En la entidad, de acuerdo cifras oficiales, hay más de medio millón de duranguenses (31% de la población) viviendo en el campo y buena parte de ellos, pertenece al sector primario que se dedica a la agricultura, ganadería y silvicultura, un sector vital para el desarrollo del secundario y terciario. Por lo anterior, el campo duranguense debería ser de los más cobijados a nivel nacional, por parte del gobierno federal, pero desgraciadamente no es así.
En el país, después de la llegada de Miguel de la Madrid a la Presidencia de la República, en los años 80, con un nuevo modelo económico, conocido como el neoliberalismo, el campo se vio abandonado por parte del Estado, porque una de las características de este neoliberalismo es excluir a los gobiernos de la actividad productiva y de no otorgar subsidios a los pequeños productores y asalariados.
Más tarde, con Carlos Salinas, esta política se profundizó al realizarse algunas reformas constitucionales a artículos como el 28, referido a la reprivatización de la Banca y el 27 que abre la posibilidad para que los ejidatarios y comuneros pudieran vender sus tierras a capitalistas nacionales o extranjeros, convirtiendo en peones a los antiguos dueños de esas tierras. Y para que esto se acelerara, se abrieron las fronteras a Estados Unidos, con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para comprarle a los "gringos" lo mismo que producían nuestros campesinos, pero a bajo costo. Esto provocó, como ya quedó dicho, la venta de sus tierras a los grandes capitalistas, porque ya no les redituaba.
Así venían trabajando gobiernos emanados del PRI y del PAN, y hoy, cuando la mayoría de los mexicanos esperaban un cambio positivo en el país, con la llegada del gobierno de la 4T, las cosas no solo no mejoraron, sino que empeoraron.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), tiene un presupuesto de 57,343 millones de pesos para este 2019, lo que representa una disminución de 14,782 millones de pesos (20.5%) con respecto al año pasado, cuando esta dependencia que todavía se llamaba Sagarpa, recibió 72,125 millones de pesos.
¿Cuál fue el resultado? Supresión de programas como "Programa Ganadero", Programa de Incentivos para Productores de Maíz y Frijol (PIMAF), Atención a Siniestros Agropecuarios, Desarrollo de las Zonas áridas (PRODEZA), El Campo en Nuestras Manos, Fondo para el Apoyo a Proyectos Productivos en Núcleos Agrarios (FAPPA), ente otros programas que eran destinados a beneficiar a los pequeños productores.
Hoy en Durango, como en el país, los campesinos están sufriendo los estragos de estas políticas que se han venido aplicando durante los últimos 37 años. Según datos oficiales, hoy son 29 los municipios duranguenses que están sufriendo la mortandad de ganado, porque no hay alimentos ni agua y para los pequeños ganaderos es difícil adquirir suplemento alimenticio, porque este además ya subió de precio.
En el caso de las zonas agrícolas, se calcula que el 60 por ciento de la superficie destinada a la siembra temporal ya no se sembró por la falta de lluvias, ¿Y qué van a hacer los productores afectados? ¿qué van a comer? Y aunado a esto, se les quitó todos los programas que tenían para sobrevivir como Progan, Prospera etc., y solo les dejaron el de Producción para el Bienestar que consta de 1,600 pesos al año. Se van a complicar las cosas en el campo.
Ante esta situación, hace unos días vino a Durango el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural (SADER), Víctor Villalobos Arámbula, y lo único que trajo fue de lo su pasaje y comida, pero de apoyos nada, ni siquiera lo del seguro catastrófico del año pasado.
Por eso, porque ningún gobierno del partido que sea, ha hecho algo en favor de la sociedad, sino para beneficiar a un puñado de poderosos, el Movimiento Antorchista está trabajando en una alternativa para México desde hace 45 años, en donde haya salarios para todos y bien remunerados y en donde paguen impuestos los grandes dueños del dinero para que se pueda destinar más apoyos a los trabajadores; y creo que se está acercando rápidamente la hora de Antorcha. Yo quiero estar ahí para vivirla.
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