"La revolución me introdujo en el arte, y a su vez, el arte me introdujo en la revolución."
Herramientas importantes para el desarrollo del hombre y de la sociedad es el arte y la cultura; a través de sus distintas formas de expresarse transmiten mensajes que nos hace reflexionar sobre los problemas sociales.
El arte es una herramienta que puede cambiar una sociedad porque es fundamental para la sensibilización del hombre; por ello, el Movimiento Antorchista, desde hace 48 años, se propuso, con el arte, educar al pueblo mexicano y por eso recurrió al teatro, la oratoria, poesía y la música, convencidos de que la cultura tiene la capacidad transformadora que requiere la sociedad. Por eso, los antorchistas la promovemos como ninguna otra organización.
Tratamos de que más jóvenes estudien el arte, pero no como una forma de generar riqueza individual, sino, por el contrario, que lleven arte al pueblo que le enseñen a declamar, a disfrutar una buena obra de teatro, una buena música, una buena poesía.
Tratamos de abarcar todos los lugares del país donde las autoridades han abandonado al pueblo, y con ese abandono han provocado la ignorancia y han dejado en el olvido a los pobladores, condenándolos a la miseria por décadas. Nuestra visión, en el Movimiento Antorchista, es educar a los niños y jóvenes en la constancia, en el amor a las disciplinas artísticas y deportivas, para formar un espíritu aguerrido, decidido y crearles una mentalidad de ganadores.
Los antorchistas no solo luchamos por infraestructura para casas de cultura, calles, escuelas, vivienda, agua potable, electrificación, sabemos de la importancia que tiene para que puedan desarrollarse en un lugar digno, pero lo que queremos es transformar de raíz esta patria por una patria valiente, tenaz y orgullosa y para eso es indispensable el trabajo cultural.
Conozco a obreros, campesinos, amas de casa que han mencionado que nunca habían presenciado estas artes, incluso, nosotros los estudiantes de distintos albergues estudiantiles pudimos, por primera vez, entrar a un teatro, un auditorio a presenciar bailes profesionales y ser parte de ellos.
Actualmente existen casas de la cultura o casas de estudiantes donde el Movimiento Antorchista nos enseña, además de ser buenos profesionistas para ayudar al pueblo mexicano, a hacer arte que nos hace más humanos, sensibles, valientes, tenaces y es justo aquí donde me gustará mencionar un caso en particular.
Nancy López García era originaria de la comunidad Santa Cruz Pocitos del municipio de Altzayanca, una pequeña comunidad al oriente del estado de Tlaxcala, con alrededor de mil 573 habitantes que se dedican, esencialmente, a la cosecha en el campo y la ganadería, un lugar donde la gente es amable, humilde, agradable, afectuosa algo que describe, sin duda, también a Nancy. Ella fue parte de esto que intento explicar, un ejemplo de cómo el arte y la cultura nos transforma de forma individual y, por ende, transforma a México.
Nancy perteneció a la Casa del Estudiante “Tlahuicole”, adherida a la Federación de Estudiantes Revolucionarios Rafael Ramírez (FNERRR), estudió la carrera de Psicología en la Universidad Autónoma de Tlaxcala.
En este albergue estudiantil aprendió a declamar, bailar, hacer teatro. Muchos de los que la conocimos sabemos que era una persona sensible, formándose como una verdadera líder de los estudiantes.
Al finalizar la carrera entendió la necesidad de organizarse para cambiar las condiciones que llevan al pueblo a sufrir miseria, y decidió abrazar la lucha junto al Movimiento Antorchista en el estado de Tlaxcala; su lucha abnegada y entrega la llevo a ser parte de distintos organismos, llevando en alto la bandera de esperanza a los pueblos pobres.
Prueba de ello, es que llevó a varias colonias de la zona oriente del estado, como la 6 de Junio y Héroes de Antorcha, drenaje, electrificación, pavimentación, apoyos de vivienda.
También apoyó a los campesinos que necesitaban quien los guiara y educara para transformar su calidad de vida. Llevó arte, cultura y educación al pueblo más pobre de la región siempre con una actitud tan sensible que la caracterizaba, tanto que logró penetrar el ánimo de lucha de muchos tlaxcaltecas.
Una líder nata que nos la arrebataron. Fue víctima de un feminicidio, nos la quitaron físicamente, pero aquí estamos sus compañeros de lucha que no solo la recordamos con cariño y nostalgia, la recordamos haciendo lo que ella nos enseñó luchando valientemente por un mejor país, por quitarnos las cadenas a la que por muchos años hemos estado condenados. Su nombre no será olvidado.
El arte y la lucha son herramientas de un revolucionario para transformar esta sociedad que el sistema ha condenado a la miseria, a la pobreza extrema, volviendo al pueblo ignorante. Por ello, los antorchistas trabajamos día a día por cambiar este país, solo así le haremos verdadera justicia. Por todos los caídos, nosotros estamos de píe.
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