania 119, Italia 44, Corea del Sur 73 y Reino Unido 25.
 
Dentro del capitalismo, la humanidad ha tenido grandes avances en el terreno científico y tecnológico; ha desarrollado las fuerzas productivas a tal grado que la riqueza social mundial alcanza para que toda la población del planeta viviera bien. Estudios han mostrado que la producción actual de alimentos alcanza para alimentar a 10 mil millones de habitantes. En el planeta somos apenas 8 mil, y 2 mil millones de habitantes (25%) no tienen acceso regular a la alimentación, según la ONU. ¿Cómo es esto posible si hay suficiente comida en el mundo para todos? El problema radica en las relaciones sociales dentro del capitalismo: unos tienen los medios para producir –y además monopolizan la producción, como vimos arriba–, imponiendo leyes y políticas, mientras la inmensa mayoría no tiene más que su fuerza de trabajo para vendérsela al patrón. Ni siquiera un pedazo de tierra para tener alimento seguro. Así, en el capitalismo, la distribución de la riqueza es desigual, pues el objetivo de este tipo de sociedad es sacar y sacar ganancias para el dueño de los medios de producción, o sea, el burgués. No para darle bienestar a la humanidad en general y menos a los trabajadores que son de hecho quienes, mediante su desgaste en las jornadas laborales, producen a diario la riqueza.
 
En el siglo XVIII y XIX existieron corrientes de pensamiento socialista que planteaban cómo combatir los males del capitalismo. Algunas convergieron en el socialismo utópico, cuyos principales exponentes fueron Owen, Fourier, Saint Simon y Cabet. Sostenían la posibilidad de reformar la sociedad capitalista de forma pacífica y armoniosa para eliminar la desigualdad y explotación. Pero por el carácter rapaz y por la esencia explotadora del capitalismo, esta corriente resultó y resulta utópica e irrealizable. Dichas corrientes se superaron de forma científica con el marxismo, teoría política y económica desarrollada por Karl Marx y Friedrich Engels, que se condensa en su obra cumbre “El Capital”.
 
El marxismo se basa en el enfoque materialista de la historia. Sostiene que las sociedades humanas han evolucionado por las fuerzas materiales que se basan en la producción y distribución de bienes, existiendo en cada sociedad diferentes relaciones sociales de producción entre los hombres. Según el lugar que ocupen los grupos o clases sociales, será la forma en cómo vivan y participen de la riqueza social. En el capitalismo, la clase trabajadora es el proletariado, que no tiene más propiedad que su fuerza de trabajo para venderla al burgués. Por otro lado, están los capitalistas, dueños de los medios de producción que se quedan con la mayor parte de la riqueza social producida. Además, por el alto desarrollo tecnológico alcanzado cada vez se contratan menos trabajadores.
 
Conocer, padecer y explicar el imperialismo, fase superior del capitalismo; nos permite identificar cómo se crean en esta sociedad las condiciones para que las clases trabajadoras se decidan a luchar por una nueva, donde se liberen del yugo explotador y de las desigualdades de este sistema económico. En la actualidad, hay 8,000 millones de habitantes en el planeta, de ellos casi 1,000 millones de personas están desempleadas o subempleadas, el 30% de la fuerza de trabajo total (Oficina Internacional del Trabajo OIT). Pero los que si tienen un trabajo formal son explotados; por ello los burgueses hacen más grandes sus fortunas. En México, muestra es el señor Carlos Slim, amigo de AMLO, que a la fecha posee una fortuna de 93,000 millones de dólares, mientras casi 100 millones de mexicanos, de los 128 millones que habitamos el país, vivimos con marcada pobreza.
 
Con éxitos y fracasos, algunos países se han lanzado al complejo camino de superar al capitalismo: Corea del Norte, Vietnam, Cuba, China y Laos. Estos países avanzan por la vía de alcanzar una sociedad socialista con características propias cada país, y los gobiernan Partidos Comunistas, de los Trabajadores o Popular Revolucionarios. En su largo andar, venciendo dificultades y poniéndose grandes retos; anteponen la voluntad popular para sacar de la pobreza a la población y otorgarles mejores condiciones de vida. Aunque es un camino largo y con serios problemas, la construcción de una sociedad más humana que el capitalismo requiere de la concientización y organización de todos los seres humanos de bien.

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