MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Crónica | Concurso Estatal de Bandas de Guerra

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En punto de las nueve de una mañana soleada, ante el asombro de los transeúntes que ya desde temprano buscaban los productos comerciales sobre la avenida Benito Juárez, en pleno corazón del municipio de Nicolás Romero, Estado de México, comenzó la concentración de niños y jóvenes con instrumentos como cajas de redoble, trompetas y clarines, característicos de las bandas de guerra.

Impecablemente uniformados, algunos con colores llamativos, principalmente los pequeños, otros con tonalidades menos festivas, pero todos con el mismo entusiasmo, algunos de ellos acompañados de sus padres, comenzaron a marchar al ritmo marcial de sus instrumentos, sobre ésta que es una de las principales avenidas de la localidad y que hoy, con esta inusual presencia de cientos de integrantes de las bandas de guerra, vio alterada su monotonía.

Venidos desde municipios lejanos como Ixtapaluca, Chimalhuacán, Los Reyes La Paz y Ecatepec, los participantes estuvieron presentes en pleno corazón de este municipio, con la finalidad de participar en el Concurso Estatal de Bandas de Guerra, organizado por la Comisión del Deporte del Movimiento Antorchista en el Estado de México.

A pesar de la distancia y de que, en algunos casos, la salida de sus comunidades fue desde las cinco de la mañana, por ningún lado se les apreciaba el cansancio o el fastidio.

Rompió la marcha el contingente encabezado por los integrantes de la comisión del deporte, acompañados por el dirigente del Movimiento Antorchista en el noroeste mexiquense, el maestro Héctor Javier Álvarez Ortiz, anfitrión del evento. Daba inicio así, con este pequeño desfile que ingresó a la explanada municipal por un acceso lateral del palacio, la XII edición de este concurso estatal, uno de los pocos que se realizan en el estado, y que, además, este es uno de sus méritos, se hace sin contar con el apoyo económico de las instituciones oficiales que fueron creadas ex profeso.

Otra de sus características, es que este evento concentra a las bandas de guerra de las escuelas que se encuentran en las zonas marginadas del Estado de México, donde el acceso a la educación y a otros servicios elementales, es muy difícil.

Algunas de estas instituciones tienen que adquirir los instrumentos, solicitándolos con insistencia a las autoridades educativas, ya que carecen de lo más elemental. A pesar de la precariedad de dichas escuelas, producto de la indolencia gubernamental, en ninguna de ellas se ha dejado en segundo plano la formación artística, cultural o física, como en el caso de la banda de guerra, que proporciona a los educandos una formación más integral.

El concurso comenzó con la participación de estudiantes del preescolar Antón Makárenko, del municipio de Ixtapaluca, quienes fueron aclamados al final de su presentación, por la coordinación en su ejecución y por su naturalidad. La emotividad que despertaron en los asistentes y en el jurado calificador, integrado por expertos en la materia, los hizo acreedores a su premio en la categoría y a una mención honorífica.

Nerviosismo, preocupación en algunos casos, pero, sobre todo, la atención centrada en la ejecución de los participantes fue una constante que se presentó en los concursantes. El orden y la disciplina que han adquirido los integrantes de cada una de estas agrupaciones, permitió que el evento se desarrollara sin contratiempos y sin alguna eventualidad que pusiera en riesgo su continuidad a pesar de que durante el día el sol se mostró inclemente.

Cada banda desarrolló en orden la rutina preparada en sus instituciones con meses de antelación, específicamente para este evento tan significativo en sus vidas. Al concluir la presentación de los diferentes niveles, el jurado calificador otorgó los premios a los primeros lugares, no sin haber pasado algunas complicaciones dada la calidad de los ejecutantes, a la escuela primaria “Quetzalcóatl” del municipio anfitrión, a la escuela secundaria “Francisco Villa”, de Chimalhuacán, y a las preparatorias “Vasco de Quiroga” e “Independencia”, del mismo municipio.

Para cerrar este significativo evento, que concentró por algunas horas el interés de los habitantes y visitantes de Nicolás Romero, las bandas participantes, al unísono, realizaron algunos toques característicos, lo que vino a resaltar nuevamente las emociones del público, quienes, conmovidos por el estruendo generado por los instrumentos, se mostraron satisfechos.

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