Quienes viajan constantemente por las carreteras de los estados de la república mexicana, a los municipios o incluso por los caminos rurales, son testigos de que el abandono de las carreteras es un hecho a la vista de todos.
“Se requieren al menos mil 300 millones de pesos para la rehabilitación de las carreteras de Durango”, declaró recientemente en un periódico local Raúl Montelongo Nevárez, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE).
Las autoridades han manifestado que el deterioro es de 50 % a 60 % de dicha red carretera; Durango cuenta con 12 mil 900 kilómetros de carreteras y caminos rurales.
El mantenimiento de las carreteras debe ser constante, pero como se dejó de hacer desde la entrada de López Obrador a la Presidencia, ahora la inversión debe ser mayor, pues existen tramos que no sólo requieren reparación de baches, sino reconstrucción total.
El mantenimiento de las carreteras debe ser constante, pero como se dejó de hacer desde la entrada de López Obrador a la presidencia (2018), ahora la inversión exige ser mayor, pues existen tramos que no solo requieren tapar los baches, sino prácticamente rehacerlos por completo.
Según datos de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado (Secope), el presupuesto en mantenimiento y conservación de carreteras en los últimos tres años fue el siguiente: 2023, 1 mil 52 millones de pesos; 2024, 524 millones de pesos; y 2025, 1 mil 13 millones de pesos.
“El Proyecto de Egresos de la Federación contempla un incremento de 1 mil millones de pesos para Durango, a ejercerse en 2026, aunque podría variar. Dicho documento está siendo analizado en la Cámara de Diputados; se prevén cerca de 48 mil millones de pesos, pero se gestionará que incluya el proyecto carretero de Canatlán a Nuevo Ideal, la federalización de carreteras del municipio de Mezquital, la atracción de la nómina de Telesecundarias por la Federación, entre otros”, subrayó el gobernador Esteban Villegas Villarreal a mediados de este mes en Canal 10.
Antes de 2018, el gobierno federal tenía varios fideicomisos, es decir, una bolsa de recursos económicos con objetivos bien definidos para la investigación científica, para las obras de localidades consideradas de alta o muy alta marginación, para el campo, etcétera; asimismo, había también para los desastres naturales (Fonden). De tal manera que, si llovía en exceso, había recursos para los caminos y las viviendas o, en caso de un terremoto, a través de esa bolsa.
En los municipios de Mezquital y Pueblo Nuevo, a pesar de que tenemos tres diputados locales (Verde, Morena y PRI) en el primer municipio y que, a partir de la reciente elección, las presidencias municipales quedaron en manos de Morena, todo parece que no va a cambiar nada significativamente la situación respecto de las carreteras y, principalmente, de los caminos de terracería, que son la gran mayoría en dichos municipios, pues, en el caso de los diputados, solamente se la pasan declarando en las redes sociales, pero sin hacer acciones concretas que realmente ayuden a la autorización de más recursos.
Ahora, a las comunidades indígenas o a los “pueblos originarios” basta con darles recursos mínimos para que ellos hagan un pedazo de “carreteras artesanales”, con revolvedoras y mano de obra local. ¿A qué se debe esto? Se debe a que el gobierno no quiere invertir una cantidad importante, porque una carretera hecha con toda la maquinaria pesada, ya sea de asfalto o concreto hidráulico, tiene costos elevados.
Según datos del tabulador de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (Sicti), 2025, el costo de un kilómetro de carretera tipo A2 con carpeta asfáltica es, en terreno plano, de 19 millones 459 mil 42 pesos; en lomerío, de 20 millones 408 mil 179 pesos; y, en terreno montañoso, de 34 millones 79 mil 154 pesos (incluye cortes, rellenos, terracería, base y subbase hidráulica, carpeta, señalización horizontal y vertical, cunetas, bordillos y lavaderos).
Ante dicha situación, cada día es más evidente que el gobierno federal que encabeza la doctora Claudia Sheinbaum, desde hace casi un año, no representa algo novedoso, sino la continuación del expresidente López Obrador; es decir, la misma política económica y social, además de continuar la política de transferencias monetarias no para sacar de pobres a la población mexicana, sino para asegurar votos.
Urge, pues, crear una alternativa verdadera, y eso solo lo podemos hacer los hombres y mujeres valientes, claros y conscientes, organizados en un solo bloque, como lo hemos venido haciendo los Antorchistas desde hace algunas décadas; mi invitación es a todos los que sientan que con este gobierno de Morena no hay salida para los que más sufren, que somos los pobres, los campesinos y los trabajadores de la ciudad.
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